SIGUE SOÑANDO


Dice la leyenda que Polínexa, madre de Alejandro Magno, soñó que su hijo había sido engendrado por el mismísimo Zeus. El nacimiento coincidió con la victoria de su marido, Filipo de Macedonia, en la carrera hípica de los Juegos del 256 a.C. En honor a tal triunfo, Polínexa cambió su nombre por el de Olimpia. Su sueño se cumplió. Alejandro fue el Zeus del mundo conocido entonces. Un infatigable conquistador. El deporte es hoy lo más parecido a la guerra y sus figuras los nuevos mitos de nuestra era. Soñemos.

Legend say that Polínexa, mother of Alexander the Great, she dreamed that her son had been fathered by Zeus. The birth coincided with the victory of her husband, Philip of Macedonia, in the horse race of the Games of 256 BC. In honor of this victory, Polínexa changed her name to Olympia. Her dream was fulfilled. Alexander was the Zeus of the then known world. An indefatigable conqueror. The sport is now as war and his figures the new myths of our era. Let's dream.

olimpiaduerme@gmail.com

martes, 28 de agosto de 2007

LEN BIAS, A LAS PUERTAS DEL CIELO


En la madrugada del 19 de junio de 1986, el prometedor jugador de baloncesto Len Bias (1963) se encontraba ante las puertas de la gloria deportiva. Elegido por el club NBA Boston Celtics pensaba en un futuro victorioso en la cancha y muy venturoso fuera para él y su familia, gracias a dos contratos -deportivo y publicitario- que en total superaban los dos millones de dólares. Len lo celebró la noche del 18 en la habitación 1103 de su residencia universitaria en Maryland, junto a dos compañeros de equipo, David Gregg y Terry Long, y a su íntimo amigo, Brian Tribble, conocido traficante de drogas.
Consumió sin freno cerveza, coñac, cocaína y polvo de ángel. A las seis y media, desplomado en la habitación, sufrió tres convulsiones tan brutales como su potencia física. Su cadáver destapó los devaneos de un chico en teoría impecable, la vista gorda de un entrenador universitario irresponsable y el poco tino en sus elecciones de un club profesional. Triste destino, su hermano y también jugador Jay fue acribillado en un aparcamiento cuatro años después. Una familia maldita.

Artículo publicado en La Región (12-03-2006)