SIGUE SOÑANDO


Dice la leyenda que Polínexa, madre de Alejandro Magno, soñó que su hijo había sido engendrado por el mismísimo Zeus. El nacimiento coincidió con la victoria de su marido, Filipo de Macedonia, en la carrera hípica de los Juegos del 256 a.C. En honor a tal triunfo, Polínexa cambió su nombre por el de Olimpia. Su sueño se cumplió. Alejandro fue el Zeus del mundo conocido entonces. Un infatigable conquistador. El deporte es hoy lo más parecido a la guerra y sus figuras los nuevos mitos de nuestra era. Soñemos.

Legend say that Polínexa, mother of Alexander the Great, she dreamed that her son had been fathered by Zeus. The birth coincided with the victory of her husband, Philip of Macedonia, in the horse race of the Games of 256 BC. In honor of this victory, Polínexa changed her name to Olympia. Her dream was fulfilled. Alexander was the Zeus of the then known world. An indefatigable conqueror. The sport is now as war and his figures the new myths of our era. Let's dream.

olimpiaduerme@gmail.com

miércoles, 1 de diciembre de 2010

LOS AÑOS LOCOS DE WILL CARLING


Caballero de la Orden del Imperio Británico, William David Charles Carling (Bradford, 1965) nació en un ambiente privilegiado. Licenciado en Durham, teniente del ejército, a los 22 años fue el capitán más joven de "la Rosa", la selección inglesa de rugby, llevándola a tres títulos del Seis Naciones. Arrogante, capaz de llamar "viejos pedorros" a los directivos de su deporte, en 1995 sufrió durante un partido de la Copa del Mundo el atropello de un camión llamado John Lomu, el portentoso neozelandés le pasó literalmente por encima. ¿Una premonición? Ese año la prensa aireó su romance con la mismísima Lady Di. Un escándalo que suposo el divorcio de su esposa, la implacable presión de los tabloides británicos y un obligo retiro deportivo, en 1997. Después, la humillación pública de ser "uno más en la lista", agravado por la muerte de su madre por cáncer y otro escándalo por mantener un idilio con la ex de un compañero. "Fueron cinco años locos donde perdí la cabeza", confesó después el propio Carling. Nunca se había visto en semejante melé. En apenas un año pasó de héroe a villano nacional. Una muy dura cura de humildad para un joven de noble cuna.

Publicado en La Región (15-12-2008)