Marco Pantani (1970-2004) el "Pirata" que ascendía incansable en el Tour del 98 comenzó la cuesta abajo de su carrera y su vida apenas un año después, cuando la UCI le expulsó del Giro por dopaje. Inmerso en una profunda depresión, nadie supo cómo fue a parar a Cuba, donde pretendía recuperarse junto a Maradona (!).
Invitado a abandonar la isla por diversos escándalos, su alma continúo dando tumbos. Su novia le abandonó, a su padre no le quedó otro remedio que poner a salvo el patrimonio familiar ante su inconsciencia, los amigos pidieron a su camello que lo dejase en paz. Se le ofreció una última oportunidad, rehabilitarse en una misión religiosa, en Bolivia, apartado del mundo. Pero él prefirió dejarse morir en la quinta planta del Hotel "Le Rose", en Rímini, ante la costa adriática. Allí apareció un 14 de febrero, 30 kilos por encima de su peso normal, tumbado boca abajo en un sofá junto a los restos de la última partida de coca y la última cena: tortilla de setas, ensalada y Coca-Cola. Un descenso veloz y sin frenos hacia el infierno.
Publicado en La Región (30-10-2006)