SIGUE SOÑANDO


Dice la leyenda que Polínexa, madre de Alejandro Magno, soñó que su hijo había sido engendrado por el mismísimo Zeus. El nacimiento coincidió con la victoria de su marido, Filipo de Macedonia, en la carrera hípica de los Juegos del 256 a.C. En honor a tal triunfo, Polínexa cambió su nombre por el de Olimpia. Su sueño se cumplió. Alejandro fue el Zeus del mundo conocido entonces. Un infatigable conquistador. El deporte es hoy lo más parecido a la guerra y sus figuras los nuevos mitos de nuestra era. Soñemos.

Legend say that Polínexa, mother of Alexander the Great, she dreamed that her son had been fathered by Zeus. The birth coincided with the victory of her husband, Philip of Macedonia, in the horse race of the Games of 256 BC. In honor of this victory, Polínexa changed her name to Olympia. Her dream was fulfilled. Alexander was the Zeus of the then known world. An indefatigable conqueror. The sport is now as war and his figures the new myths of our era. Let's dream.

olimpiaduerme@gmail.com

jueves, 26 de diciembre de 2013

LEER EN NAVIDAD


Dos excelentes artículos de José Carlos Bermejo, Catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Santiago de Compostela, al que pueden seguir todos los domingos en el periódico 'El Correo Gallego'.

Sobre la obsesiva ambición de ciertos científicos:

Sobre el dislate de nuestra organización educativa y universitaria.

viernes, 20 de diciembre de 2013

A propósito de… ROLAND BURGER

Roland Burger, fue el tercer Asesor Técnico de la Federación Español de Judo. Le habían precedido en este cargo, el japonés Kiyoshi Mizuno durante un breve periodo (1956-58) y, anteriormente, el famoso pintor francés y polémico judoka Yves Klein de fugaz paso en 1954. 

Se puede considerar a Roland (nacido en Paris en 1932), como el gran arquitecto del judo español. Notable competidor, comenzó la práctica del judo a los dieciséis años, bajo la dirección de Igor Correa, profesor con quién también se había iniciado Yves Klein. Su venida a España como responsable técnico de la entonces Delegación Nacional de Judo, encuadrada en la Federación Española de Lucha, fue en 1958. Ese mismo año consiguió la medalla de bronce en los Campeonatos de Europa celebrados en Barcelona -era la primera vez que tenían lugar en nuestro país-, en la categoría de 3º dan (en aquel tiempo los campeonatos continentales eran por dan – de 1º a 4º -, tres categorías de peso y todas la categorías). 

Roland, en sintonía con el vicepresidente de la Federación Española de Judo Sr. Úrculo (Rafael Úrculo de Irabien, hombre de confianza del primer presidente de la Federación Nacional, don Agustín Aznar) llevó, durante muchos años, las riendas del judo español con mano firme y realizando un ingente trabajo de divulgación, impartiendo clases y formando profesores en diversas instituciones civiles, militares y de Orden Público como la Escuela de Mandos José Antonio, INEF, Infantería de Marina, Ejército, Guardia Civil, Policía Armada etc. Recorría las provincias para tomar el pulso del judo en las distintas regiones; otra de sus funciones más importantes, era la selección y preparación del Equipo Nacional. Todo lo que afectara, de algún modo, al judo español pasaba por sus manos. 

Organizó un exigente sistema exámenes para cinturón negro, con una previa fase de competición en la que había que obtener 51 puntos, para pasar posteriormente al examen técnico. No era nada fácil, pues los puntos que se conseguían con los combates ganados se reducían con los combates perdidos y como las convocatorias eran, con algunas excepciones, dos veces al año (en el lugar donde se celebraban los Campeonatos de España y en octubre o noviembre en Madrid), para muchos el pasar a cinturón negro era misión imposible en aquella época; solo estaban exentos de la competición los mayores de cuarenta años. Con este duro sistema salían buenos cinturones negros pero tenia le inconveniente de que un numero considerable de practicantes abandonaban el judo para irse otras artes marciales, que empezaban a implantarse en España, en las que el acceso a cinturón negro no era tan riguroso. 

También en su tiempo salieron los primeros maestros de judo, celebrándose el primer examen en marzo 1962 y, después en junio, el primer curso de titulación. Posteriormente a partir de 1968, se reconvirtieron en las titulaciones actuales de maestro, profesor y monitor. Roland trajo, durante algunos años, al maestro Michigami, 7º dan, para elevar el nivel técnico de los profesores. 

En 1965 se celebraron en Madrid, por segunda vez en España, los Campeonatos de Europa y Roland como pieza fundamental de la organización consiguió que ésta fuera un éxito, que se vio incrementado por la medalla de bronce del bilbaíno Salvador Álvarez. 

Puso en marcha en 1972, siendo presidente Antonio García de la Fuente, la Liga Nacional de Federaciones, en tres divisiones, importante competición por equipos regionales sin categorías de peso, y los Campeonatos de España femeninos, que en sus dos primera ediciones eran de demostración. El broche de oro de su gestión fue que España consiguiera en 1973, su primer campeón de Europa de judo con el canario Santiago Ojeda, hito que no volvería a repetirse hasta quince años más tarde. 

Roland escribía regularmente artículos, en las revistas de judo que editaba la Federación, sobre aspectos de índole diversa relativos a la técnica, competición, actitud, profesorado o moral, bajo el titulo 'A propósito de'. La Federación le otorgo su insignia de brillantes y rubíes que le fue impuesta por el ministro de Educación y Ciencia Sr. Villar Palasí en su despacho oficial, así como la Medalla de Oro al Mérito Deportivo que recibió de manos de don Agustín Aznar. 

En 1974, por desavenencias con el presidente de la Federación García de la Fuente, Roland deja la Dirección Técnica, después de dieciséis años de fecunda labor. Con su marcha finaliza una etapa que fue clave en el desarrollo y consolidación del judo español; le sucedió el valenciano Miguel Villamón. Volvió a colaborar con la Federación durante el largo periodo de Luís Báguena en la presidencia, pero sin el peso y la autoridad de otros tiempos. En 1987 ascendió a 8º dan junto a Henri Birbaum, introductor del judo en Cataluña. 

Más tarde, ya nacionalizado español, se presentó a la presidencia de la Federación Española donde pudo comprobar lo frágiles que son las lealtades cuando uno ya no está en el poder y lo pronto que se olvidan las cosas, ya que algunos que tanto le debían y que le prometieron su apoyo, finalmente lo dejaron tirado de un día para otro; posiblemente éste fiasco supusiera una de sus mayores decepciones. 

Roland Burger Rouquet, el gran organizador del judo español, falleció en agosto de 2005 en Madrid, a los 73 años. En las luces y sombras que como dirigente tuvo, se imponen con claridad las primeras. 

Rokudan.

jueves, 12 de diciembre de 2013

KENTERIS Y THANOU, AMOR Y ESTEROIDES / KENTERIS & THANOU, LOVE AND STEROIDS


En los Juegos de Sydney 2000, una pareja de osados blancos irrumpieron en la dictadura negra de la velocidad. Kostas Kenteris (Mytilene, 1973) ganó los 200 metros lisos, repitiendo la gesta en el Mundial de 2001. Su novia, Ekaterini Thanou (Atenas, 1975) sólo fue superada por la entonces gran Marion Jones en los 100. Ambos se convirtieron en dioses griegos, favoritos a portar la antorcha en los esperados Juegos de 2004. Parte del secreto de su éxito era el esteroide THG, fabricado en los laboratorios Balco y suministrada a ambos por su entrenador. La comisión antidopaje comenzó a detectarla, entonces también la huida hacia el abismo. Kenteris y Thanou redujeron a máximo sus apariciones e eludieron dos controles con mil artimañas. Pero días antes del comienzo de los Juegos de Atenas, fueron convocados sin posibilidad de evasión. Desesperados, simularon un chapucero accidente de moto para eludirlo. Descubiertos, fueron expulsados de la villa olímpica y marcados para siempre. Kenteris no regresó jamás a la competición. Thanou lo intentó de nuevo en Pekín 2008, pero el COI forzó su retirada. La oda se convirtió en tragedia griega.

Publicado en La Región (21-12-2009)


In the Sydney 2000 olympic games, two white people broke into the black speed dictatorship. Kostas Kenteris (Mytilene, 1973) won the 200 meter and repeated in the 2001 world championship. His girlfriend, Ekaterini Thanou (Athens, 1975) won the 100 meters silver medal behind Marion Jones. The couple became a Greek gods. Part of their secret was the steroid THG, Balco labs manufactured and supplied by their coach. The Anti-Doping Commission began to detect it and the athletes began to panic. Kenteris and Thanou eluded two controls with excuses, but days before the start of the Athens Olympics, the two were summoned again. In desperation, the two simulated a motorcycle accident. Discovered, athletes were expelled from the Olympic village. Kenteris is not never returned to racing. Thanou tried it again in Beijing 2008, but the IOC forced her retired. The Greek Ode became Greek tragedy.

viernes, 22 de noviembre de 2013

OIR, VER Y CALLAR / LISTEN, WATCH AND SILENT (XXIII)

ENTRE UN MONTÓN DE LIBROS POLVORIENTOS
José Brunet y Bellet fue un próspero empresario textil del siglo XIX, apasionado por la cultura. Tan apasionado que, cumplidos los 60 años, se dedicó a la investigación histórica. En 1890 publicó su teoría sobre el origen del Ajedrez. En la actualidad se localiza en la India, bajo el nombre de 'Chaturanga', cuando allí llega el mismísimo Alejandro Magno.

El anciano Brunet y Bellet discutió esta línea histórica en su tiempo, señalando su verdadero origen en Egipto. En cualquier caso, es un curioso y polémico estudio, rescatado entre docenas de libros polvorientos de alguna biblioteca perdida. La de un loco soñador de una curiosidad insaciable.

'El Ajedrez. Investigaciones sobre su origen', por José Brunet y Bellet. (Hispano Europea). 426 páginas.

Publicado en La Región (30-04-2007)

miércoles, 20 de noviembre de 2013

OIR, VER Y CALLAR / LISTEN, WATCH AND SILENT (XXII)

LA SOLEDAD DEL CORREDOR DE FONDO
Un joven marginal del Nottingham de los años 60 encuentra en el atletismo el medio para desahogar la frustración causada por una familia desequilibrada y la rabia ante un futuro sin esperanza. Mucho más que deporte, la película pertenece al movimiento renovador 'Free Cinema', inspirada a su vez en una novela del Allan Sillitoe, escritor del llamado grupo 'Angry young men'. Aires de renovación y lucha contra una vieja Inglaterra acomodada. Sobra algún efecto hortera, pero está considerada como una de las mejores del género, pese a no tratar un hecho real.

'La soledad del corredor de fondo' (Inglaterra, 1962). Dirigida por Tony Richardson. 99 minutos.

Publicado en La Región (23-04-2007)

THE LONELINESS OF THE LONG DISTANCE RUNNER

A marginal young of the 1960s Nottingham discovers in athletics the way to forget the personal problems: an unstable family and a future without hope. This film belongs to the 'Free Cinema' renove movement, inspired by an Allan Sillitoe´s novel, writer 'Angry young men' group. 

'The loneliness of the long distance runner' (England, 1962). Directed by Tony Richarson. 99 minutes.


lunes, 11 de noviembre de 2013

COMERCIANTES SABIOS Y CIENTÍFICOS PARDILLOS (por José Carlos Bermejo)

Interesante artículo de opinión escrito en El Correo Gallego sobre el origen de algunos de los medicamentos que hoy son de uso común y de los intereses de las grandes industrias farmaceúticas, que se aprovechan del 'síndrome del pastilleo' de los habitantes de los países desarrollados. (Pinchar en el enlace de abajo).

'Comerciantes sabios y científicos pardillos' 
José Carlos Bermejo 
(Catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Santiago)
El Correo Gallego
10-XI-2013

sábado, 2 de noviembre de 2013

LORENZO BANDINI, EL DESTINO ESTABA ESCRITO / LORENZO BANDINI, THE WRITING DESTINATION



“Si está escrito en tu destino, vas a morir. Sea conduciendo o no”, declaraba mirando al firmamento el piloto italiano Lorenzo Bandini (1935-1967). Bandini era la esperanza italiana de la mítica escudería Ferrari para los años 60, toda vez probada su fidelidad cuando empujó de la pista a Graham Hill en beneficio de su compatriota John Surtees. El 10 de mayo de 1967 se plantó en Mónaco, su circuito favorito, con opciones de triunfo. Tras dura pugna contra su ‘colega’ Hill, se colocó en segunda posición, en feroz persecución de Denny Hulme. El esfuerzo y la velocidad al límite le hicieron perder el control en la ‘chicane’ del puerto. Allí golpeó una rueda contra la barandilla y volcó sobre la protección (sic) de paja. El bólido ardió por dos veces, mientras los operarios y ¡el público! Intentaban rescatarle. Salió de las brasas hecho un guiñapo, quemado al 70%, con 10 fracturas y sin un brazo. Soportó la tortura tres días en el hospital, pero su destino –como tantas veces dijo- estaba ya escrito. Bandini no se convertiría en la nueva estrella de Ferrari y sí una más de las que pueblan el cielo.
 
Publicado en La Región (14-12-2009)

"If it is written in your destination, you will die," said the Italian driver Lorenzo Bandini (1935-1967). Bandini was the Italian hopes Ferrari Scuderia in 60s. On May 10, 1967, he was driving in Monaco. He was chasing leader Denny Hulme. The effort and speed to the limit made him lose the car control. The car hit a wheel against the fence and overturned on a protection of straw. The racing car was burnt twice, while operators and -the public!- tried to rescue him. He left with burns on 70 percent of his body, with 10 fractures and without an arm. He endured torture for three days in the hospital, but his destiny - as he says - was written. Bandini would not become the Ferrari new star. He became another star in the sky.

domingo, 20 de octubre de 2013

SUEÑOS / DREAMS (XXII): MARY NO SUPO PERDER / MARY DIDN'T KNOW TO LOSE

12 de agosto de 1984. Final olímpica de los 3.000 metros femenina en el Memorial Coliseum de Los Ángeles, California. Mary Decker, 'la novia de América', es la favorita en todas las apuestas. Una más entre las cuatro atletas en una cabeza de carrera apretada durante los cinco primeros minutos. En ese momento, Decker cae y se lesiona en un tobillo y en una cadera. La campeona mundial en 1983 pierde el oro, llorando desconsolada sobre el césped ante el enfado local. 

La grada y la propia estadounidense, en sus declaraciones a los medios, apuntaron a la británica Zola Budd como culpable. La atleta de origen sudafricano corría descalza. La propia Decker se negó a saludarle en la meta. Las imágenes demostraron que Mary sólo había tropezado, producto de la mala suerte y nada extraño entre tanto cuerpo a cuerpo. Además, Budd iba por delante y no tenía referencias visuales. Pero Mary Decker nunca lo reconoció, aunque con el paso del tiempo moderó su discurso. Mal perder. Budd, por cierto, pagó el esfuerzo y el abucheo del estadio, terminando en séptima posición. 

El perfil: Mary Decker nació el 4 de agosto de 1958 en Bunnvale (Estados Unidos). Se retiró en 1999. Zola Budd nació el 26 de mayo de 1966 en Bloemfontein (Sudáfrica). Todavía participa en maratones.

Publicado en La Región (12-05-2008)  

August 12, 1984. Olympic 3,000 metres final female at the Memorial Coliseum in Los Angeles, California. The USA Mary Decker, is the favorite. The first five minutes of race are matched. But Decker falls and is injured on an ankle and a hip. The 1983 World Champion loses gold medal and cries on the lawn while the fans is angry. The stadium and Decker blamed Britain's Zola Budd by the fall. The South African ran barefoot. Decker not greeted Budd in finish line. Images showed that Mary stumbled, bad luck. Budd ran and she didn´t see to Decker. Budd finished in seventh position. 

 Profile: Mary Decker was born on August 4, 1958 in Bunnvale (United States). He retired in 1999. Zola Budd was born on May 26, 1966 in Bloemfontein (South Africa). She now participates in marathons.

sábado, 12 de octubre de 2013

DIMITRI DE FAUW, EL PESO DE LA CONCIENCIA / DMITRI DE FAUW, CONSCIENCE


Existen pocos casos tan dramáticos como el del ciclista belga Dimitri de Fauw (1981-2009). Un especialista en pista cubierta que tuvo la mala suerte de tropezar con el español Isaac Gálvez en una de las pruebas de los Seis días de Gante, un 25 de noviembre de 2006. Producto del choque, De Fauw terminó en el suelo, magullado. Gálvez perdió el control, se golpeó contra la barandilla y falleció poco después. Dimitri se enteró en el mismo hospital por el comentario de unos médicos. Nadie acusó ni recriminó al belga por lo sucedido, una de tantas caídas fortuitas y habituales en este deporte. Salvo su propia mente. Durante casi tres años soportó el peso diario de su conciencia. Ni el tratamiento psiquiátrico, ni el apoyo de ciclistas y familiares mitigaron su complejo de culpa. “Soy una ruina emocional”, había declarado a los medios. Estaba marcado. Un 6 de noviembre, tras competir en Grenoble, regresar con un compañero y cenar con su novia, De Fauw se encerró en casa junto a sus demonios interiores. Lo encontraron la mañana siguiente, ahorcado. Libre de culpa.
 
Publicado en La Región (7-12-2009)

Dmitri de Fauw (1981-2009) was a cyclist with very bad luck. On November 25, 2006 he competed in 'Ghent six days'. He crashed in race against the Spanish cyclist Isaac Gálvez. De Fauw is struck against the ground but Galvez hit his head against the fence and died. Dmitri met the news at the hospital and he was traumatized forever. He lived for three years with a stone on his conscience. No treatment was positive. November 6, 2009 he committed suicide at his home. Drastic release.

viernes, 13 de septiembre de 2013

miércoles, 28 de agosto de 2013

ROGERIO SAMPAIO, la voluntad de vencer


Nadie daba un duro por el brasileño Rogerio Sampaio en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 en la categoría del  peso semiligero (-65 kg). Todas las fundadas esperanzas de su país estaban puestas en Aurelio Miguel, judoka de ascendencia española, campeón del peso semipesado (-95 kg.), en los anteriores Juegos celebrados en Seúl 88 y primera medalla olímpica del judo brasileño.

Pero, como a menudo suele ocurrir, los pronósticos fallaron y Aurelio Miguel se fue de vacío, mientras que Sampaío consiguió la segunda medalla de oro olímpica de judo para Brasil. A diferencia de su compatriota, que había ganado todos sus combates en la olimpiada anterior, por decisión arbitral, sin marcar ninguna técnica, Rogelio Sampaio sembró su trayectoria de impresionantes proyecciones, haciendo estragos en sus rivales con su soberbio o-soto-gari hidari.

Sampaio, que llegó a Barcelona en unas condiciones físicas y sicológicas poco favorables (el suicidio de su hermano, un buen judoka,  le afectó mucho), superó todos estos inconvenientes, con su buena técnica y, sobre todo, con una férrea voluntad de victoria. En estas grabaciones puede verse algunos retazos de su  gran actuación, y la final con el húngaro Jozsef Csak.


The Brazilian Rogério Sampaio was the big surprise in 92 Barcelona Olympic Games(- 65 kg). Because the star was Aurelio Miguel (- 95 kg) first Brazilian judo Olympic medal. All forecasts failed. Aurelio Miguel lost, while Sampaio won the second Brazil Olympic Gold Medal. Rogelio Sampaio made impressive projections, thanks to its magnificent o-soto - gari hidari. Sampaio arrived in Barcelona in difficult psychological conditions because his brother had committed suicide. But he overcame all the problems with his good technique and a great desire to win. This video is a summary of their battles and the final against the Hungarian Jozsef Csak. 

Rokudán

miércoles, 21 de agosto de 2013

PARTIDOS LEGENDARIOS / CLASSICS GAMES: 1998 NBA FINALS GAME 6 UTAH JAZZ VS CHICAGO BULLS



(Antes de ver este partido, recomiendo a todo buen aficionado al baloncesto que repase toda la serie final de 1998 y, si es posible, después de ver la de 1997. No es imprescindible pero sí recomendable para degustar este excelente postre).

A finales de los años 90, confluyeron dos extraordinarios equipos en la NBA, de estilo diferente en su filosofía, Chicago Bulls y Utah Jazz. Los Bulls plenos de talento individual y físico de jugadores únicos, bien acompañados por gregarios solventes, todos ellos con el carácter de los campeones. Los Jazz con un marcado sello de trabajo, sacrificio, juego en equipo y dos referencias ineludibles. El primero simbolizaba el glamour y el estrellato de la gran urbe. El segundo, la dureza de la montaña y el conservadurismo de una sociedad más tradicional.

Ambos protagonizaron dos series finales de seis partidos, todos de excepcional nivel físico, mental, técnico y táctico, a excepción del cuarto de 1998, una soberana paliza de los Bulls. Cualquiera del resto no tiene desperdicio. En la serie de 1997, Jordan decidió el primero en el último segundo, remató el quinto pese a jugar medio desmayado y facilitò el tiro clave de Steve Kerr en el sexto, para ganar el quinto anillo.

En la serie de 1998, el gran John Stockton fulminó el primer partido con un triple en la prórroga, los Bulls se llevaron un segundo muy igualado y se despidieron con un sexto –el que analizamos- que ya es historia del baloncesto. Insisto, ambas series finales no tienen desperdicio y se degustan como un buen caviar.

Sexto partido de la final de la NBA de 1998 en el Delta Center de Salt Lake, la capital mormona de los Estados Unidos. La serie volvía a Utah con un igualado 2-3 en el marcador. Ambos equipos lograron cambiar el factor cancha a su favor. Los Jazz eran los favoritos al comienzo de la final por varios motivos: la madurez y solidez mostrada para alcanzar su segunda final consecutiva y la ‘renqueante’ llegada de los Bulls, apurando el séptimo partido contra los Pacers y envuelto en mil y un problemas de renovaciones, polémicas –con Dennis Rodman no se esperaba otra cosa- y ese supuesto desgaste físico y mental de los años. Aspectos de los que no entienden los campeones.

Chicago comenzó perdiendo, pero con el transcurso de la serie fue de menos a más y bien pudo rematar la serie en su United Center, en el quinto partido. Con un Jordan absolutamente inconmensurable, bien asistido a veces por Pippen, otras por Kukoc, otras por Rodman. Utah realizó tres partidos en Chicago por debajo de su verdadero nivel, deseando volver a su casa donde, al amparo de un público entusiasta, se sentía capaz de cualquier cosa.

Una muestra de ese entusiasmo se comprobó cuando los Jazz llegaron al aeropuerto de Salt Lake. Nada menos que 5.000 aficionados se presentaron en el recinto a las 3 de la madrugada –la ciudad es un desierto a partir de las 20 horas de la tarde- para recibir a su equipo. En el Delta Center el sonido durante la presentación del equipo fue tal que muchos jugadores necesitaron taparse los oídos. La NBA multó dos veces al club por superar los decibelios aconsejables. Era la pista más caliente de la liga.

Quintetos titulares. Por parte de los locales las dos indiscutibles estrellas: Karl Malone y  John Stockton; un excepcional tirador aunque un tanto por debajo de su nivel habitual, Jeff Hornacek, más los trabajadores Bryon Russell y Adam Keefe, entrenados por el inflexible y protestón Jerry Sloan. Los toros dispusieron su cinco de gala de la segunda dinastía: Air, Pippen, Ron Harper, Luc Longley, y Kukoc en lugar de Rodman, fuente de numerosas polémicas al pasar más tiempo en Las Vegas que en Salt Lake. Dennis llegó a decir que los mormones eran tan agradables como los esfínteres, un sentimiento mutuo por parte de los fans de los Jazz, quienes le dedicaron decenas de pancartas con todo tipo de comentarios sobre su estilo de vida. Pippen jugaba mermado por problemas en la espalda que apenas le permitían correr y Harper por un proceso vírico. Phil Jackson incluso era criticado en Chicago por entonces.

La primera parte fue un duelo al sol entre las dos estrellas de ambos equipos. Kart Malone marcó 20 puntos, 12 de los 22 primeros de los Jazz, destrozando en el poste bajo a los pivots de los Bulls. Sólo la entrada de Rodman consiguió paliar en cierta forma su efectividad, a base de continuos encontronazos.

Chicago dominó los primeros minutos, hasta que Pippen se vió obligado a retirarse al vestuario para recibir tratamiento en su espalda. También influyó el buen trabajo del banquillo de Utah, en especial de su base Howard Eisley y del pívot Antoine Carr. Al base le anularon un triple espectacular, absolutamente legal una vez vista la repetición a cámara lenta y con el cronómetro en pantalla. Utah tomó el mando al final de primer cuarto y lo mantuvo prácticamente durante el segundo. En él despertó Jordan, con un repertorio de tiros en suspensión, penetraciones, tiro exterior, etc… que no se correspondían con un jugador a punto de la retirada. Terminó esta parte con 23 puntos. Su defensor Russell comenzó a sentirse impotente, como un augurio de lo que vendría después.

Injusto sería limitar este partido a Malone y Jordan. Durante buena parte del segundo cuarto el juego fue pleno de acierto, intensidad, aportación de todos los jugadores, ambiente caliente, roces, decisiones arbitrales discutibles, protestas contínuas… Todos los ingredientes de un buen espectáculo deportivo. Utah se fue al vestuario con una pequeña ventaja, 49-45, y la sensación de recobrar su mejor juego.

La segunda parte transcurrió con las idas y venidas de Scottie Pippen al vestuario. Baja que notaron los Bulls, pese a que Kukoc comenzó a asumir la responsabilidad. Bajo el aro, Malone siguió causando estragos, expulsando a un extrañamente inoperante Longley por cuatro faltas. El partido se endureció y proliferaron los enfrentamientos: Stockton contra Harper, Jordan contra Russell… ninguno al nivel entre el ‘Cartero’ y Rodman. A falta de seis minutos para el final del tercer cuarto, ambos protagonizaron una de las imágenes del partido, enzarzándose en un embrollo de codazos, zancadillas y empujones de camino hacia el aro de los Jazz. Hasta tres veces rodaron por el suelo mientras las cámaras de televisión se recreaban con el espectáculo. Rodman, en su salsa y Malone siempre dispuesto a ir a la guerra. Utah dominaba con una renta de hasta siente puntos, llegando al último acto con ventaja de cinco, 66-61.

Se acercaba el final y la tensión aumentó. Y en ese escenario sólo los mejores sobreviven. A partir del 74-73 del minuto 6, Michael Jordan tomó el mando, sacó la guitarra y comenzó su solo. Le acompañaron en la guerra el incomparable Dennis al rebote y un Kukoc al nivel de sus final four con la Jugoplastika. En Utah todos se encomendaron a los santos Malone & Stockton. Nadie osaría discutir el esfuerzo, la pasión y el talento de los protagonistas de este partido.

Repasemos el último minuto. Jordan empató el partido con nervios de acero en los tiros libres, 83-83. En el turno de los Jazz, John Stockton anotó un triplazo limpio que enloqueció al público. Como el que clasificó a los Jazz contra Houston en sus primeras finales. Stockton era un aparentemente débil base de tez pálida, con una cabeza privilegiada y un físico descomunal dentro de un cuerpo normal. Tuvo minutos de auténtica perfección durante las finales del 97 y 98. 86-83, los Jazz por delante a falta de 41”.

Turno del más grande. Jordan encaró y superó a Russell, anotando una bandeja y evitando a la vez a la mole Antoine Carr. 86-85, 35” segundos por disputar y tiempo muerto de Utah. No habrá sorpresas, 2x2 con Malone y Stockton. Por supueto.

Stockton encaró el lado izquierdo del campo, bajo el aro esperaba Malone. Hornacek, defendido por Jordan, cortaba por la línea de fondo para dejar espacio al Cartero, defendido por Rodman. El instinto, la experiencia o ese extra que le diferencia del resto de humanos, llevaron a Jordan a no continuar el corte con Hornacek y a volver por sus pasos, sorprendiendo por detrás a Malone. Un manotazo y la pelota quedó suelta, por fin en sus manos.

No solicitó tiempo muerto. Faltaban 19 segundos y era su momento. Subió el balón, sus compañeros se abrieron para facilitarle el aclarado. Enfrente estaba Bryon Russell, un buen jugador, completo en ataque y defensa. Cuando Michael se retiró por primera vez, ambos coincidieron en un gimnasio y él le dijo de broma que era una pena, porque quería secarle en la pista. Ahora estaban juntos.

Jordan aguantó el balón en el centro del campo de ataque. A falta de unos ocho segundos ataca a Bryon. Parecía escaparse por la derecha –como en la jugada anterior- pero una frenada en seco, un quiebro y un cambio de mano hacia la izquierda le propiciaron ganar una gran ventaja hacia atrás. Russell no pudo aguantar el ‘reprise’ y perdió el equilibrio hacia delante. Jordan agarró la pelota y se levantó en otra de esas suspensiones majestuosas. Terminó su tiro apuntando con los dedos hacia el aro, mientras la pelota se besa la red. Esta canasta era el final perfecto a una carrera perfecta. 86-87, 45 puntos y sexto anillo en seis finales. Así se escribe la historia.

Mazazo para rivales y afición. Utah dispuso de 5,2 segundos para ganar o empatar. El triple salvador de Stockton no entró en esta ocasión. Segunda final perdida. Cruel castigo para un equipo extraordinario, un equipo con mayúsculas que practicaba un baloncesto total, injustamente olvidado en las hemerotecas de la NBA. Cruel castigo para dos extraordinarios jugadores, Malone y Stockton, a quienes el destino siempre negó un título más que merecido. El base se resignó y se retiró sin salir de casa. Malone ni siquiera pudo ganarlo con los Lakers.

No le fue mejor a este histórico Chicago. El equipo se desmembró durante el verano, mientras Jordan anunció su retirada, la segunda. Años después regresaría con Washington. A toro pasado, muchos opinamos que él tenía dos opciones mucho mejores. Una: jugar uno o dos años más con Chicago u otro equipo aspirante al título. Todavía conservaba un nivel superior al 98% de los rivales, suficiente para competir al más alto nivel. No así en su tercera etapa.

Dos, aguantarse las ganas y no volver a pisar una cancha. Porque aquel partido en Utah era el final perfecto a una carrera perfecta del deportista perfecto. Porque cuando has sido tan grande, cualquier cosa que hagas después parece insuficiente. 

Pero su pasión por el juego pudo a la sensatez que mostraron otros jugadores, como Julius Erving. Y a Jordan se lo perdonamos todo, por supuesto.
In 1997 and 1998, Utah Jazz and Chicago Bulls played the NBA finals. 12 extraordinary games with five of the best players in basketball history: Karl Malone, John Stockton, Scottie Pippen, Dennis Rodman and Michael Jordan. The 1998 sixth match was the perfect ending to the best. The game is summed up in a phrase: 'The last shot'.

viernes, 16 de agosto de 2013

UNA REFLEXIÓN

"Los momentos más oscuros de nuestras vidas no deben ser enterrados ni olvidados, más bien son un recuerdo que debe permanecer en nuestra memoria para servir de inspiración y para recordarnos la implacable fortaleza del espíritu humano y nuestra capacidad para superar lo intolerable".

"The darkest moments of our lives are not to be buried and forgotten. Rather, they are a memory to be called upon for inspiration, to remind us of the unrelenting human spirit and our capacity to overcome the intolerable."

Vince Lombardi (Entrenador de Fútbol Americano / Football coach)
(1913-1970)

domingo, 11 de agosto de 2013

'LA BATALLA DE HADIZA' Y LOS DESASTRES DE LA GUERRA


El 19 de noviembre de 2005, un convoy rutinario de marines de Estados Unidos sufrió un atentado de terroristas -¡qué manía de llamarles insurgentes!- en una avenida de la ciudad de Hadiza, la localidad más caliente del infernal Iraq post Sadam. La bomba se cobró la muerte del joven oficial T.J. Terrazas. Sus compañeros, llevados por un cóctel tan explosivo como el artefacto –venganza, miedo, estrés, paranoia…- respondieron con una masacre que causó en el barrio 24 muertes, mujeres y niños incluidos, mientras los autores del atentado lograban escapar del cerco.

La brigada fue premiada por la operación, hasta que el caso salió a la luz y la opinión pública forzó a quienes antes habían dado las palmaditas a ponerse al otro lado del tribunal y castigar a los protagonistas, escurriendo su culpa. Acción que describe la ética de ciertos mandos militares y políticos.

En 'Battle from Haditha' (‘La batalla de Hadiza’), el director Nick Broomfield intenta explicar lo sucedido contando la historia desde tres perspectivas diferentes:

La de los jóvenes soldados embarcados en una guerra y en un país totalmente ajenos, que no quieren terminar en pedacitos en una carretera cualquiera, aumentando la cuenta de trofeos de los terroristas, y estrechan cada día más el círculo de protección con sus compañeros para sobrevivir en un ambiente hostil.

La de una gran parte de la población iraquí, que sólo desea la paz y desea el fin del proceso, temiendo tanto la represalia del ejército americano como a los fanáticos islámicos que intentan dominar el nuevo país. Ellos siempre intentan sobrevivir en medio de un fuego cruzado, pero su destino depende sólo de la suerte.

La de otra parte de la población iraquí, embarcada en la lucha contra el invasor extranjero por diversos motivos, pero lejos de posturas religiosas. Desorganizados, atolondrados, irresponsables, sólo son conscientes del daño de sus acciones entre sus propios vecinos cuando éstas ya no tienen remedio.

Broomfield nos muestra a seres humanos capaces de convertirse en monstruos en momentos de tensión extrema, quienes recobran el sentido horas después de lo sucedido. Tras haber superado esa delgada línea roja entre la razón y la locura en conflicto, tantas veces nombrada por el escritor James Jones sobre los enfrentamientos en el Pacífico en la II Guerra Mundial, 'The Thin red line'. Es ese demonio que todo ser humano lleva dentro y se desata sin control en las situaciones límite.

Por todo ello Broomfield exculpa a los protagonistas de esta tragedia, marionetas en una obra trágica cuyas cuerdas manejan los grandes mandos. Militares y políticos estadounidenses, y líderes religiosos locales. Siempre prestos a recoger las nueces del árbol que otros agitaron. ‘La batalla de Hadiza’ es una película dura, inconformista y crítica con ambos bandos, pero sín duda más con el estadounidense. Desaconsejable para ver en un mal día. No levanta el espíritu, precisamente.

martes, 6 de agosto de 2013

MIGUEL TARÍN, LA DESGRACIA DE SUPERAR LOS SIETE PIES



En 1978, el entrenador de baloncesto Jaume Berenguer persiguió por Barcelona un gigantesco muchacho con pinta estrafalaria. Se llamaba Miguel Tarín Ruíz (1962) e iba a medir dos metros y 17 centímetros. Sería el proyecto culé más ambicioso, el ‘anti Romay’ a emplear contra el Real Madrid. Pero había un pequeño problema. El chico era un rockero romántico, con la cabeza en California, en conducir una Harley y en parecerse a Marlon Brando. El Barça se implicó en su formación, fue convocado por la selección, bautizado como ‘el Tkachenko español’, el primer jugador patrocinado por la emergente marca ‘Nike’… Pero no pasó de 39 partidos en la liga ACB, pululando entre varios clubes sin repercusión. En 1993 abandonó el baloncesto para siempre, hastiado por un escenario demasiado cruel y exigente para su carácter y personalidad. Además, este deporte no era en absoluto su pasión, una desgracia cuando sobrepasas los siete pies. Tarín se refugió en una granja granadina, donde llegó a cuidar a decenas de perros. Hoy, ecologista convencido, reniega de su carrera deportiva y del mundo. Siempre fue un rockero atrapado en un cuerpo de jugador de baloncesto. Una desgraciada paradoja. Para él, la nobleza de un perro supera a la de la inmensa mayoría de humanos.

Publicado en La Región (30-11-2009)

miércoles, 31 de julio de 2013

PODER, DINERO Y PROFESORES (por José Carlos Bermejo Barrera)



Publicado en el Suplemento de El Correo Gallego
14-Julio-2013
Durante la II Guerra Mundial los norteamericanos bombardeaban Alemania por el día y los ingleses por la noche. Lo hacían con los bombardeos B-16, pilotados en su mayoría por chicos de unos veinte años, movilizados para la ocasión. Uno de cada tres aviones era derribado en cada vuelo, por lo que fue necesario limitar el número de misones y además ningún oficial superior a mayor participaba en las mismas. Tras muchos ataques pudo comprobarse que la industria alemana apenas sufría daños y para desentrañar el misterio se encargó a un profesor de matemáticas de Harvard, Robert McNamara, que hiciese un estudio. Cruzando datos, descubrió que los pilotos lanzaban sus bombas nada más entrar en Alemania o dando un rodeo por el mar, cosa que ningún oficial superior podía saber ya que se quedaban en tierra. Sólo cuando el coronel C. Lee May guió sus bombardeos sobre un objetivo se consiguió dar en el blanco. Ese militar consiguió su mayor éxito organizando el puente aéreo sobre Berlín y fue un gran apologista de la guerra nuclear, siendo objeto de caricatura en la pelicula de S. Kubrick Teléfono rojo volamos hacia Moscú. McNamara no pasó a ser un general más o menos tronado sino un asesor especialista en estrategia aérea en la guerra del Pacífico, incluyendo los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki y el bombardeo de Tokio con napalm, tras los lanzamientos nucleares, en el que murieron más personas abrasadas que en esos otros dos. Nunca volvió a su cátedra, llegó a ser vicepresidente de la Ford, por su capacidad de organización y luego Secretario de Estado con Kennedy y Johnson, perdiendo las tres cuartas partes de su sueldo al pasar a la política, lo que en la España de hoy resultaría incomprensible.

Muerto Kennedy, McNamara diseñó la estrategia aérea de bombardeo de Vietnam del Norte bajo la presidencia de L.B. Johnson, un simple maestro de escuela, que quiso ante todo reformar la educación y los servicios sociales, y que asesorado por expertos militares y académicos llevó a su país al desastre de Vietnam, sin haberlo querido. Por este caso y otros similares recomienda G.M. Goldstein (Lessons in Disaster, NewYork, 2008) que en caso de crisis los presidentes norteamericanos no deberían hacer caso de expertos ni de académicos, sino guiarse por su sentido de la prudencia. Y es que cuando los profesores de las grandes universidades asesoran al Penatágono o la Presidencia suelen garantizar el desastre, como ha ocurrido con los diseños de laboratorio de ciencias políticas de las Constituciones de Irak y Afganistán, y con el caos que P. Bremmer, gobernador de Irak en la inmediata posguerra, consiguió crear imponiendo sus órdenes a las autoridades militares que consideraron esa invasión como inoportuna y la operación peor planificada en la historia militar norteamericana, debido a las inteferencias de académicios metidos en política como C. Rice.

En los EEUU y los países industriales avanzados se considera que los profesores deben estudiar y enseñar lo que descubren, que siendo profesor nadie se hace rico y que si los académicos quieren salvar al mundo mejor que lo hagan en su tiempo libre. En la España actual, en la que muchos sostienen que la labor menos importante de un profesor es enseñar, y en la que la pasión de los profesores por la política es excesiva de todo punto - dándose casos, como el de nuestro gobierno gallego bipartito, en el que cuatro de sus conselleiros eran profesores de las universidades gallegas y más de una docena de directores generales y altos cargos también - muchos profesores que se proclaman piedras angulares del país parecen querer salvar al mundo todos los días, negar que haya futuro si no se les hace caso a ellos y proclamar su derecho a ser guías de la política nacional. Y es así porque lo que quieren es ser políticos en cuanto les llegue una ocasión, a cuya búsqueda dedican gran parte de su actividad, o bien  ser empresarios sin empresa propia y con capitales públicos, hablando sin cesar de incubadoras y emprendimientos y recordándonos que Apple y Microsoft nacieron en un garaje, lo que, si bien es cierto, no quiere decir que por construir garajes se creen empresas o que éstas nazcan por generación espontánea en los campus.

A veces los niños prodigio se llaman W.A. Mozart; otras acaban en nada al llegar a adultos, pero en ambos casos deben ser educados por sus padres. Oyendo hablar a veces a nuestros rectores da la impresión de que se consideran llamados a salvar al mundo, a su economía, a la sociedad entera, y parece que ya les gustaría ser como McNamara o P. Bremmer y andar diseñando campañas estratégicas o constituciones para implantar en un país, tras haberlo bombardeado. Está claro que esto no lo podrán hacer pues España es un país modesto. Sin embargo sí parecen a veces tener el ademán de los niños prodigio, pues da la impresión, si ellos mismos creyesen lo que dicen, de que son un poco ingenuos, como todos los demás niños, que no comprenden, cuando se impone el principio de realidad y las cosas se tuercen, que ahora les va a tocar sufrir a ellos y apechugar con sus errores, sus déficits disparatados y sus plantillas desorganizadas y a veces caprichosas. Esperan que la madre realidad no les riña porque ellos son distintos, como todos los niños para su madre, pero no lo son por ser un prodigio, sino solo por haber seguido siendo niños.