En
los Juegos de Sydney 2000, una pareja de osados blancos irrumpieron en la
dictadura negra de la velocidad. Kostas Kenteris (Mytilene, 1973) ganó los 200 metros lisos,
repitiendo la gesta en el Mundial de 2001. Su novia, Ekaterini Thanou (Atenas,
1975) sólo fue superada por la entonces gran Marion Jones en los 100. Ambos se
convirtieron en dioses griegos, favoritos a portar la antorcha en los esperados
Juegos de 2004. Parte del secreto de su éxito era el esteroide THG, fabricado
en los laboratorios Balco y suministrada a ambos por su entrenador. La comisión
antidopaje comenzó a detectarla, entonces también la huida hacia el abismo.
Kenteris y Thanou redujeron a máximo sus apariciones e eludieron dos controles
con mil artimañas. Pero días antes del comienzo de los Juegos de Atenas, fueron
convocados sin posibilidad de evasión. Desesperados, simularon un chapucero
accidente de moto para eludirlo. Descubiertos, fueron expulsados de la villa
olímpica y marcados para siempre. Kenteris no regresó jamás a la competición.
Thanou lo intentó de nuevo en Pekín 2008, pero el COI forzó su retirada. La oda
se convirtió en tragedia griega.
In the Sydney 2000 olympic games, two white people broke into the black speed dictatorship. Kostas Kenteris (Mytilene, 1973) won the 200 meter and repeated in the 2001 world championship. His girlfriend, Ekaterini Thanou (Athens, 1975) won the 100 meters silver medal behind Marion Jones. The couple became a Greek gods. Part of their secret was the steroid THG, Balco labs manufactured and supplied by their coach. The Anti-Doping Commission began to detect it and the athletes began to panic. Kenteris and Thanou eluded two controls with excuses, but days before the start of the Athens Olympics, the two were summoned again. In desperation, the two simulated a motorcycle accident. Discovered, athletes were expelled from the Olympic village. Kenteris is not never returned to racing. Thanou tried it again in Beijing 2008, but the IOC forced her retired. The Greek Ode became Greek tragedy.