SIGUE SOÑANDO


Dice la leyenda que Polínexa, madre de Alejandro Magno, soñó que su hijo había sido engendrado por el mismísimo Zeus. El nacimiento coincidió con la victoria de su marido, Filipo de Macedonia, en la carrera hípica de los Juegos del 256 a.C. En honor a tal triunfo, Polínexa cambió su nombre por el de Olimpia. Su sueño se cumplió. Alejandro fue el Zeus del mundo conocido entonces. Un infatigable conquistador. El deporte es hoy lo más parecido a la guerra y sus figuras los nuevos mitos de nuestra era. Soñemos.

Legend say that Polínexa, mother of Alexander the Great, she dreamed that her son had been fathered by Zeus. The birth coincided with the victory of her husband, Philip of Macedonia, in the horse race of the Games of 256 BC. In honor of this victory, Polínexa changed her name to Olympia. Her dream was fulfilled. Alexander was the Zeus of the then known world. An indefatigable conqueror. The sport is now as war and his figures the new myths of our era. Let's dream.

olimpiaduerme@gmail.com

lunes, 30 de junio de 2008

ESPAÑA Y OLÉ

¿Quién lo imaginaba antes del comienzo de la Eurocopa? España campeona, con un equipo tan trabajador como lleno de talento. Respaldado por un país unido y exultante, más orgulloso que nunca de su condición y su bandera. A esta España no la conoce ni la madre que la parió.

Reflexionemos sobre lo sucedido, en medio de la euforia desatada por nuestra Selección.


LA BARRERA PSICOLÓGICA
En mi opinión (y seguro que coincido con muchos otros) el partido de Cuartos de Final contra Italia fue el momento clave de la Eurocopa, donde la Selección se liberó de toda la presión histórica -recordada hasta la saciedad por todos los medios de comunicación- y se convenció de sus posibilidades. Para ello tuvo que sufrir como nunca contra los alpinos -sin duda, el rival más fuerte, muy en especial en el aspecto psicológico- recurriendo a la muerte súbita de los penaltis. Ese día fuimos testitos de unos minutos épicos. Una audiencia récord que alcanzó el 80% del ámbito nacional (en la final contra Alemania hasta el 88%). Superada la eliminatoria, el espectro del derrotismo y los fantasmas del pasado se esfumaron. España desarrolló desde entonces su mejor estilo contra Rusia y Alemania. El empujón definitivo fue esa victoria y sus circunstancias.

Así se rompe la Maldición: España-Italia en los penaltis.


LUIS ARAGONÉS
Su trayectoria es el mejor ejemplo de una máxima del deporte de competición. Eres lo que ganas. (No me pude resistir a escribir sobre el técnico en mi página semanal de La Región, pese a la sobredosis de información de estos días). Si recordamos la situación del entrenador en los momentos más difíciles de la fase de clasificación muchos se sorprenderían. Aragonés fue criticado por su planteamiento táctico o su elección de jugadores -hasta aquí, correcto- pero además fue vilipendiado por la gran mayoría de los medios y aficionados. Ahora es habitual escuchar al más pintado afirmar "me alegro especialmente por el entrenador". La realidad era que tenía una legión de detractores que pedían su despido. De entre todas las críticas, las más injustas fueron las referentes a su edad. "Está viejo" ó "pertenece a otra época". Estos expertos analistas deportivos deberían recordar los 67 años del actual campeón de Europa de clubes, sir Álex Ferguson. La edad no incapacita para la buena dirección de equipo porque, como bien afírmó nuestro querido "Zapatones", "yo no tengo que correr por el campo".

En perjuicio de Aragonés jugaron su mala imagen pública y agrio carácter. No es un diplomático como Del Bosque, ni un técnico de corte moderno como Benítez, ni posee el porte de Low o Sánchez Flores. Es el abuelete cascarrabias permanentemente enfadado y en chándal por la banda. Episodios memorables como el de "usted es mejor que ese negro" o "¿y qué ha ganado España con Raúl?" le ocasionaron no pocos problemas (aunque acusarle de racista es un desvarío propio de Oenegés con mucho tiempo libre). Otro capítulo de desgaste fue el anuncio de su dimisión, revocable poco después al más puro estilo de las de Anguita. Una de las pocas veces donde Aragonés no se mantuvo fiel a sus principios.

La dimisión de Luis Aragonés parodiada por "El Tirachinas"

Para paliar en lo posible su baja aceptación, el técnico -o su equipo asesor- tuvo la buena idea de aceptar la invitación al programa de TVE "Tengo una pregunta para usted". Comedido, cercano al aficionado, respondiendo con lógica, obtuvo al menos el voto de confianza de los más volubles. "Mi obligación es confiar en que vamos a ganar la Eurocopa", dijo con la boca pequeña y nula convicción. En aquel momento nadie, creo que ni siquiera él, se imaginaba tamaña hazaña.

La victoria en la Eurocopa cambió la opinión de la gente, y por ende los medios, sobre el técnico. Un proceso fraguado a partir de la eliminatoria de los cuartos. España joga bonito y gran parte del mérito, como no, pertenece a Aragonés. Tal fue el clima de euforia que varios directivos de la Federación filtraron su deseo de renovarle, cuando su ruptura de contrato y marcha a Turquía era ya un hecho. Así funciona este país. De burro a sabio en apenas tres semanas. Del "márchate" al "quédate". El comportamiento habitual de las masas. Debe reconocerse la actitud ejemplar del veterano entrenador, manteniendo un equilibrio y alegría comedida alejada de un comprensible sentimiento de venganza después de los muchos insultos personales que soportó por quienes ahora le pelotean de forma sonrojante. La naturaleza humana en esencia.

Luis Aragonés aclamado por las masas


LA REPERCUSIÓN. ESPAÑA DESPIERTA
La victoria contra Italia despertó el fervor por la Selección, la bandera y la Nación. De repente, surgieron miles de camisetas rojas debajo de las piedras. Yo no había visto nada parecido desde entonces, teniendo en cuenta que el español es el único humano que se avergüenza de sus colores y su historia. Que siente pavor por el calificativo de "facha", mientras que portar una enseña gallega, andaluza o vasca es lo más progre y reconocible entre sus vecinos.

Un sentimiento tan patriótico como apasionado se desató en todo el país. Desde Bilbao hasta Lanzarote. Una vez más se comprueba que, a caballo ganador, todo el mundo se sube. Me siento feliz por la respuesta popular, pero espero que sea proporcional si los resultados en el próximo Mundial no son favorables. Los alemanes, por ejemplo, han demostrado un comportamiento realmente noble, aceptando la superioridad española y agasajando a su equipo, subcampeona de Europa con todo en contra durante la primera fase.

Como era de esperar, el rebaño político se ha montado en el autobús de celebración. A excepción, claro, de los partidos independentistas. A nuestro presidente y al jefe de la oposición, los señores Zapatero y Rajoy , les agradecería que, en lugar de cantar los goles como forofos de taberna en el palco, intenten solucionar el desaguisado de esta España de las Autonomías, sistema que nos conducirá a la ruina y a la balcanización ibérica mientras ellos retozan alegremente en el Parlamento. Ellos y los miles de parásitos que soportamos con nuestros impuestos. Ser español no consiste en bramar con una bandera en una mano y una cerveza en la otra. No se trata de disfrutar el momento, vestirse con la camiseta oficial y olvidarse mañana. Nuestro país tiene problemas que obligan a una reflexión y a un nuevo planteamiento. En política no es que no pasemos de Cuartos, se trata de que no superamos la fase previa.

Los jugadores haciendo el oso durante la celebración