SIGUE SOÑANDO


Dice la leyenda que Polínexa, madre de Alejandro Magno, soñó que su hijo había sido engendrado por el mismísimo Zeus. El nacimiento coincidió con la victoria de su marido, Filipo de Macedonia, en la carrera hípica de los Juegos del 256 a.C. En honor a tal triunfo, Polínexa cambió su nombre por el de Olimpia. Su sueño se cumplió. Alejandro fue el Zeus del mundo conocido entonces. Un infatigable conquistador. El deporte es hoy lo más parecido a la guerra y sus figuras los nuevos mitos de nuestra era. Soñemos.

Legend say that Polínexa, mother of Alexander the Great, she dreamed that her son had been fathered by Zeus. The birth coincided with the victory of her husband, Philip of Macedonia, in the horse race of the Games of 256 BC. In honor of this victory, Polínexa changed her name to Olympia. Her dream was fulfilled. Alexander was the Zeus of the then known world. An indefatigable conqueror. The sport is now as war and his figures the new myths of our era. Let's dream.

olimpiaduerme@gmail.com

viernes, 28 de agosto de 2009

VERANO DEL 2009


Mundiales de Atletismo en Berlín. 73 años después de aquellos Juegos en los que el gran Jesse Owens puso en evidencia casi más a su propio país que a la Alemania de Hitler. Recuerden que el propio hijo de Alabama reconoció en sus memorias sentirse más querido y admirado en el epicentro del nazismo que en la pujante Estados Unidos, donde tenía que dormir en habitaciones diferentes a las de sus compañeros de equipo blancos. Curiosidades de la Historia.

Pero centrémonos en el presente, que es a la vez el futuro optimista. Usain Bolt, otra vez talento sin límite conocido en la velocidad. El jamaicano, a quien le sobran ciertos gestos de botarate, mostró una superioridad indiscutible. Hasta el punto de menospreciar el fabuloso crono del sobrio y serio Tyson Gay. ¿Es frustrante dar el ciento por ciento y no llegar a ver más que la nuca de tu rival? No, mientras derroches el ciento por ciento. Bravo por Gay. De momento, Bolt es el atleta perfecto. Inalcanzable para el resto. La belleza de su carrera en las cámaras de televisión es digna de mención.


Caster Semenya. Vaya follón se ha montado. Si la surafricana hubiese sido eliminada en las semifinales nadie gastaría una línea en su honor.

Por partes. Sus rivales, incluída la española Mayte Martínez, cargaron contra ella tras su victoria en los 800 metros. Detalle poco honroso cuando eres la perdedora. Entonces se armó el belén. Caster no es Naomi Campbell, desde luego, pero su condición la deben determinar los exámenes urológicos, cromosomáticos, anatómicos y genéticos que le van a practicar. Lo malo es que nos gusta más gritar, especular y atacar antes de tener los datos sobre la mesa, reflexionar y juzgar después.

Lo cierto es que las sospechas sobre Semenya no se fundamentaban tanto en su aspecto sino en la tan sorprendente como sospechosa progresión en apenas un año, alrededor de 8 segundos de rebaja en su marca personal. Que se entrene a las órdenes de un ex técnico de la Alemania Oriental -Ekkart Arbeit, "creador" del efímero dúo Kenteris-Thanou- también es una garantía de fraude y posible pasaporte a un futuro cambio de sexo, en pago a tanto sacrificio en el laboratorio.

Existen múltiples posibilidades sobre su caso. Semenya puede poseer el gen SRY de la masculinidad. Éste podría afectar a su rendimiento o sólo a su apariencia física. También es posible que que sufra el síndrome andrenogenital y produzca hormonas por su propia cuenta. En todo caso, son los médicos quienes deben hablar. Las críticas occidentales y el populismo sudafricano -que ha recurrido al fácil recurso del racismo ,cuando bien podrían explicar porqué sus atletas masculinos reciben más compensación por medalla que los femeninos- dejan a la atleta en una situación muy, muy desagradable.

Semenya sufrió, por su aspecto y desde su infancia, toda la crueldad infantil por parte de sus compañeros de colegio. No sería extraño que hubiese recurrido a cualquier método para triunfar y obtener el reconocimiento y respeto que sus propios compatriotas le negaron desde el chupete. Si se da la circunstancia de que la surafricana genera estas sustancias de forma natural y su técnico abogue de repente por el deporte limpio, ¿cuál es la solución? ¿En qué categoría destinaremos a este peculiar elenco de atletas con la desgracia de nacer de forma diferente al resto? Difícil decisión.



¿Y qué escribir sobre Natalia Rodríguez? Después de ver la repetición del incidente en su carrera de los 1.500 metros opino que no es para tanto. El error de la española fue intentar adelantar por la cuerda cuando parecía disponer de fuerzas suficientes para atacar por el exterior en su momento (esto lo escribimos sentaditos sobre un sillón, claro. Habría que verse en el cuerpo de Natalia). El hecho es que su rival cae y pierde cualquier opción de luchar por el triunfo. Tan claro como que no veo mala intención por parte de nuestra atleta. En mi opinión fue un lance fatal. La federación internacional y la española estaban de acuerdo en lo sucedido. No soy nadie para discutir esta decisión, pero hubiese deseado un mejor trato con Natalia, a quien casi convirtieron en una asesina tras cruzar la meta. Fue un tropezón y ya está. A veces hay que recordar que esto no deja de ser deporte.


Descanse en paz el alpinista Óscar Pérez, fallecido en el Latok II de Pakistán. Leí ciertas críticas sobre el rescate del montañero. Creo que mucha gente no es consciente del riesgo que se corre, no sólo cuando uno decide escalar una cumbre importante, también cuando lo hace en un país donde la vida vale lo que una rupia en el mercado. Tampoco entienden algunos, sentados como yo en el cómodo sofá de su casa, que este tipo de rescates no son nada sencillos. Que por salvar a un moribundo pueden caer una docena y que los medios necesarios cuestan una fortuna. Óscar Pérez era de estos tipos que aman la montaña y aceptan de antemano los riesgos de esta pasión inexplicable. Por desgracia, allí descansará el resto de su vida. Es el peaje que a veces deben de pagar toreros, pilotos o saltadores de diferentes modalidades.

lunes, 17 de agosto de 2009

JOHN LOMU, UN ATLETA CASI PERFECTO


Podría haber terminado acribillado a balazos en algún suburbio de Auckland (Nueva Zelanda) pero el hijo de maoríes Jonah Tali Lomu (1975) encauzó su camino vital gracias al rugby. Se convirtió en un ídolo de masas, traspasando por primera vez las fronteras de su deporte en la Copa del Mundo de 1995, cuando anotó varios ensayos inolvidables, pasando literalmente por encima de sus rivales. Breve felicidad, ese mismo año le diagnosticaron una nefropatía crónica. Sus riñones no estaban al ritmo de su espectacular cuerpo, de 1,96 metros de altura y 125 kilos de potencia. No se amedrentó, y jugó casi 500 partidos hasta el año 2003, un Mundial incluido, sufriendo en silencio deshidrataciones, parálisis, las diálisis diarias y la permanente incertidumbre de terminar en una silla de ruedas para el resto de su vida. En 2004 lo suyo ya era una cuestión de supervivencia. Un riñón, cedido por un amigo periodista, le salvó la vida. Intentó volver al máximo nivel, pero otras lesiones se lo impidieron entonces. Su carrera fue la de un hombre casi perfecto, en una lucha diaria y silenciosa contra la adversidad. Siempre nos quedará la duda de hasta dónde pudo llegar John Lomu.

Publicado en La Región (14-05-2008)

sábado, 8 de agosto de 2009

SUEÑOS (XVII): EL MORDISCO DE LA FRUSTRACIÓN

28 de junio de 1997. Gran Hotel Casino de Las Vegas, en Estados Unidos. Tercer asalto del combate de boxeo por el título mundial del peso Pesado, entre el campeón Evander Holyfield y el aspirante salido de la cárcel, Mike Tyson. El ex convicto Don King a los mandos del tinglado. "Iron" Mike, el terror del Garden, protagoniza un capítulo más de su imparable cuesta abajo, al arrancar de un mordisco un trozo de oreja a su rival, ante el asombro del público asistente y de los millones de telespectadores que siguieron el combate en directo.

La frustración. Un descentrado y descuidado en su forma Tyson, se sintió impotente ante la preparación espartana de Holyfield y sus demoledores golpes. Quien iba destinado a ser la gran leyenda del ring de los noventa fue descalificado al instante. Después fue sancionado con una multa de tres millones de dólares y casi un año de inactividad. La cuesta abajo ya había comenzado unos años antes.



El perfil: Michael Gerard Tyson nació el 30 de junio de 1966 en Brooklyn, Nueva York (Estados Unidos). En 1986 ganó su primer título mundial de Boxeo. Entre 1991 y 1996 fue encarcelado, acusado de violación. En 2005 se retiró de la competición.

Publicado en La Región (26-02-2007)

martes, 4 de agosto de 2009

EL HARAKIRI DE KOKICHI TSUBURAYA


En el Japón, la muerte es siempre más soportable que el deshonor. Kokichi Tsuburaya (1940-1968) era un excelente maratoniano, preparado con paciencia y disciplina oriental para honrar a su país en los Juegos Olímpicos de Tokio, en 1964. Después de 42 kilómetros de sufrimiento y una trepidante carrera, Kokichi entró en el estadio en segundo lugar, detrás de la inalcanzable leyenda etíope, Abebe Bikila. Pero fue superado en los últimos metros por el inglés Heatley, ante de su público. Una humillación personal. Ni el bronce ni las felicitaciones por su esfuerzo le consolaron. "He avergonzado a mi país públicamente y sólo obtendré su perdón si gano el Maratón de México 68", llegó a confesar a un compañero. Obsesionado, se sometió a un plan de preparación inhumano, aislado de novia, amigos y familiares. Tal exceso de carga física y mental le provocó dos severas lesiones, en 1967. Recuperado, más por el deber que por el sentido común, retomó el entrenamiento espartano. Dos meses después comprobó, desesperado, que sus piernas flojeaban. Estaban rotas, saturadas. Se negaban a obedecer su cabeza. Competir, ya no ganar, era imposible. No pudo soportar el golpe ni confesar su debilidad a nadie. Una noche de enero de 1968 se cortó la arteria carótida, aferrado a su medalla de bronce de Tokio. "No puedo correr más", dejó escrito. Fue una cuestión de Honor.

Publicado en La Región (07-04-2008)

sábado, 1 de agosto de 2009

ALGÚN DÍA TE VENGARÁS, LEO (por el malvado Vellido Dolfos)

Decía Einstein que la estupidez y el universo eran infinitos. Entre la variada gama de gilipolleces interestelares se ha puesto de moda en los últimos años el bautizo civil (sic). La pizpireta Cayetana Guillén Cuervo, presentadora del decaído programa de cine de la televisión pública –del ámbito universal de Garci y sus secuaces fumadores, en interminables tertulias con aroma a tabaco, hemos degenerado en lo peor del cine español políticamente correcto y subvencionado- es un buen ejemplo de esta nueva ola de fundamentalismo laico y cursilería pornográfica.


El pasado mes de junio, Caye y su marido presentaron en sociedad a su hijo Leo. Resulta inconcebible que la ceremonia no vulnerase la Convención de Ginebra. Lean: Pedro Zerolo como maestro de ceremonias, recitando los Derechos del Niño; sintonía de David el Gnomo y Amaya Montero amenazando con entonar “te voy a cantar la canción más bonita del mundooooo...”. Droga dura, amigos. Cayetana, valiente y decidida, declaró: “Mi generación se ha educado sin el yugo de la Iglesia al cuello”. ¿A qué carallo viene esta gilipollez, entonces? Pensarán muchos. Pregúntenle a Einstein. Leo tendrá que esperar unos años para denunciar este maltrato infantil. Al menos se salvó de Amaya. Que no es poco.


Otra gilipollez interestelar:
Y como todo acontecimiento histórico necesita de sus símbolos, les sugiero que estén atentos al próximo acontecimiento histórico que se producirá en nuestro planeta. La coincidencia en breve de dos liderazgos progresistas a ambos lados del Atlántico: la presidencia de Obama en Estados Unidos y la presidencia de Zapatero en la Unión Europea. (...) Dos políticas progresistas. Dos Liderazgos. Una visión del Mundo. Una esperanza para muchos seres humanos”.
(Leire Pajín, pixie e dixit. 3 de Junio de 2009).

En medio de la crisis económica, nuestros sesudos políticos europarlamentarios no han tenido mejor ocurrencia que subirse el sueldo. Como informaron sólo algunos medios en los últimos días, para este tipo de medidas no hizo falta un acalorado debate y sí hubo unanimidad, consenso y tolerancia. Sus señorías han considerado que 7.665,31 euros mensuales constituyen un sueldo ideal para no pasar aprietos a día 30. Añadan a esto las dietas por sesión de trabajo –aproximadamente 5.364 euros anuales- más 4.202 euros mensuales a mayores para gastos diversos; más 149 euros diarios si el político de turno viaja fuera de la Unión Europea, más 0,48 euros por kilómetro recorrido si utiliza coche –y no un Corsa, precisamente-. Como su número supera los 700 miembros, la broma del Parlamento Europeo genera unos gastos –declarados- de 1.530 millones de euros. Y lo que no sabremos. Un dineral que pagamos todos y todas con gran solidaridad y sostenibilidad ¡Viva la democracia!

En televisión, un programa propone un formato novedoso y de audiencia y todas las cadenas lo imitan de forma descarada. Pasó con los concursos, con las series de humor español, con las series de ficción, con los programas de cotilleo, con los de zapeo, con los grandes hermanos, con los magazines nocturnos de dudoso gusto, con los programas matutinos de dinero fácil a cambio de adivinar una palabra. Hace unos años “Callejeros” nos presentó la España real en la cual vivimos -la que Zapatero, Rajoy y los europarlamentarios de casi ocho mil euros mensuales de sueldo no parecen conocer- sin más necesidad que una cámara y muchas horas de pateo. La fórmula es hoy repetida hasta la saciedad por el resto de cadenas, lo cual denota la crisis de imaginación que sufre la pequeña pantalla. Mejor esto que “Crónicas Marcianas”, claro. Pero el panorama es desolador.

Por razones de difícil comprensión, asistimos a la caída en desgracia de la corbata, esa prenda que marca la diferencia entre la elegancia y el cutrerío. La inmensa legión de progres crónicos la han asociado al capitalista ladrón, al empresario explotador, al mafioso... Así que se la quitan, por el qué dirán. Un gran número de bustos parlantes, entre los presentadores de telediarios y políticos, estos exclusivamente durante el fin de semana, aplican la costumbre, acomplejada y paleta. Anquilosada en lo más rancio del siglo pasado. Pronto se impondrá el chándal como uniforme oficial. Por cierto, ¿se han percatado que ahora todos los presentadores conversan unos segundos con el colega de deportes, de buen rollito, en cada telediario? Que sí, les damos la razón. Algunos locutores es mejor que no vistan la corbata, porque las combinaciones finales hacen daño a la vista. Y nos los ponen de corbata a los telespectadores.

Ya ves, querido Leo, el terrible panorama que te espera.