SIGUE SOÑANDO


Dice la leyenda que Polínexa, madre de Alejandro Magno, soñó que su hijo había sido engendrado por el mismísimo Zeus. El nacimiento coincidió con la victoria de su marido, Filipo de Macedonia, en la carrera hípica de los Juegos del 256 a.C. En honor a tal triunfo, Polínexa cambió su nombre por el de Olimpia. Su sueño se cumplió. Alejandro fue el Zeus del mundo conocido entonces. Un infatigable conquistador. El deporte es hoy lo más parecido a la guerra y sus figuras los nuevos mitos de nuestra era. Soñemos.

Legend say that Polínexa, mother of Alexander the Great, she dreamed that her son had been fathered by Zeus. The birth coincided with the victory of her husband, Philip of Macedonia, in the horse race of the Games of 256 BC. In honor of this victory, Polínexa changed her name to Olympia. Her dream was fulfilled. Alexander was the Zeus of the then known world. An indefatigable conqueror. The sport is now as war and his figures the new myths of our era. Let's dream.

olimpiaduerme@gmail.com

miércoles, 29 de febrero de 2012

EL NIVEL DE NUESTROS POLÍTICOS

Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife




¿Estos son los encargados de gestionar el dinero público?
¡España y olé!

jueves, 9 de febrero de 2012

J. EDGAR HOOVER

Seguimos disfrutando de la madurez de Clint Eastwood. Después de dos películas de calidad -'Más allá de la vida' y 'Gran Torino'- pero en mi opinión por debajo de 'Mystic River', 'Million dolar baby', 'Invictus', 'El Intercambio' o el dúo sobre la II Guerra Mundial -'Cartas desde Iwo Jima' y 'Banderas de nuestros padres'- el viejo Clint, más joven y actual que nunca, vuelve a acertar con una excelente biografía sobre John Edgar Hoover, el primer y más carismático director del FBI, entre 1935 y 1972, año de su muerte.

Nada se deja sin contar y todo se cuenta desde una perspectiva políticamente incorrecta. Es decir, vemos al personaje con sus miserias y virtudes, sin convencionalismos ni postulados ni acusaciones que tanto gustan a los progres. Se abordan sus planos político y personal -en especial la relación con su madre- indisolublemente unidos para explicarnos las razones de su ascenso y la pervivencia en la cúspide del poder de Estados Unidos, que es lo mismo que decir del mundo. Una figura que nadie antes se había atrevido a desgrosar por el miedo al qué dirán. Por fortuna todavía tenemos a Clint, a una edad en la cual se expresa como le viene en gana, y esperemos que sea por mucho tiempo. Larga vida. Esta película sí merece verse en el cine.