En el Mundial de 1970 la entonces Yugoslavia se confirmó como nueva potencia internacional del baloncesto. En el Mundial de 1990, sólo una selección NBA parecía superior, pero el país ya estaba herido de muerte. La Guerra de los Balcanes impidió comprobar el tope de esta magnífica generación.
La guerra (y un incidente con una bandera) también terminó con la amistad entre el serbio Vlade Divac y el croata Drazen Petrovic. Todo ello, en nuestra página semanal de 'La Región'.