El
camino del jugador de baloncesto estadounidense Thomas Payne (1950) parecía
escrito parejo al de otro mito de Louisville, Cassyus Clay. Su caso fue bien
diferente. Nacido en una familia negra asentada, de padre sargento, madre
bióloga y ocho hermanos de carrera –muy diferente a Ali- aceptó el difícil reto
de ser el primero de su raza en jugar en la racista Universidad de Kentucky, en
1969. Su afición le insultaba más que la rival, por ello aceptó la oferta
profesional en Atlanta, de 750.000 dólares. Pero tenía algo más que ocultar.
Una violación y dos fallidas como estudiante, tres más consumadas en Georgia.
Fue detenido y sumó 10 años entre rejas, donde protagonizó un motín. Salió en
1983, con la condicional. Intentó retomar el balón, sin éxito. Probó como
boxeador y actor, logrando cierto estatus, hasta reincidir en su obsesión. En
1986 volvió a ser detenido en la ciudad de Los Ángeles. Hoy cumple 30 años de
condena, cerca de su casa. Escribe cuentos, reza y se declara arrepentido,
clamando por un perdón que no llega. Negro o blanco, su obsesión truncó una
prometedora carrera.
Publicado
en La Región
(23-11-2009)
The life of Thomas Payne (1950) American basketball player seemed like that of another Louisville myth, Cassyus Clay, but was very different. Tom´s family was not humble. The father was Sergeant, biologist mother and eight siblings studied a career, very different to the Ali´s family. Tom was the first black to play at the racist Kentucky University, in 1969. Fans insulted more Tom than rivals, so he accepted the professional offer in Atlanta, $750,000. But he hid a terrible secret. A rape and two failed as a student, three more committed as a professional in the State of Georgia. He was arrested and sentenced to 10 years, where he led a mutiny. He left in 1983, with the conditional. He tried to play, without success. He proved as a Boxer and actor, to repeat his obsession. In 1986 he was arrested again in Los Angeles. Today he has 30 years of conviction, near his home. He writes short stories, reza and assumes their guilt. He asks a forgiveness that nobody listens. Black or white, his obsession cut short a promising career.