SIGUE SOÑANDO


Dice la leyenda que Polínexa, madre de Alejandro Magno, soñó que su hijo había sido engendrado por el mismísimo Zeus. El nacimiento coincidió con la victoria de su marido, Filipo de Macedonia, en la carrera hípica de los Juegos del 256 a.C. En honor a tal triunfo, Polínexa cambió su nombre por el de Olimpia. Su sueño se cumplió. Alejandro fue el Zeus del mundo conocido entonces. Un infatigable conquistador. El deporte es hoy lo más parecido a la guerra y sus figuras los nuevos mitos de nuestra era. Soñemos.

Legend say that Polínexa, mother of Alexander the Great, she dreamed that her son had been fathered by Zeus. The birth coincided with the victory of her husband, Philip of Macedonia, in the horse race of the Games of 256 BC. In honor of this victory, Polínexa changed her name to Olympia. Her dream was fulfilled. Alexander was the Zeus of the then known world. An indefatigable conqueror. The sport is now as war and his figures the new myths of our era. Let's dream.

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miércoles, 12 de agosto de 2020

Eun-Kyung Chang vs. Héctor Rodríguez (1976 Final Montreal Olympic Games)

El cubano Héctor Rodríguez fue el primer judoka campeón olímpico de América y, por ahora, el único de su país en categoría masculina (Cuba tiene, también, cinco mujeres con oro olímpico, más que todas las demás naciones americanas juntas). El mérito es grande ya que solo hay tres hombres campeones olímpicos en el continente americano (Héctor Rodríguez, Aurelio Miguel y Rogerio Sampaio).

Los Juegos Olímpicos de Montreal 1976, fueron los segundos en los que intervenía el judo después de Tokio 64. Ahora las categorías de peso habían pasado de tres a cinco, además de la división reina libre de limite de peso.

Héctor Rodríguez participaba en el peso ligero (-63 kg) donde había conseguido la medalla de bronce en el mundial de 1973. En su periplo para llegar a la final fue eliminando al camerunés Emmanuel Abolo, al polaco Marian Standowicz, al portugués Pinto Gomes; en la  semifinal se deshizo del húngaro Jozsef Tuncsik, campeón de Europa ese año.

En la final, que en aquel tiempo eran de diez minutos, se encontró con el surcoreano Eun-Kyung Chang que había eliminado en la otra semifinal al italiano Felice Mariani. En un combate muy disputado, Héctor aplica un fulgurante uchi-mata  que le vale la medalla de oro. Chang diez centímetros más bajo (1.57 m) y con un potente seoi-nage tiene una acción posterior claramente, al menos,  de wazari  que los árbitros, por alguna razón, no consideraron válida.

En la grabación, después del final del combate para bronce de Mariani, puede verse ésta trepidante final.

 

Rokudan

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