miércoles, 12 de marzo de 2008

PAUL GASCOIGNE, HASTA LA ÚLTIMA GOTA




Lo describen como un "George Best sin cerebro". Paul Gascoigne (Newcasttle, 1967) parecía un brasileño con el balón por el césped, pese a su pinta de inglés cervecero y broncas. Las apariencias no engañaban en este caso. Gascoigne se ha pegado con desconocidos a altas horas de la madrugada, con famosos -el músico Liam Gallagher el último- también a altas horas de la madrugada, con periodistas y con mujeres. Su comportamiento incontrolable, alguna que otra lesión producto de su baja forma y su adicción al alcohol fundieron su talento y su prometedora carrera. Dos imágenes la marcan: la monumental bacanal celebrada durante una concentración de la selección inglesa en La Manga y aquella expulsión en la semifinal de Italia 90 contra Alemania, por dos tarjetas amarillas. Llorando cual bebé tras comprender la ocasión perdida, porque nunca más llegó a disputar otro Mundial. Depresivo, afirmó haber pasado seis semanas como un zombie, anestesiado con cocaína. Ya sin fútbol en sus piernas, sus contínuos intentos y anuncios de rehabilitación terminan en recaídas cada vez más preocupantes. Siguiendo los mismos pasos del gran George Best hacia el abismo.

Publicado en La Región (12-02-2007)