SIGUE SOÑANDO


Dice la leyenda que Polínexa, madre de Alejandro Magno, soñó que su hijo había sido engendrado por el mismísimo Zeus. El nacimiento coincidió con la victoria de su marido, Filipo de Macedonia, en la carrera hípica de los Juegos del 256 a.C. En honor a tal triunfo, Polínexa cambió su nombre por el de Olimpia. Su sueño se cumplió. Alejandro fue el Zeus del mundo conocido entonces. Un infatigable conquistador. El deporte es hoy lo más parecido a la guerra y sus figuras los nuevos mitos de nuestra era. Soñemos.

Legend say that Polínexa, mother of Alexander the Great, she dreamed that her son had been fathered by Zeus. The birth coincided with the victory of her husband, Philip of Macedonia, in the horse race of the Games of 256 BC. In honor of this victory, Polínexa changed her name to Olympia. Her dream was fulfilled. Alexander was the Zeus of the then known world. An indefatigable conqueror. The sport is now as war and his figures the new myths of our era. Let's dream.

olimpiaduerme@gmail.com

domingo, 5 de agosto de 2012

ORIENTE Y OCCIDENTE


Lamentable. Hace unos días escribíamos sobre la prohibición de la Federación Internacional de Judo a la saudí Wodjan Shaherkani por participar con hijab, prenda ilegal sobre el tatami. Una justa medida que iguala a todos los competidores independientemente de su credo, condición o raza. No tardó la federación, a instancias del Comité Olímpico, en bajarse los pantalones y acatar con vaselina las exigencias de un país medieval. Y encima habrá que agradecérselo. Estas decisiones revelan el carácter acomplejado y cobarde de la vieja Europa. 

Casualidades de la vida, Gabrielle Douglas se convirtió en la primera gimnasta de raza negra en ganar el oro olímpico en el concurso general, toda una proeza contra las excelentes rivales rusas y rumanas. Gabrielle nació en la Estados Unidos de la segregación racial, Wodjan en Arabia Saudí. La diferencia es evidente. En la primera gobierna hoy un presidente negro. En la segunda es imposible ver a una mujer en el máximo cargo. Occidente no debe ceder, ni en política ni en deporte, contra una civilización regida por el Corán.

Publicado en La Región (4-VIII-2012)