Existen deportistas que convierten su especialidad en Arte, sus movimientos y acciones en obras maestras. Comenzamos esta serie con el maravilloso futbolista francés Zinedine Zidane (Marsella, 1972). ¡Qué podríamos escribir! Yo creo que estaba enamorado de él. De su elegancia, su técnica, su visión del campo y lectura del juego... todo menos de sus pocas pero destacadas idas de olla. Porque le hemos visto cometer acciones de delincuente, entradas salvajes, además del bochornoso cabezazo en la final del último Mundial. Bueno, los grandes genios también tienen sus locuras. Dicen que estas reacciones eran típicas por su carácter marsellés (como si los parisinos tuviesen mejor humor). En su favor podemos añadir que fue una estrella discretísima lejos del césped. Comedido en sus comentarios y amable con los medios de comunicación.
Apartemos las sombras. Hágase la luz. Disfrutemos con su talento y elegancia innata para este juego. Con ustedes, "Zizou", o "Zinexin". "¿Quién es ese señor que juega con el Real Madrid?", seguro que alguna vez escucharían este comentario a cargo de, por supuesto, alguna mujer. Queridas amigas, es Zidane. Un genio.