Roland Burger, fue el tercer Asesor Técnico de la Federación Español de Judo. Le habían precedido en este cargo, el japonés Kiyoshi Mizuno durante un breve periodo (1956-58) y, anteriormente, el famoso pintor francés y polémico judoka Yves Klein de fugaz paso en 1954.
Se puede considerar a Roland (nacido en Paris en 1932), como el gran arquitecto del judo español. Notable competidor, comenzó la práctica del judo a los dieciséis años, bajo la dirección de Igor Correa, profesor con quién también se había iniciado Yves Klein. Su venida a España como responsable técnico de la entonces Delegación Nacional de Judo, encuadrada en la Federación Española de Lucha, fue en 1958. Ese mismo año consiguió la medalla de bronce en los Campeonatos de Europa celebrados en Barcelona -era la primera vez que tenían lugar en nuestro país-, en la categoría de 3º dan (en aquel tiempo los campeonatos continentales eran por dan – de 1º a 4º -, tres categorías de peso y todas la categorías).
Roland, en sintonía con el vicepresidente de la Federación Española de Judo Sr. Úrculo (Rafael Úrculo de Irabien, hombre de confianza del primer presidente de la Federación Nacional, don Agustín Aznar) llevó, durante muchos años, las riendas del judo español con mano firme y realizando un ingente trabajo de divulgación, impartiendo clases y formando profesores en diversas instituciones civiles, militares y de Orden Público como la Escuela de Mandos José Antonio, INEF, Infantería de Marina, Ejército, Guardia Civil, Policía Armada etc. Recorría las provincias para tomar el pulso del judo en las distintas regiones; otra de sus funciones más importantes, era la selección y preparación del Equipo Nacional. Todo lo que afectara, de algún modo, al judo español pasaba por sus manos.
Organizó un exigente sistema exámenes para cinturón negro, con una previa fase de competición en la que había que obtener 51 puntos, para pasar posteriormente al examen técnico. No era nada fácil, pues los puntos que se conseguían con los combates ganados se reducían con los combates perdidos y como las convocatorias eran, con algunas excepciones, dos veces al año (en el lugar donde se celebraban los Campeonatos de España y en octubre o noviembre en Madrid), para muchos el pasar a cinturón negro era misión imposible en aquella época; solo estaban exentos de la competición los mayores de cuarenta años. Con este duro sistema salían buenos cinturones negros pero tenia le inconveniente de que un numero considerable de practicantes abandonaban el judo para irse otras artes marciales, que empezaban a implantarse en España, en las que el acceso a cinturón negro no era tan riguroso.
También en su tiempo salieron los primeros maestros de judo, celebrándose el primer examen en marzo 1962 y, después en junio, el primer curso de titulación. Posteriormente a partir de 1968, se reconvirtieron en las titulaciones actuales de maestro, profesor y monitor. Roland trajo, durante algunos años, al maestro Michigami, 7º dan, para elevar el nivel técnico de los profesores.
En 1965 se celebraron en Madrid, por segunda vez en España, los Campeonatos de Europa y Roland como pieza fundamental de la organización consiguió que ésta fuera un éxito, que se vio incrementado por la medalla de bronce del bilbaíno Salvador Álvarez.
Puso en marcha en 1972, siendo presidente Antonio García de la Fuente, la Liga Nacional de Federaciones, en tres divisiones, importante competición por equipos regionales sin categorías de peso, y los Campeonatos de España femeninos, que en sus dos primera ediciones eran de demostración. El broche de oro de su gestión fue que España consiguiera en 1973, su primer campeón de Europa de judo con el canario Santiago Ojeda, hito que no volvería a repetirse hasta quince años más tarde.
Roland escribía regularmente artículos, en las revistas de judo que editaba la Federación, sobre aspectos de índole diversa relativos a la técnica, competición, actitud, profesorado o moral, bajo el titulo 'A propósito de'.
La Federación le otorgo su insignia de brillantes y rubíes que le fue impuesta por el ministro de Educación y Ciencia Sr. Villar Palasí en su despacho oficial, así como la Medalla de Oro al Mérito Deportivo que recibió de manos de don Agustín Aznar.
En 1974, por desavenencias con el presidente de la Federación García de la Fuente, Roland deja la Dirección Técnica, después de dieciséis años de fecunda labor. Con su marcha finaliza una etapa que fue clave en el desarrollo y consolidación del judo español; le sucedió el valenciano Miguel Villamón. Volvió a colaborar con la Federación durante el largo periodo de Luís Báguena en la presidencia, pero sin el peso y la autoridad de otros tiempos. En 1987 ascendió a 8º dan junto a Henri Birbaum, introductor del judo en Cataluña.
Más tarde, ya nacionalizado español, se presentó a la presidencia de la Federación Española donde pudo comprobar lo frágiles que son las lealtades cuando uno ya no está en el poder y lo pronto que se olvidan las cosas, ya que algunos que tanto le debían y que le prometieron su apoyo, finalmente lo dejaron tirado de un día para otro; posiblemente éste fiasco supusiera una de sus mayores decepciones.
Roland Burger Rouquet, el gran organizador del judo español, falleció en agosto de 2005 en Madrid, a los 73 años. En las luces y sombras que como dirigente tuvo, se imponen con claridad las primeras.
Rokudan.