SIGUE SOÑANDO


Dice la leyenda que Polínexa, madre de Alejandro Magno, soñó que su hijo había sido engendrado por el mismísimo Zeus. El nacimiento coincidió con la victoria de su marido, Filipo de Macedonia, en la carrera hípica de los Juegos del 256 a.C. En honor a tal triunfo, Polínexa cambió su nombre por el de Olimpia. Su sueño se cumplió. Alejandro fue el Zeus del mundo conocido entonces. Un infatigable conquistador. El deporte es hoy lo más parecido a la guerra y sus figuras los nuevos mitos de nuestra era. Soñemos.

Legend say that Polínexa, mother of Alexander the Great, she dreamed that her son had been fathered by Zeus. The birth coincided with the victory of her husband, Philip of Macedonia, in the horse race of the Games of 256 BC. In honor of this victory, Polínexa changed her name to Olympia. Her dream was fulfilled. Alexander was the Zeus of the then known world. An indefatigable conqueror. The sport is now as war and his figures the new myths of our era. Let's dream.

olimpiaduerme@gmail.com

sábado, 31 de octubre de 2009

"CANITO" SÓLO ERA UN NIÑO GRANDE


"Sólo era un niño grande que necesitaba cariño", resumió sobre él uno de sus entrenadores. El ilerdense José Cano López "Canito" (1956-2000) pudo ser el jugador total, pero terminó como alma sin rumbo. Perdió a su padre a muy temprana edad, siendo abandonado por su madre en un internado. A los 14 años se escapó, para crecer y sobrevivir entre la delincuencia de la profunda Barcelona. Poseía sólo un talento, el fútbol, que le llevó al Español, a hacer un globo al mismísmo Johan Cruyff, a la selección española. También poseía un carácter indomable, anárquico, que le enfrentó a todos sus entrenadores; verdadera razón para que jugase en seis equipos durante apenas 10 años. Ese demonio interior le llevó a gastarse los 40 millones de pesetas de su traspaso al Barça en coches, trajes de 250 mil pavos, perros de las más diversas razas, en el mantenimiento de cuatro pisos en la ciudad Condal o en regalos de cinco ceros a los "amigos"... Todo ello sin renunciar a su origen y pasión "periquita" y celebrar los goles españolistas ¡con la camiseta blaugrana! Su compañero, el Lobo Carrasco, recordaba que Canito jugaba en el Nou Camp con la blanquiazul por debajo. A los 30, la edad de la madurez de otros, Canito se plantó. Arruinado, fracasado su matrimonio, cayó en la droga y en la más absoluta soledad. Vagando por las Ramblas como un mendigo más. Añorando, quizá, un abrazo y más de un azote paterno.

Publicado en La Región (05-05-2008)

martes, 27 de octubre de 2009

COSCORRONES POR COQUE



Hola, te escribo para contestarte al artículo que has escrito sobre el concierto de Coque en Orense.

No soy especialmente fan de él pero la verdad es que el último disco me parece uno de esos extrañísimos casos de obra adulta y honesta que puedes encontrar en este extraño panorama del pop y el rock de este país. La verdad es que me ha impresionado. Mucho.

Por esa razón he activado una alerta con su nombre en Google que me avisa de todo lo que sale en la red sobre él. Me apetece estar enterado de qué anda haciendo porque a partir de ahora le voy a seguir la pista. Y así es como he llegado a tu artículo.

Soy gallego, y da la casualidad de que estuve en la sala Capital esa noche. Por mi trabajo, el horario de ese concierto era el único que me permitía asistir, de los tres que dio en Galicia.

Voy a ser duro y sincero contigo: tu artículo me parece injusto y extraño. Extraño, porque hay algo muy chirriante en que pienses, lo que dices en tu artículo que piensas de Coque y luego quieras ir a su camerino a pedirle un autógrafo y sacarte una foto con él.¿No te había avisado tu amigo Dani de los prontos que se gasta? ¿Por qué quieres entrar al camerino de alguien así? Que además utilices la foto que , según tú, él accedió amablemente a hacerse contigo, para ilustrar el texto donde le lees la cartilla, me parece no ya extraño, sino bastante feo: "mirad, es un jilipollas, pero me he hecho un foto con él", puffff...

Pero sobre todo me parece muy injusto porque lo que ocurrió esa noche, no tiene nada que ver, a mi parecer, con lo que cuentas. ¿Sinceramente? Creo que tuvimos el concierto que nos merecimos. Hablas de lo del animal de bellota ese que gritó lo de Por las noches como si hubiese sido una cosa aislada, y se pasó TODO EL CONCIERTO gritándolo, en medio de canciones, en medio de silencios, encima de Berlín, que es una canción lentita y delicada. Y además lo hacía con un tonito desagradable y burlón. Tuve las mismas ganas de matarlo que, me imagino, tenía Coque de hacerlo. Y me sentí mucho más identificado con él, con Coque, que con la panda de irrespetuosos que estábamos ahí reunidos. Porque ese fue el problema: no solo fue este individuo, el murmullo de la gran mayoría del público mientras Coque intentaba cantar, era aberrante. ¿Tú te imaginas ese murmullo en un concierto de música clásica? ¿o en una obra de teatro? y seguro que estás pensando: "bah, no es lo mismo", y ¿sabes qué? que ese es el problema, que pensamos "bah, no es lo mismo". Pues sí es lo mismo.

Unas personas encima de un escenario expresándose y un público delante que se supone que tiene que respetar, con silencio, con atención ese intento, por otra parte muy valiente, de expresión. He visto a Coque varias veces en directo y se nota, y mucho, que no es que le guste el escenario, es que es su vida entera. Se deja literalmente la piel, se vacía. Eso sí, cuando la gente que tiene delante le respeta. Porque es algo tan español y tan cateto eso de pensar que el músico es una especie de bufoncillo que está ahí para entretenernos y hacer lo que le pidamos y como se lo pidamos; y cuidado, que si no lo hace como queremos enseguida entonamos el: "este qué se ha creído". Me repugna y me entristece esa línea de pensamiento tan paleta y tan inculta. Y tan española.

Dices con tono paternalista y de superioridad: "Coque, relájate un poco, tu pasado ronaldero está ahí, te guste o no" pero se te pasa un pequeño detalle sin importancia, nada, una chorrallida: TOCÓ TRES DE LOS RONALDOS amiga mía, TRES. Saca la lengua, No puedo vivir sin ti y Mi casa. Tres. Y las tocó de puta madre y con orgullo.

¿Has leído alguna de sus entrevistas en las que siempre le preguntan por Los Ronaldos y en las que siempre habla de ellos con orgullo, con respeto y con mucho cariño? ¿Leíste la nota de prensa que publicó en su web durante el lanzamiento de La hora de los gigantes en la que decía, cito textualmente: "...el reencuentro con Ricardo, Luis y Luis, el resto de Los Ronaldos, ha tenido mucho que ver en todo esto (se refiere al clima alegre y tranquilo del disco) y por eso les estaré agradecido siempre. Les deseo lo mejor del mundo entero a esos tres príncipes". ¿No lo habías leído verdad? Con qué facilidad desprestigiamos a alguien públicamente, sin tener datos, sin información. Porque, parece una tontería, pero tu artículo es público, y mucha gente que lo lea, inmediátamente decidirá que Coque es un imbécil, con menos información que tú, con menos datos de juicio. Coque salió al escenario del Capital con brillo en los ojos, con esa cara de saber algo que nosotros no sabemos. Con ganas de contárnoslo. Y el ruido de la jauría le fue desconcentrando poco a poco, entristeciendo y finalmente cabreando. Sabes lo que pensé para mis adentros cuando justo en un silencio maravilloso y blusero de la segunda canción del bis, mr. mequetrefe volvió a gritar por enésima vez: "y por las nocheeees...", y Coque se descolgó la guitarra, saludó (educadamente y con clase, por cierto) y salió del escenario? Pensé: ¡Óle!

Supongo que no te habrá gustado mucho mi e-mail pero necesitaba hacerlo. Salí del concierto indignado, y no con Coque precísamente, y al leer tu artículo he saltado y necesitaba decirte lo que pienso.




Hola Mauricio:

Por casualidad, ¿no serás el asesor comercial de Coque Malla? Si no lo eres deberían de tenerte en cuenta en su casa discográfica.

Perdona, antes de nada gracias por tu comentario. Evidentemente hemos vivido el mismo acontecimiento de manera distinta. Verás, yo tampoco soy seguidora habitual de Coque. Me gustó mucho con los Ronaldos y en las películas en las que ha participado. De su etapa en solitario tengo que reconocer que no la conocía demasiado. Lo que escuché de su último trabajo me ha gustado bastante, por eso acudí al concierto de Capital con muchas ganas. Y en mi artículo lo cuento como lo he visto, sin ofender ni insultar a nadie, simplemente dando mi opinión, tan válida y respetable como la tuya porque los dos estuvimos allí.

Desde el primer momento y a lo largo de la velada yo ví a un Coque distante, sin ganas de sonreir ni de conectar con el público... Esa fué mi impresión y la de mucha gente con la que hablé posteriormente. No pongo en duda esa pasión por el escenario que destacas en él pero precisamente aquí no hizo gala de ello. Una pena porque con 120 personas y poco menos que en familia la ocasión se pintaba sola. Es cierto que un individuo estuvo dando la turra en determinados momentos, actitud que al igual que tú considero lamentable y una falta de respeto para cualquiera que se encuentre sobre un escenario. Pero ¿y los demás que estábamos disfrutando del concierto? ¿Tú crees que nos merecíamos una despedida cortante y brusca? Sinceramente, yo no. Y creo que un profesional como él, con mas de 20 años de trayectoria en el mundo de la música, debería tener tablas mas que suficientes para estar por encima del borracho de turno, darle la importancia justa y volver la situación a su favor. Y éso es lo único que he criticado. En cuanto a la foto, tuvimos la oportunidad de conocerlo y de fotografiarnos con él. Sin más... La palabra "jilipollas" la has puesto tú, no yo y, desde luego, esa foto no se hizo con la intención que sugieres. Me faltó añadir que todo fué posible gracias a la exquisita amabilidad de su mánager, que atendió a todos y cada uno de los que nos acercamos a saludarle ya que en un primer momento Coque, muy cabreado, se negó a recibir a nadie y te aseguro que lo sé de buena tinta.

En fín, siempre he creído que las críticas tienen un lado positivo que a veces nos cuesta ver pero que nos ayuda a mejorar. Aunque discrepemos en algunos aspectos, yo agradezco tu sinceridad y tu punto de vista. Si el titular de este blog no tiene inconveniente, por mi parte no hay ningún problema en que se publique tu comentario.

Un saludo.

Trinity.

miércoles, 21 de octubre de 2009

EL GIGANTE CABREO DE COQUE MALLA (por Trinity)


“La hora de los gigantes”, así se titula el último trabajo de Coque Malla. El tercer disco de una carrera en solitario comenzada hace diez años tras la separación de unos gamberros vacilones llamados Los Ronaldos. Una banda que puso música y descaro a nuestra adolescencia con sus canciones deslenguadas de inolvidables estribillos. Recuerdo que los ví por primera vez en la Casa da Xuventude, cuando todavía no eran muy conocidos, compartiendo escenario con un grupo local llamado Bragas Sucias entre los cuales militaban algunos de mis compañeros de colegio. Con apenas 18 años Coque ya iba de mocoso malote sin cortarse un pelo a la hora de responder a cualquier comentario que no le gustaba montando bulla si la ocasión lo requería.

Tras el éxito arrollador de Los Ronaldos y muchos años después, volví a verlo como artista invitado junto a Andy Chango en un concierto de Ariel Rot en la ya desaparecida Sala Aqualung de Madrid, con un rollo totalmente distinto y una actitud aparentemente mas madura. No en vano llevaba a sus espaldas una larga carrera musical y cinematográfica con títulos, entre otros, como “El columpio” ( un fantástico corto de Alvaro Fernández-Armero con Ariadna Gil dando la réplica ), “Todo es mentira” del año 94 y con Penélope Cruz como partenaire, “El efecto mariposa” (1995) con María Barranco y Rosa María Sardá o la desternillante “Nada en la nevera” (1998) compartiendo protagonismo con la siempre estupenda María Esteve. Por otro lado había hecho colaboraciones musicales con Los Rodríguez, Pereza y el ya mencionado Ariel.


La verdad es que no he seguido mucho su trayectoria en solitario… Había escuchado algún tema suelto pero nada más. Pero siempre apetece escuchar música en directo y mas si hay oportunidad de hacerlo sin tener que salir de nuestra ciudad. La cita era el 16 de octubre en Capital, concierto acústico de Coque Malla acompañado por Nico Nieto, actuación incluída en su “Gira Gigante”. Y yo, que siempre hago los deberes, me zambullí en el mundo de youtube para echar un vistazo a sus nuevas canciones descubriendo unas letras muy intimistas y algún que otro tema que me gustó bastante.


Dispuesta a dejarme sorprender allí me planté, en un ambiente muy familiar con 120 personas aproximadamente. Sobre la 1:00h. y acompañado por Nico Nieto, Coque salió a escena con un look de dandy impecable (pantalón y chaleco gris con camisa blanca). A punto de cumplir los 40 el tiempo lo ha tratado bastante bien conservando su cara de niño travieso y una talla mas propia de la planta joven de El Corte Inglés. Desde el primer momento ya marcó las distancias. Muy serio y parco en palabras, se concentró en su repertorio sin molestarse en conectar con el público a pesar de la cercanía existente. Sin embargo, las dos guitarras y su voz generaron un sonido increíble y una atmósfera íntima que podía haber dado algo mas de sí. “Berlín”, “Cuídate”, “Hasta el final” y “She´s my baby”, mi preferida, fueron alternándose a lo largo de una hora con otros temas entre los que eché en falta “Me olvido de ti”. Ya en los bises, un alegre espontáneo canturreó una de las estrofas ronaldas por excelencia “... y por las noches haremos lo de siempre…”, a lo que Coque respondió con un "adiós" y se retiró bruscamente sin vacilar, poniendo así un broche final amargo. Desconcierto, silbidos, caras de póker…. Pero se ha enfadado en serio?


Entiendo que quiera defender su trabajo y dejar claro que ya lleva diez años en otra onda que nada tiene que ver con su etapa anterior. Lo que me sorprende es que a estas alturas no esté por encima de las chorradas que a pie de pista le suelte el borracho de turno y no sepa darle la vuelta a la situación. Podía haberse ganado a la gente con un par de sonrisas y acercándose más ya que el formato en acústico precisamente tiene esa ventaja, poder interactuar con el público. Nos habríamos ido todos contentos y con ganas de comprar su disco y volver a asistir a otro concierto. Que conste que, desde Murcia, mi amigo Dani ya me había avisado acerca de los prontos que se gasta pero no pensé que fuera para tanto. En honor a la verdad también tengo que añadir que un rato después nos atendió en privado y pudimos fotografiarnos con él sin ningún problema.


En fin Coque, relájate un poco porque, te guste o no, tu pasado Ronaldo está ahí. Te lo van a recordar en infinidad de ocasiones pero no creo que sea un impedimento para que disfrutes mas en tus directos, seguro que el público te lo agradecerá…

Os dejo con el primer single: “She´s my baby”.


Mas información en www.coquemalla.es

Trinity.

sábado, 17 de octubre de 2009

SUEÑOS (XXIX): EL GALLITO DE JOSÉ ÁNGEL DE LA CASA

21 de diciembre de 1983. Último partido de la fase de clasificación para la Eurocopa de fútbol de 1984, que se disputará en Francia. Estadio Benito Villamarín, en Sevilla, ante apenas 25.000 espectadores. España necesitaba marcar nada menos que 11 goles a Malta para superar en la clasificación de su grupo a Holanda y acceder a la fase final.

"A mí nadie me mete 11 goles", había declarado el portero John Bonello (años después estrella de un popular anuncio de cervezas en nuestro país). No fueron 11, sino 12 goles, para compensar el tanto encajado durante la primera parte. Hubiesen sido 13 si uno de Gordillo no fuese anulado. Una apoteosis inesperada, cuyo punto culminante se produjo en el minuto 83, cuando Juan Señor remata un balón perdido en el área y logra el duodécimo, coreado de forma inusualmente desenfadada, con un "gallito" incluido, del siempre impasible comentarista de Televisión Española, José Ángel de la Casa. Una alocución ya histórica en la historia de nuestro deporte.




El perfil: Juan Antonio Señor Gómez nació el 26 de agosto de 1958 en Madrid. Se retiró del fútbol profesional en 1990, por problemas cardiacos.

Publicado en La Región (12-03-2007)

martes, 13 de octubre de 2009

Takehide Nakatani vs Oleg Stepanov (Tokio 1964)

Takehide Nakatani fue el primer judoka de la historia en obtener una medalla de oro olímpica. La consiguió en la Olimpiada de Tokio 64, la primera en la cual participó el judo, en el peso ligero (en aquella época hasta los 68 kilos). Nakatani, excelente judoka, tenía un espléndido kosoto-gari y ganó todos los combates en estos Juegos con abrumadora superioridad, frente al tailandés Raemelungon, al británico Jack, al americano Maruyama, al soviético Stepanov y, en la final, al suizo Haenni.

En este combate, semifinal de estos Juegos Olímpicos, lo vemos frente a Oleg Stepanov, perteneciente a la primera generación de judokas soviéticos (Kiknadze, Loukachevitch, Mischenko, Bogolubov, Kitbrozachvili, Bondarenko…) que, a partir de 1962, irrumpió arrolladoramente en los campeonatos internacionales. Poseían un estilo heterodoxo de judo, de influencias de sambo y otras luchas autóctonas de la Unión Soviética, que causaba desconcierto y estragos entre sus rivales. Stepanov fué campeón de Europa, en 1965 y 1966, y medalla de bronce en los mundiales de 1965, en Río de Janeiro. Pero aquí no pudo con Nakatani, y tuvo que conformarse con la medalla de bronce, que es mucho aunque a él le pareciese poco.



Rokudán

martes, 6 de octubre de 2009

PASIÓN POR LOS RISCO

Les confieso que profeso pasión por la familia Martínez-Risco Ulloa de Orenseville, un clan de alcurnia cultural, donde la música es una inquietud innata en la mayor parte de sus miembros.

El pasado domingo, 4 de octubre, asistí en el local "Auriense" al concierto de "The 38 Beats" (yeah) donde mi buen amigo y compañero de universidad, Carlos Risco, maneja el bajo dentro de un grupo excelente, en mi opinión. Pablo "Funky Boy" se dedica a la guitarra mientras Miki Meixús ocupa la batería (aunque no se aprecia en la primera foto). Versionan clásicos, desde los Beatles hasta Jimi, con una soltura y facilidad encomiable. Ellos califican su estilo como "Disco & Roll". Merece la pena verles.

La lluvia y el partido del Real Madrid, que en la pequeña Orenseville es casi sagrado, impidieron un mayor número de personas en el recinto. Sin duda lo merecían, si bien yo estaba encantado de disfrutar de la música en minoría, pues las multitudes afectan gravemente a mi salud.



Fue una noche estupenda. Tras los bises, mi buen amigo Marcos Pereiras y yo pudimos reunirnos con Carlos, tomar una cerveza y charlar sobre la vida. Ya saben, esos momentos impagables.

Carlos Risco está embarcado en multitud de proyectos. Pueden leer sus entrevistas y reportajes en la revista "GQ" o conocer a "The 38 Beats" en la página de My Space que les adjunto a continuación.



http://www.myspace.com/the38beats

No termina aquí la cosa, porque hay muchos Risco por el mundo. Ton, el pequeño de la familia, es un excepcional batería en el grupo "Cornelius". Seguro que ya han escuchado esta canción en alguna emisora nacional. Están dándose a conocer y yo creo que encontrarán su sitio en este difícil mundo.




El introductor de ambos en la música es Fernando Risco, un tipo fenomenal que también hace sus pinitos, entre el folk, rock y blues. Les dejo dos muestras de su participación, en la percusión, en "Lapsus Calami" y "Los Renegados". Seguro que ustedes también se apasionan por los Risco. Y es que seguimos siendo la Atenas gallega. Saludos.