sábado, 6 de septiembre de 2008

EDDIE GRIFFIN PERDIÓ SU TREN

"Era un buen chico, pero tenía una vida demasiado desordenada", dijo sobre él un directivo. El jugador de baloncesto estadounidense Eddie Jamaal Griffin (1982-2007) murió una cálida noche de verano en Houston, tras intentar un pulso imposible contra un tren de mercancías. Pulverizado, sólo se le pudo identificar por sus dientes. Adiós a otra promesa de gran talento en el instituto, apremiado por la necesidad de dólares y devorado por el alcohol y las drogas. Llegó a la NBA como un esclavo de la botella. Al tercer año tuvo que acogerse a un programa de desintoxicación y pasar varios días en la cárcel, acusado de maltratar -e incluso disparar- a su pareja. En 2006 un truculento suceso asombró a medio país. Sin permiso de conducir, estrelló su coche mientras se masturbaba viendo una película porno en marcha. Una de tantas locuras y ausencias injustificadas que le dejaron en el paro. Quizá esta situación, el torturador recuerdo de un hermano fallecido u otro cortocircuito similar, le empujaron a terminar con todo, en lugar de ordenar su vida y exprimir su talento en la cancha.

Publicado en La Región (24-09-2007)