SIGUE SOÑANDO


Dice la leyenda que Polínexa, madre de Alejandro Magno, soñó que su hijo había sido engendrado por el mismísimo Zeus. El nacimiento coincidió con la victoria de su marido, Filipo de Macedonia, en la carrera hípica de los Juegos del 256 a.C. En honor a tal triunfo, Polínexa cambió su nombre por el de Olimpia. Su sueño se cumplió. Alejandro fue el Zeus del mundo conocido entonces. Un infatigable conquistador. El deporte es hoy lo más parecido a la guerra y sus figuras los nuevos mitos de nuestra era. Soñemos.

Legend say that Polínexa, mother of Alexander the Great, she dreamed that her son had been fathered by Zeus. The birth coincided with the victory of her husband, Philip of Macedonia, in the horse race of the Games of 256 BC. In honor of this victory, Polínexa changed her name to Olympia. Her dream was fulfilled. Alexander was the Zeus of the then known world. An indefatigable conqueror. The sport is now as war and his figures the new myths of our era. Let's dream.

olimpiaduerme@gmail.com

miércoles, 22 de marzo de 2017

ARTE DEGENERADO

Vivimos en la era de lo políticamente correcto, donde decir que te gusta el boxeo o algún otro deporte de contacto te convierte en un ser salvaje, posiblemente antidemócrata. Incluso fascista. La sociedad española está tan anestesiada que no soporta que dos atletas, meticulosamente preparados, en el libre derecho de su voluntad, luchen sobre un cuadrilátero ateniéndose a unas normas concretas y controles médicos regulares.


En cuanto aparece la sangre, los bienpensadores se asustan. Si se produce una muerte, enseguida claman por la abolición de este deporte. No sucede así por el fútbol. Tampoco por las carreras populares, que se cobran víctimas cada año.


El boxeo llegó a paralizar España en un tiempo no muy lejano. Hoy se asocia al franquismo, a la marginalidad, a la delincuencia. Sólo los toros han experimentado mayor retroceso en los medios de comunicación y en la opinión pública. Cierto es que personajes como Poli Díaz, Mike Tyson o Floyd Mayweather no aguantan el tipo ante caballeros del deporte como Nadal y Federer, pero el ring no tiene culpa de los actos de sus protagonistas, como la hierba poco tiene que ver con botarates como Maradona.

Pocos deportes, me atrevería a decir que ninguno, han suscitado tal atracción sobre poetas, intelectuales o cineastas. Seres de otro tiempo, claro, quienes encontraron la magia y el embrujo donde ahora muchos sólo ven violencia. Un profesor universitario me dijo en una ocasión que eso era una pelea de cazurros, que ganaba siempre el más bruto. Era evidente que no tenía ni idea de boxeo.
Publicado en La Región (19-03-2017)