jueves, 9 de agosto de 2012

EN TIERRA DE NADIE


El atleta sudafricano Oscar Pistorius es una fuente de inspiración para cualquier persona. Nacido sin los huesos peroné, parecía condenado a vivir en una silla de ruedas, pero el progreso tecnológico y su infatigable instinto de supervivencia, desarrollado al máximo por su madre, le han permitido mejorar hasta meterse entre los 16 humanos más rápidos en la distancia de 400 metros, corriendo con dos prótesis como prolongación de sus piernas. Un logro conmovedor, una victoria contra lo imposible y lo impensable. 

La paradoja de Pistorius es que se encuentra en tierra de nadie, demasiado superior al resto en los parolímpicos, a un nivel medio-bajo entre la elite. Existen tantos informes científicos sobre el efecto ventajoso como sobre los inconvenientes de sus prótesis. La federación internacional de atletismo prohibió su concurso, pero el TAS –que ofrece tanta confianza como un mantero- lo revocó. “No vine a ganar, vine a cumplir un sueño”, declaró en Londres. 

Siendo fiel al reglamento, su concurso sería ilegal. Con la mano en el corazón, es una maravilla.

Publicado en La Región (7-VIII-2012)