SIGUE SOÑANDO


Dice la leyenda que Polínexa, madre de Alejandro Magno, soñó que su hijo había sido engendrado por el mismísimo Zeus. El nacimiento coincidió con la victoria de su marido, Filipo de Macedonia, en la carrera hípica de los Juegos del 256 a.C. En honor a tal triunfo, Polínexa cambió su nombre por el de Olimpia. Su sueño se cumplió. Alejandro fue el Zeus del mundo conocido entonces. Un infatigable conquistador. El deporte es hoy lo más parecido a la guerra y sus figuras los nuevos mitos de nuestra era. Soñemos.

Legend say that Polínexa, mother of Alexander the Great, she dreamed that her son had been fathered by Zeus. The birth coincided with the victory of her husband, Philip of Macedonia, in the horse race of the Games of 256 BC. In honor of this victory, Polínexa changed her name to Olympia. Her dream was fulfilled. Alexander was the Zeus of the then known world. An indefatigable conqueror. The sport is now as war and his figures the new myths of our era. Let's dream.

olimpiaduerme@gmail.com

sábado, 3 de noviembre de 2012

JUANELE, EL PICHÓN EN LA MONTAÑA RUSA

A finales de los años ochenta, en la escuela de fútbol de Mareo, en Gijón, sólo se hablaba de un joven jugador. Juan Castaño Quirós 'Juanele' (1971) conocido como 'el pichón' por su endeble constitución. No fue obstáculo para alcanzar el primer equipo del Sporting, porque 'el Juanele' poseía el talento de los grandes. Pero también sufría un transtorno bipolar. Su carácter oscilaba entre la depresión y la euforia desmedida. A veces era un halcón, otras veces un cuervo. Genial o garrafal en sus vuelos sobre el césped. Cordial o huraño fuera, sin motivo aparente. En Gijón, Tenerife y Zaragoza fue intermitente. Con frecuencia, mal acompañado y aconsejado. Con frecuencia, enfrentado a sus técnicos, motivo por el cual apenas jugó con la selección o aspiró a un gran club. En 2002, su enfermedad era ya un castigo, agravada al dejar el fútbol en activo que le obligaba a una disciplina física. Reapareció en los medios en 2008, cuando una sobredosis de medicamentos lo puso a las puertas del más allá. Tres años después fue detenido por destrozar varios coches en un aparcamiento, inmerso en el abismo emocional por el divorcio de su mujer. El 'pichón de Roces' recibe hoy una pensión, reconocida su enfermedad, y mantiene la lucha por desplegar sus alas, lejos de otras aves rapaces.

Publicado en La Región (19-10-2009)