"Sé que algún día mi corazón dejará de latir, pero no le temo a la muerte, ni me provoca un solo átomo de ansiedad. Mi casa está en lo alto de un monte a varios kilómetros de la civilización. Allí por las noches, los animales salen a cazar, o a ser cazados, y dejan su rastro de sangre. Se nos ha olvidado que el mundo funciona así. Vivimos atrapados en la pesadilla del yo y perpetuamos el culto al selfi".
Modisto y escritor.
Diario 'El Mundo' (28 Octubre 2018)
Foto: Diego Sinova.