SIGUE SOÑANDO


Dice la leyenda que Polínexa, madre de Alejandro Magno, soñó que su hijo había sido engendrado por el mismísimo Zeus. El nacimiento coincidió con la victoria de su marido, Filipo de Macedonia, en la carrera hípica de los Juegos del 256 a.C. En honor a tal triunfo, Polínexa cambió su nombre por el de Olimpia. Su sueño se cumplió. Alejandro fue el Zeus del mundo conocido entonces. Un infatigable conquistador. El deporte es hoy lo más parecido a la guerra y sus figuras los nuevos mitos de nuestra era. Soñemos.

Legend say that Polínexa, mother of Alexander the Great, she dreamed that her son had been fathered by Zeus. The birth coincided with the victory of her husband, Philip of Macedonia, in the horse race of the Games of 256 BC. In honor of this victory, Polínexa changed her name to Olympia. Her dream was fulfilled. Alexander was the Zeus of the then known world. An indefatigable conqueror. The sport is now as war and his figures the new myths of our era. Let's dream.

olimpiaduerme@gmail.com

miércoles, 2 de julio de 2008

ROBERTO CLEMENTE, NO DIGAS QUE FUE UN SUEÑO


En el mundo Clásico, los cenotafios eran los monumentos funerarios que no poseen los restos físicos del homenajeado. En Carolina (Puerto Rico) existe el dedicado al jugador de béisbol Roberto Clemente (1934-1972). Clemente superó una infancia humilde, fabricó sus propios guantes y bate, y logró triunfar en las Major League de Estados Unidos, ganado dos títulos pese a los problemas de artritis en la espina dorsal. "Puede batear una bola en New York y fusilar a un corredor en Philadelphia", aseguraban sobre su portentoso brazo. Era carismático, religioso y muy comprometido. En la Navidad de 1972 reunió ocho toneladas de comida para las víctimas del terremoto de Managua. Él mismo despegó una mañana desde San Juán, a los mandos de un DC-7, sin atender a las advertencias de su hijo pequeño, a quien su instinto hacía temer una tragedia. El avión se estrelló a pocos metros de despegar, mientras el mar se confundía con las lágrimas de su esposa, Vera Cristina. "He visto mi entierro desde el cielo, pero sólo ha sido un sueño", le había confesado varios días antes.

Publicado en La Región (25-06-2007).