SIGUE SOÑANDO


Dice la leyenda que Polínexa, madre de Alejandro Magno, soñó que su hijo había sido engendrado por el mismísimo Zeus. El nacimiento coincidió con la victoria de su marido, Filipo de Macedonia, en la carrera hípica de los Juegos del 256 a.C. En honor a tal triunfo, Polínexa cambió su nombre por el de Olimpia. Su sueño se cumplió. Alejandro fue el Zeus del mundo conocido entonces. Un infatigable conquistador. El deporte es hoy lo más parecido a la guerra y sus figuras los nuevos mitos de nuestra era. Soñemos.

Legend say that Polínexa, mother of Alexander the Great, she dreamed that her son had been fathered by Zeus. The birth coincided with the victory of her husband, Philip of Macedonia, in the horse race of the Games of 256 BC. In honor of this victory, Polínexa changed her name to Olympia. Her dream was fulfilled. Alexander was the Zeus of the then known world. An indefatigable conqueror. The sport is now as war and his figures the new myths of our era. Let's dream.

olimpiaduerme@gmail.com

sábado, 29 de agosto de 2015

Christophe Gagliano vs Kenzo Nakamura (1997 World Championship)


El japonés Kenzo Nakamura pertenece a una singular familia de judokas en la que tres hermanos han sido campeones mundiales (Kenzo, Yukimasa y Yoshio). Kenzo supera a sus hermanos añadiendo otro título superior: Campeón Olímpico (Atlanta 96).

Christophe Gagliano era un notable competidor francés de la década de los noventa. Medallista olímpico en Atlanta 96 (bronce), en la categoría del peso ligero (-71 kg); tiene también cuatro medallas (1 de plata y 3 de bronce), en Campeonatos de Europa. Aquí se enfrenta a Kenzo Nakamura por el título mundial del peso ligero en los campeonatos de 1997, en Paris; últimos en los que el  judogi era blanco en ambos competidores.

Nakamura, en aquel momento campeón olímpico, aplica con éxito su técnica especial (uchi-mata) desbaratando las ilusiones de Gagliano y  del fervoroso público que lo jaleaba.

The japanese Kenzo Nakamura belongs to a family with three world champions brothers (Yukimasa, Kenzo and Yoshio). Kenzo also was an Olympic champion (Atlanta 96). Christophe Gagliano was a good French judoka in the 1990s. Olympic bronze at lightweight cathegory (- 71 kg) in Atlanta 96, he also won four European medals (one silver and three bronze). The two fought for the world title in Paris 1997. Last tournament with the white judogi for competitors. Nakamura used his best technique (uchi-mata) ending with the hopes of Gagliano and his fans. 
Rokudán

viernes, 14 de agosto de 2015

MARATÓN (por Aníbal)



Por lo que he leído la mayoría de las crónicas de un maratón suelen ser bastante épicas y emocionantes, creo que esta no lo será. Y no lo va a ser no por falsa modestia, ni tampoco por soberbia, sino sencillamente porque no es mi forma de contar las cosas. Ni siquiera es una crónica al uso porque con estas líneas pretendo ser de ayuda para aquellos que tienen dudas y navegan por internet buscando información sobre el maratón y sus entresijos.


Antes de nada y para que os hagáis una idea os daré unos cuantos números. Mido 1.78 peso 72 kilos y tengo 37 años. Siempre he practicado deporte aunque en algunos momentos con mayor intensidad que otros. No creo tener una especial aptitud física para el atletismo aunque, quizás, sí mental. Desde hace 4 años corro asiduamente. Empecé saliendo 3 días a la semana compaginándolo con el fútbol y poco a poco fui aumentando la complejidad de los entrenamientos. Al principio solo 35/40 minutos de carrera continua y a veces cuestas, luego ya introduje fartlek, series, abdominales, lumbares, gimnasio. En cuanto a competir también me lo tomé con mucho sosiego. Primero carreras de 6 kms, más tarde de 10 y, ya por fin, medio maratón (concretamente 4).


Lo del maratón era algo que me empecé a plantear hace 3 años y sin obsesionarme fui poniendo las bases hasta que una noche de cena con los amigos nos envalentonamos gracias a un par de botellas de vino y nos comprometimos a viajar a Ginebra para correr el maratón en esa ciudad. Pero dejemos eso para más adelante.


Lo más duro del maratón no es la carrera en sí, sino los cuatro meses previos en los que hay que llevar a cabo la preparación específica. Hace falta paciencia, mucho cariño y muchas ganas de cumplir el objetivo. Si corres habitualmente y dispones de tiempo es algo que puede hacer cualquiera, otro cantar es cuál es el tiempo que quieres marcar en la llegada.


Mi objetivo era bajar de 3h 30 min. ¿En qué me basaba? En mis marcas recientes. En carreras de 10km, 41min 05segs y medio maratón 1h 34min 45 segs. Debo reconocer que incluso aspiraba a acercarme a 3h 20min porque el medio maratón que hice 2 meses antes del gran día no lo corrí a tope.


¿En qué consistió la preparación? En primer lugar os diré que lo dividí en dos partes de dos meses cada una. En ambos casos salía 5 días. Durante la primera parte aumenté progresivamente los kilómetros semanales de 50km fui aumentando hasta llegar a 70km, en esta parte no hice series aunque sí machacaba ritmo (4:40). Más o menos en los dos primeros meses acabé haciendo 450 km. Los dos meses siguientes ya afiné más y hacía series sobre todo de 3.000, 2.000 y 1.000 mts. y por supuesto las tiradas largas. Sin embargo tuve un problema en la rodilla, en el vasto interno de la rodilla derecha,  a 5 semanas de la carrera. Estuve dos semanas sin hacer nada tratándome con fisioterapia. Pensé que todo el trabajo se iba al garete, por suerte pude reanudar a 3 semanas los entrenamientos aunque con mucho cuidado sin sentir ningún tipo de molestia. Finalmente solo pude hacer dos tiradas largas de 2 horas y 2h 30min respectivamente. En total en estos dos meses finales hice unos 350 km.


Durante la preparación fui al fisioterapeuta al menos una vez por semana. Cuatro días antes de la carrera me di el masaje final. Todo estaba en su sitio.


Con esto, cuando salimos hacia Ginebra estaba nervioso pero a la vez aliviado porque sabía que de un modo u otro iba a correr mi primer maratón y estaba  convencido de que lo iba acabar. La incógnita era la marca. Conseguí dominarme y ser realista para fijarme como meta bajar de 3h 30mins. Mi orgullo competitivo me decía que podía acercarme a 3h 25min pero no quería darme un batacazo, más si tenemos en cuenta que era mi primer maratón.


El día anterior a la carrera traté de andar lo menos posible pero aun así visitamos la ciudad. Al mediodía comí pasta y por la noche también, a eso de las 9. A las 10 y media al sobre.


No es que durmiese especialmente bien pero conseguí descansar, supongo que serían los nervios. Me levanté a las 6:30 para desayunar. Nada de experimentos. Zumo de naranja, plátano, pechuga de pavo, y yogur con muesli. Fui al baño como es habitual antes de las carreras y de allí a poco a la parada de tranvía para llegar a la salida. Una vez allí, dejamos las mochilas y poco antes de las 9:30 me embadurné con vaselina para evitar cualquier percance. A las 9:35 ya estaba listo para comenzar. Calentamiento de las articulaciones, sobre todo rodillas y tobillos. Me sitúe al final de la zona de 3:30. Las condiciones meteorológicas eran perfectas 16°C, apenas soplaba el viento y el cielo estaba cubierto.
 
Una vez que se dio la salida eché a correr suavemente a 5:20 aprox. Viendo a una distancia prudencial la bandera de 3:30. No me cebé ni me puse nervioso, quería utilizar los primeros 10 km como forma de ver cómo estaba y me sentí bien. En esos 10 km aumenté de forma muy suave el ritmo y ya tenía a 50 metros al globo en el km 9. Creo que en el 14 le alcancé. En todo momento me veía bien, nada apurado y con la respiración nada agitada. En todos los avituallamientos bebí y en 4 de ellos coincidiendo, aproximadamente con los km 10, 20, 28 y 35 tomé geles de los que daba la organización. En el km 18 creo recordar que me vine un poco arriba y me fui unos metros por delante del globo pero a los 4 km la precaución ¿quizás excesiva? hizo que me dejase atrapar por el grupo. Todo transcurrió sin sobresaltos entre urbanizaciones, viñedos y tierras de labor hasta que llegamos al km 34 con una bajada pronunciada que te conducía a la ciudad, esa bajada me supo a gloria e incluso pensé en irme del grupo pero cuando volvimos al llano, en la carretera que bordea el lago, empecé a darle a la cabeza otra vez y preferí quedarme. En ese instante tuve que esforzarme porque me dio la sensación de que flaqueaba. Creo que fue algo más mental que físico. Pensé “!Aún 7 km¡” pero me controlé y mantuve el ritmo.

Sin embargo a 2 km tuve otra pequeña crisis en parte porque me empeñé en beber en el último avituallamiento y casi me atraganto, me quedé a 100 mts del globo pero mantuve la calma porque ya sabía que si no había un descalabro iba a conseguir la marca objetivo. El último km fue, creo, el más lento, entré andando en la meta, no tanto por cansancio como para saborear que había cumplido mi objetivo, 3h 28min 45segs.