domingo, 27 de julio de 2008

EDDIE GRIFFIN PERDIÓ EL TREN


"Era un buen chico, pero tenía una vida demasiado desordenada", resumió sobre él un mánager de la NBA. El jugador de baloncesto estadounidense Eddie Jamaal Griffin (1982-2007) murió una cálidad noche de verano en Houston, tras jugarse un pulso contra un tren de mercancías. Pulverizado, sólo se le pudo identificar por los restos de su dentadura. Adiós a otra promesa de gran talento en el instituto, apremiado por la necesidad de dólares y devorado por el alcohol y las drogas. Llegó a la NBA esclavo de la botella. Al tercer año de profesional tuvo que acogerse a un programa de desintoxicación y pasar varios días en la cárcel, acusado de maltratar e incluso disparar a su pareja. En 2006 un suceso truculento asombró a medio país. Sin permiso de conducir, estrelló su coche mientras se masturbaba viendo una película pornográfica en marcha (sic). Sus ausencias y locuras le dejaron en el paro, ningún club quería arriesgarse a contratarlo. Quizá esta situación, o el recuerdo de un hermano fallecido, u otro cortocircuito similar, le empujaron a terminar con todo, en lugar de ordenar su vida y exprimir su talento.

Publicado en La Región (24-09-2008).