Una minúscula gota en el océano.
A small drop in the Ocean.
SIGUE SOÑANDO
Legend say that Polínexa, mother of Alexander the Great, she dreamed that her son had been fathered by Zeus. The birth coincided with the victory of her husband, Philip of Macedonia, in the horse race of the Games of 256 BC. In honor of this victory, Polínexa changed her name to Olympia. Her dream was fulfilled. Alexander was the Zeus of the then known world. An indefatigable conqueror. The sport is now as war and his figures the new myths of our era. Let's dream.
olimpiaduerme@gmail.com
jueves, 31 de enero de 2013
jueves, 24 de enero de 2013
miércoles, 23 de enero de 2013
SUEÑOS / DREAMS (LXIX): CASSIUS CLAY GOLPEA AL MUNDO / CASSIUS: "I SHOOK UP THE WORLD!"
24 de febrero de 1964. Combate de boxeo por el título del peso pesado en el Convention Hall de Miami (Estados Unidos) entre el aspirante Cassius Clay y el campeón Sony Liston (1932-1970). Contra todo pronóstico, y casi cegado por accidente, Clay baila como una mariposa y pega como una avispa.
Liston se retira en el séptimo asalto, lesionado en un brazo. Entonces Clay enloquece y grita como un poseso entre las cuerdas, justo cuando un periodista de la televisión se acerca con un micrófono. "¡He golpeado al mundo! ¡Soy el más grande! ¡Cómanse sus palabras!". Final histórico. El comienzo de un mito. El mayor bocazas de la historia del deporte.
El perfil: Cassius Marcelus Clay nació el 17 de enero de 1942 en Lousville (Estados Unidos). Se retiró en 1981, ya como Muhammad Ali.
February 24, 1964. Boxing heavyweight championship at the Convention Hall, in Miami (United States) between the aspirant Cassius Clay and the champion Sony Liston (1932-1970). Liston retired in the seventh round, injured in an arm. Then Clay screams like a madman: "I shook up the world!" "I am the greatest!" Historic moment. The myth beginning.
Profile: Cassius Marcelus Clay was born on January 17, 1942 in Louisville (United States). He retired in 1981, as Muhammad Ali.
Publicado en La Región (21-04-2008)
lunes, 21 de enero de 2013
domingo, 20 de enero de 2013
sábado, 19 de enero de 2013
miércoles, 16 de enero de 2013
viernes, 11 de enero de 2013
miércoles, 9 de enero de 2013
CONDE KOMA, precursor del Jiu Jitsu brasileño
El jiu-jitsu brasileño adquirió
fama mundial, en estas ultimas décadas, por sus éxitos en los enfrentamientos
con otros estilos de lucha en combates de vale todo y artes marciales mixtas.
Los principales protagonistas de estos enfrentamientos son los miembros del
clan familiar Gracie, cuyo antecesor Carlos Gracie, fue el fundador del
jiu-jitsu brasileño, estilo que su hermano Helio consolidó e hizo famoso en su
tiempo a través de sus desafíos, fama posteriormente incrementada, con los
combates de su numerosa prole, de gran impacto mediático.
El origen real del jiu-jitsu
brasileño, está en la llegada a Brasil del judoka Mitsuyo Maeda, conocido
también como Conde Koma. Maeda nació en Funazawa (Japón) en 1878; con
diecisiete años, sus padres lo enviaron a Tokio para estudiar en la Universidad de Waseda.
Entra (1895) en el Kodokan y tiene como profesor a Tsunejiro Tomita -primer alumno de Jigoro Kano, fundador del
judo-; y se forja en el kosen judo universitario. En 1904 asciende a 4º dan
después de batir a ocho adversarios. Ese mismo año sale de Japón con Tomita y
Soishiro Satake, enviados por el Kodokan a EEUU para divulgar el judo.
Inician un periplo de demostraciones
de judo por diversas instituciones como la Universidad de
Pricenton; la Academia Militar
de West Point; Nueva York Athletic Club; Universidad de Columbia; YMCA de Rhode
Island y Lockport, etc. En Atlanta, Maeda hace un combate de lucha libre contra
Sam Marburger. Deja EEUU y viaja a Cuba donde derrota a Adobamon.
Acompañado de Satake, llega a
Liverpool en febrero de 1907. Participa en un torneo en el Teatro Alambra y
pierde la final con Henry Irslinger. Compite en otro torneo de lucha libre
(febrero 1908) y queda finalista con Jimmy Essen. Vuelve a enfrentarse con
Irslinger al que derrota en esta ocasión (marzo 1908). Además de dar clases de
judo, participa en combates de lucha libre en Escocia (septiembre 1908).
Interviene en el Circo Hengler en Londres con otro japonés, Taro Matsuda
(tristemente famoso, por ser noqueado a los tres segundos en su combate contra
el boxeador Sam Mac Vea) en un torneo de lucha libre.
En junio de 1908 llega a España;
es aquí donde adopta el nombre de Conde Koma. Con el japonés Akitaro Ohno 4º
dan de judo, disputa en el Frontón Condal de Barcelona, el primer combate de
jiu-jitsu que se realiza en nuestro país; este enfrentamiento tiene lugar los
días 20, 21 y 22 de junio y Maeda resulta vencedor. En esta ciudad se crea, por
sus admiradores, la
Agrupación Koma, -en la que está Valentín Gómez, el primer
Campeón de España Amateur de Jiu-Jitsu- rival de la Asociación Raku. Son
los tiempos en que el legendario Raku (Sada Kazu Uyenishi), recorría España
aceptando desafíos y ofreciendo 500 pesetas al que consiguiera vencerle; también
Conde Koma se comprometía a derrotar a diez adversarios en 30 minutos. No
llegaron a enfrentase entre ellos.
Después de su estancia en España
continua, durante varios años, su gira por Paris, La Habana, Ciudad de México,
América Central y Sudamérica, participando en innumerables combates de lucha
libre y desafíos. En Brasil, conoce a Gastao Gracie, uno de los propietarios del
circo americano donde actúa y, en 1917, enseña
a su hijo Carlos de 14 años, técnicas de judo y jiu-jitsu; es el comienzo de lo
que más tarde se conocería como jiu-jitsu brasileño. Posteriormente Carlos
Gracie abre una academia en Río de Janeiro y formara a sus hermanos en el
jiu-jitsu. Su hermano pequeño Helio será quién consiga, con sus desafíos a luchadores
de otros estilos, la mayor proyección del jiu-jitsu brasileño que culmina, con
su legendario combate, en 1951, frente al gran campeón de judo Masahiko Kimura,
contra el que, nada pueden la técnica, el saber y la bravura de Helio Gracie.
Mitsuyo Maeda se quedó en Brasil
hasta el final de sus días; su muerte tuvo lugar en Belem, el 28 de noviembre
de 1941. El Kodokan le había otorgado el 7º dan de judo, precisamente, el día
anterior; nunca llegó a saberlo.
En mayo de 1956, fue erigido un
monumento en su memoria en Hirosaki (Japón). La inauguración estuvo presidida
por Risei Kano, presidente del Kodokan, acompañado de Kaichiro Samura 10º dan.
Conde Koma, siempre estará unido a la fascinación que produjo la llegada a Occidente del jiu-jitsu y el judo, indistinguibles en su época.
Rokudán
domingo, 6 de enero de 2013
viernes, 4 de enero de 2013
PARTIDOS LEGENDARIOS / CLASSICS GAMES: 1989 NBA PLAYOFFS GAME 5 CLEVELAND VS CHICAGO
Michael
Jordan, grande entre los grandes, merecería por sí mismo una sección propia en
esta serie. Sirva como pequeña muestra de su leyenda este partido, el quinto y decisivo de la
primera ronda de los playoffs del año 1989, disputado un 7 de mayo contra el Cleveland Cavaliers, una
de sus víctimas favoritas.
Recordaremos
aquí al Jordan de sus primeros años en la NBA: explosivo, espectacular, icono ya de una
generación de millones de jóvenes espectadores, líder indiscutible de un
pujante Chicago Bulls. Pero inmerso en una cruzada particular por demostrar al
mundo que era mucho más que el mejor anotador de la Liga –más de 32 puntos de
media- y el mayor vendedor de camisetas de la historia, una misión similar a la de Lebron James.
Aquel
Chicago tenía ya bien asentadas las bases de su posterior dominio en la NBA. El inclasificable
Bill Cartwright había sustituido a Charles Oakley –íntimo de Air y pese a su
monumental enfado- en el puesto de pívot, mientras Scottie Pippen y Horace Grant –todavía
sin sus clásicas gafas- aprendían el oficio. John Paxson, en un papel muy
secundario, el bombardero Craig Hodges, Sam Vincent, Brad Sellers y el canoso
David Corzine –imposible imaginar a este jugador en la NBA actual- integraban las
rotaciones. En la dirección, el frenético Doug Collins amaba el protagonismo y contaba
a su lado con el ‘becario’ Phil Jackson.
Si
Chicago estaba de moda, Cleveland no era menos. Un atractivo equipo entrenado
por otro exjugador, Lenny Wilkens, posteriormente el técnico con mayor número
de victorias de la historia. Un señor entrenador, elegante y comedido en las
formas. Un tipo con clase. Sus Cavaliers habían terminado la fase regular con
el segundo mejor récord del Este, tras unos intratables Pistons, y apuntaban a
la final de conferencia, gracias a un estilo alegre y colectivo.
Contaban
con dos elegantísimos jugadores, Larry Nance –extraordinario concurso de mates
en 1984- y Ron Harper –también compitió en los concursos de Seattle 87 o Houston 89- a quien muchos comparaban con Jordan por su parecido físico.
Mark Price, más cercano a Steve Nash que a John Stockton, ocupaba el puesto de
base, con magníficos porcentajes de tiros libres y triples, mientras el tan excelente
como frágil Brad Daugherty imponía su técnica bajo el aro. El único ‘lunar’ y error
histórico de gestión fue el ala pívot ‘Hot’ Rod Williams, irregular jugador al
que Cleveland pagó una millonada para mantener en el equipo cuando se convirtió
en agente libre. Llegó a ganar más que Jordan en una temporada (sic). La inversión
se convirtió en una ruinosa operación.
El
bonito pero antiguo ‘Richfield Coliseum’ -apenas 20.000 espectadores- fue el escenario de un disputado y
emocionante partido. Igualado desde el comienzo. Curiosamente, Jordan comenzó tan
despistado como desconocido. No anotó durante los cinco primeros minutos,
recibió un taponazo de Harper, ocupó el puesto de base director –idea de un Doug
Collins empeñado en demostrar que su chico podía rendir en varios puestos- y
cometió dos faltas que le relegaron al banquillo. Chicago se mantuvo vivo en el
primer cuarto gracias a la aportación de sus compañeros y de un inspirado
Scottie Pippen (28-24).
Jordan
comenzó a carburar a partir del segundo período, pese a fallar -¡era humano!-
un mate estratosférico durante un contragolpe, pero el juego colectivo de
Cleveland dominaba siempre el marcador, con ventajas de entre uno y siete
puntos. Fue Pippen, el casi siempre fiel escudero, quien desplegó un juego
total en ambos campos, con los lógicos errores de juventud. Por parte local,
destacó el marginal Craig Ehlo, alero blanco muy infravalorado por este
deporte, pese a una sólida carrera profesional. Después será uno de los
protagonistas en el final.
Tras
un ajustado 48-46 en la primera parte, la competencia comenzó a incrementarse
en la segunda. El tercer cuarto fue el de la recuperación espectacular de
Jordan, autor de 18 de los 23 puntos de Chicago, con canastas de todo tipo y
factura: penetraciones, suspensiones, juego al poste… Nadie podía defenderle.
Pero no importaba mucho, pues Cleveland seguía por delante -75-69 al final del
tercero- gracias a la dirección y acierto exterior de Mark Price.
El
último cuarto comenzó de forma trepidante. Con un duelo espectacular entre
Jordan y Craig Ehlo, quien no estaba invitado a la fiesta y contaba 16 puntos saliendo
desde el banquillo. La inspiración de Michael, bien secundado bajo el aro por
Grant permitió, por fin, a Chicago adelantarse en el marcadora a falta de seis
minutos, 82-84. El balón incrementaba su temperatura. Mientras Jordan asumía
toda la responsabilidad, los Cavaliers acusaban los nervios y confiaban sus
opciones en Ehlo, héroe inesperado.
Así
se alcanzó el último minuto. Pippen marcó un triple -95-97- que Ehlo devolvió
con otro -98-97- en la cara de Jordan, a falta de 19 segundos. ‘Air’ no se
amilanó, respondiendo con un canastón tras finta y con codazo a su rival. Es el
98-99, a
falta de 6 segundos.
Balón
para Cleveland en la banda de Chicago. Elho sacó, recibió la pelota casi en mano de
Nance y corrió como un misil hacia la canasta, logrando dos puntos entre varios rivales y con un público entregado. Jugada casi magistral, si no fuese por dejar la última
posesión al rival. 100-99, a
flata de sólo tres segundos.
¿Partido
decidido? Nunca, cuando Jordan es tu rival. Balón a la banda. Brad Sellers
buscó a un compañero. Entonces Jordan se zafó cual pantera del marcaje de Nance
y Ehlo. Recibió, sorteó a Ehlo botando con la mano izquierda y lanzó una de las suspensiones más famosas de
su carrera, porque anotó el tiro tras mantenerse un segundo más en el aire que
todos los rivales que intentaron taponarle. La secuencia es ya historia del
baloncesto. El salto de celebración fue quizá comparable al del tiro, mientras
Ehlo se derrumbaba desesperado y Doug Collins corría como un loco por la pista. Jordan terminó con 44 puntos, 9
rebotes y 6 asistencias. Chicago eliminó a Cleveland y accedió a la semifinal
de conferencia, donde esperaban los Knicks de Rick Pitino. Otra serie donde el
gran mito de Brooklyn aumentará su leyenda.
Este
partido podría ser el culminante para cualquier jugador del mundo. Para Jordan
simplemente fue uno más. Es la diferencia entre los dioses y los mortales.
Michael Jordan is one of the greatest basketball players. In 1989, game five vs Cleveland Cavaliers, he won the match with a incredible shot. Cleveland was a very good team -Nance, Harper, Price, Ehlo, Daugherty- but Chicago began to write the dinasty. An unforgettable game.
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