El judo español
intervino por primera vez enla competición olímpica con un solo participante:
el canario Santiago Ojeda. Era el año 1972 y aquellos Juegos, ensangrentados
por un atentado terrorista, tuvieron lugar en la ciudad alemana de Munich. Casi
medio siglo después,el balance de España en la competición más importante de
este deporte, es de seis medallas (tres de oro, una de plata y dos de bronce)
La única medalla
olímpica del judo español en categoría masculina la consiguió el madrileño
Ernesto Pérez en los Juegos de Atlanta 96. Fue una medalla de plata en la
categoría del peso pesado (en aquel tiempo +95 kg); su oponente en la final, el
francés David Douillet, (cuatro veces campeón mundial y doble campeón olímpico),
era el mejor judoka francés de todas las épocas…hasta la llegada del
campeonísimo Teddy Riner.
Con casi dos metros de
estatura, Ernesto consiguió su primera medalla (bronce) en los campeonatos de
España absolutos de 1989. En 1991 se proclamó campeón de España del peso pesado
por primera vez; lo seria en seis ocasiones más. En esta competición siempre se
encontró en la final con dos rivales: el madrileño Carlos Amores y el canario
Aythami Ruano.
Ernesto participó en once
ediciones de los campeonatos de Europa. Consiguió una medalla de plata en 1999
llegando a la final frente al turco Selim Tataroglu. Al año siguiente repitió
medalla, esta vez de bronce.
Ernesto Pérez fue siete
veces campeón de España, ganó cuatro finales a Carlos Amores y, en tres
ocasiones, al impresionante canario Aytami Ruano, el cuarto de nuestros nueve
campeones de Europa. Participó en tres Juegos Olímpicos (Barcelona 92, Atlanta
96 y Sidney 2000). Sin duda, su mayor éxito deportivo lo consiguió en los
Juegos de Atlanta.
El factor suerte, tan
decisivo en todos los órdenes de la vida, hace que el georgiano David Khakhaleichvili
(anterior campeón olímpico en Barcelona 92, doble subcampeón mundial y tres
veces campeón de Europa), se pierda por las carreteras de Atlanta y no llegue a
tiempo al pesaje, quedando fuera de la competición. Un rival menos para
Ernesto, pero le esperaban otros no menos difíciles.
Bate
en su primer combate al turco Selim Tataroglu, que más tarde seria cuatro veces
campeón de Europa y doble subcampeón mundial; después cae el alemán Frank
Moller, en ese momento, subcampeón del mundo; le sigue el húngaro Imre Csosz,
campeón de Europa del año anterior y, en la semifinal, se encuentra con la
gigantesco chino Shenggang Liu (2.05 m/145 kg), campeón de Asia, al que también
elimina.
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