SIGUE SOÑANDO


Dice la leyenda que Polínexa, madre de Alejandro Magno, soñó que su hijo había sido engendrado por el mismísimo Zeus. El nacimiento coincidió con la victoria de su marido, Filipo de Macedonia, en la carrera hípica de los Juegos del 256 a.C. En honor a tal triunfo, Polínexa cambió su nombre por el de Olimpia. Su sueño se cumplió. Alejandro fue el Zeus del mundo conocido entonces. Un infatigable conquistador. El deporte es hoy lo más parecido a la guerra y sus figuras los nuevos mitos de nuestra era. Soñemos.

Legend say that Polínexa, mother of Alexander the Great, she dreamed that her son had been fathered by Zeus. The birth coincided with the victory of her husband, Philip of Macedonia, in the horse race of the Games of 256 BC. In honor of this victory, Polínexa changed her name to Olympia. Her dream was fulfilled. Alexander was the Zeus of the then known world. An indefatigable conqueror. The sport is now as war and his figures the new myths of our era. Let's dream.

olimpiaduerme@gmail.com

lunes, 17 de agosto de 2009

JOHN LOMU, UN ATLETA CASI PERFECTO


Podría haber terminado acribillado a balazos en algún suburbio de Auckland (Nueva Zelanda) pero el hijo de maoríes Jonah Tali Lomu (1975) encauzó su camino vital gracias al rugby. Se convirtió en un ídolo de masas, traspasando por primera vez las fronteras de su deporte en la Copa del Mundo de 1995, cuando anotó varios ensayos inolvidables, pasando literalmente por encima de sus rivales. Breve felicidad, ese mismo año le diagnosticaron una nefropatía crónica. Sus riñones no estaban al ritmo de su espectacular cuerpo, de 1,96 metros de altura y 125 kilos de potencia. No se amedrentó, y jugó casi 500 partidos hasta el año 2003, un Mundial incluido, sufriendo en silencio deshidrataciones, parálisis, las diálisis diarias y la permanente incertidumbre de terminar en una silla de ruedas para el resto de su vida. En 2004 lo suyo ya era una cuestión de supervivencia. Un riñón, cedido por un amigo periodista, le salvó la vida. Intentó volver al máximo nivel, pero otras lesiones se lo impidieron entonces. Su carrera fue la de un hombre casi perfecto, en una lucha diaria y silenciosa contra la adversidad. Siempre nos quedará la duda de hasta dónde pudo llegar John Lomu.

Publicado en La Región (14-05-2008)