Que uno esté harto de esta dictadura partitocrática y politicamente correctísima que padecemos no significa que apoye las manifiestas y panderetaras del pasado 25 de septiembre. Chillar, insultar y desahogarse durante unas horas es un lujo para el cuál no dispongo de tiempo ni ganas. Ser el 'tonto útil' de delincuentes de extrema izquierda y anarquistas tampoco me entusiasma.
Durante la catarsis de aquella tarde-noche, el pueblo -"que no se equivoca nunca", según las palabras de la docta alcaldesa Ana Botella- y los medios de comunicación encumbraron a un 'camarero-héroe' del Bar Prado a la altura de Agustina de Aragón, por su resistencia ante la policía represora y la casi suicida defensa de 'jóvenes manifestantes' que acudieron a 'protegerse' en su local de la violenta prolongación del PP y la derecha más franquista.
El tal Alberto Casillas 'impidió' que la policía entrase en su local, con la fuerza que imprime la razón y la justicia. Poco tardó en pasearse por las cadenas nacionales, recibiendo las loas de los periodistas más intelectuales y preparados de nuestro país.
Bien, pues Internet puede ser a veces un medio de imprescindible valor. En las siguientes imágenes podremos comprobar cuánto de cierto había en esta historia edulcorada. El vídeo no deja en buen lugar a este camarero con ínfulas de estrella y atracción fatal por los objetivos de las cámaras, a quien la policía incluso obliga a quedarse en el bar para no exponerlo a las decenas de objetos que lanzan aquellos pacíficos jóvenes que sólo iban al Congreso a manifestarse. ¡Cómo cambia la historia!
Por ello, debemos coger la mayor parte de las informaciones de nuestros valorados medios de desinformación con pinzas. El que busca la verdad corre el riesgo de encontrarse con ella de bruces. Lo mejor del episodio está a partir del minuto 3:50.