SIGUE SOÑANDO


Dice la leyenda que Polínexa, madre de Alejandro Magno, soñó que su hijo había sido engendrado por el mismísimo Zeus. El nacimiento coincidió con la victoria de su marido, Filipo de Macedonia, en la carrera hípica de los Juegos del 256 a.C. En honor a tal triunfo, Polínexa cambió su nombre por el de Olimpia. Su sueño se cumplió. Alejandro fue el Zeus del mundo conocido entonces. Un infatigable conquistador. El deporte es hoy lo más parecido a la guerra y sus figuras los nuevos mitos de nuestra era. Soñemos.

Legend say that Polínexa, mother of Alexander the Great, she dreamed that her son had been fathered by Zeus. The birth coincided with the victory of her husband, Philip of Macedonia, in the horse race of the Games of 256 BC. In honor of this victory, Polínexa changed her name to Olympia. Her dream was fulfilled. Alexander was the Zeus of the then known world. An indefatigable conqueror. The sport is now as war and his figures the new myths of our era. Let's dream.

olimpiaduerme@gmail.com

lunes, 26 de noviembre de 2007

LA ETERNA CONDENA DE MOACIR BARBOSA


"La pena más alta en Brasil son 30 años. Hace 43 que yo pago por un delito que no cometí", protestaba años antes de su muerte. La crueldad del deporte de competición tuvo en el portero brasileño Moacir Barbosa (1921-2000) el más desgarrador ejemplo. Era excelente entre los tres palos, pero un error inocente supuso la derrota de su país en el Mundial de 1950, en el Maracaná. Todo un shock. Si allí el fútbol es una religión, Barbosa se convirtió en Judas. Sólo en su club, el Santos, lo juzgaron después como humano. En 1953 rompió tibia y peroné. En 1963 le regalaron la fatídica portería de su fallo, que rompió en pedazos y quemó. El exorcismo no funcionó. En 1993 no le dejaban visitar los entrenamientos de la selección, porque traía mal fario. Hasta 1996 hizo lo imposible por salvar a su enferma esposa Clotilde, el amor de su vida. Viudo, arruinado y acogido en la pensión de una cuñada, murió cuatro años después, enterrado en soledad. Condenado por un único fallo en su vida.
Publicado en La Región (23-04-2007)