SIGUE SOÑANDO


Dice la leyenda que Polínexa, madre de Alejandro Magno, soñó que su hijo había sido engendrado por el mismísimo Zeus. El nacimiento coincidió con la victoria de su marido, Filipo de Macedonia, en la carrera hípica de los Juegos del 256 a.C. En honor a tal triunfo, Polínexa cambió su nombre por el de Olimpia. Su sueño se cumplió. Alejandro fue el Zeus del mundo conocido entonces. Un infatigable conquistador. El deporte es hoy lo más parecido a la guerra y sus figuras los nuevos mitos de nuestra era. Soñemos.

Legend say that Polínexa, mother of Alexander the Great, she dreamed that her son had been fathered by Zeus. The birth coincided with the victory of her husband, Philip of Macedonia, in the horse race of the Games of 256 BC. In honor of this victory, Polínexa changed her name to Olympia. Her dream was fulfilled. Alexander was the Zeus of the then known world. An indefatigable conqueror. The sport is now as war and his figures the new myths of our era. Let's dream.

olimpiaduerme@gmail.com

miércoles, 27 de mayo de 2009

PETER NORMAN, EL TERCER HOMBRE


Juegos Olímpicos en Méjico, año 1968. Black Power. En el podio de los 200 metros lisos, Tommie Smith y John Carlos levantan sus puños y bajan las cabezas ante el himno estadounidense. Aquella imagen dió la vuelta al mundo, pero nadie reparó en el menudo y blancucho australiano que les acompañó en ese momento. Peter Norman (1942-2000) fue tan rebelde como ellos. O quizá más. Él portó el emblema del Movimiento de protesta que representaban, el OPHR, en el mismo podio, en contra de las normas olímpicas. Además, aportó la idea de los guantes negros a Carlos y Smith. También fue rebelde en la pista. El único blanco entre los siete primeros puestos de aquellos Juegos de reivindicación racial. Su gesto de apoyo también le costó caro. Fue ninguneado por los medios de comunicación y estamentos de su país. Siendo apartado de la selección para Múnich 72, noticia que le afectó mucho. Norman, profesor de Educación Física, pudo soportarlo todo, salvo una gangrena en un tendón de Aquiles, que le mantuvo al borde de la amputación. Le costó una profunda depresión y un problema de alcoholismo. Un ataque al corazón terminó con su vida. Carlos y Smith se desplazaron hasta Australia para portar su ataúd. Se despidieron de Norman con un "adiós, hermano".

Publicado en La Región (25-02-2008).