SIGUE SOÑANDO


Dice la leyenda que Polínexa, madre de Alejandro Magno, soñó que su hijo había sido engendrado por el mismísimo Zeus. El nacimiento coincidió con la victoria de su marido, Filipo de Macedonia, en la carrera hípica de los Juegos del 256 a.C. En honor a tal triunfo, Polínexa cambió su nombre por el de Olimpia. Su sueño se cumplió. Alejandro fue el Zeus del mundo conocido entonces. Un infatigable conquistador. El deporte es hoy lo más parecido a la guerra y sus figuras los nuevos mitos de nuestra era. Soñemos.

Legend say that Polínexa, mother of Alexander the Great, she dreamed that her son had been fathered by Zeus. The birth coincided with the victory of her husband, Philip of Macedonia, in the horse race of the Games of 256 BC. In honor of this victory, Polínexa changed her name to Olympia. Her dream was fulfilled. Alexander was the Zeus of the then known world. An indefatigable conqueror. The sport is now as war and his figures the new myths of our era. Let's dream.

olimpiaduerme@gmail.com

domingo, 13 de enero de 2008

EARL MANIGAULT, COMO UNA CABRA



"¡Dios mío, es cierto todo lo que había escuchado sobre tí!", dijo un jovencito Julius Erving a la mayor leyenda de las calles de Nueva York. Earl Manigault (1944-1998) alias "la cabra", nunca se adaptó al baloncesto organizado. Creció en una chabola del profundo Harlem, sin agua ni luz. Lo expulsaron del instituto por fumar marihuana. Duró apenas seis meses en la universidad -enganchado ya a la heroína- y ningún equipo profesional se arriesgó a darle una oportunidad. Vagaba por los célebres playgrounds neoyorquinos, durmiendo en casas de amigos, con siete hijos desperdigados por los suburbios. Necesitaba unos 100 dólares para su dosis diaria. En 1969 lo encarcelaron por tráfico de drogas. En 1977 por intento de robo a mano armada. Sólo fue libre en las canchas callejeras. En 1987, después de una operación a vida o muerte, vió la luz. Se rehabilitó y comenzó a trabajar por los demás. Lo que nunca había hecho. "Defraudé a muchas personas", llegó a decir en los últimos años de su vida este extraordinario talento desperdiciado.

Publicado en La Región (06-11-2006)