SIGUE SOÑANDO


Dice la leyenda que Polínexa, madre de Alejandro Magno, soñó que su hijo había sido engendrado por el mismísimo Zeus. El nacimiento coincidió con la victoria de su marido, Filipo de Macedonia, en la carrera hípica de los Juegos del 256 a.C. En honor a tal triunfo, Polínexa cambió su nombre por el de Olimpia. Su sueño se cumplió. Alejandro fue el Zeus del mundo conocido entonces. Un infatigable conquistador. El deporte es hoy lo más parecido a la guerra y sus figuras los nuevos mitos de nuestra era. Soñemos.

Legend say that Polínexa, mother of Alexander the Great, she dreamed that her son had been fathered by Zeus. The birth coincided with the victory of her husband, Philip of Macedonia, in the horse race of the Games of 256 BC. In honor of this victory, Polínexa changed her name to Olympia. Her dream was fulfilled. Alexander was the Zeus of the then known world. An indefatigable conqueror. The sport is now as war and his figures the new myths of our era. Let's dream.

olimpiaduerme@gmail.com

miércoles, 14 de julio de 2010

«Los políticos no nos sacarán de la crisis: tendremos que ponernos las pilas nosotros»


POR JESÚS ÁLVAREZ. (ABC SEVILLA). Lunes , 01-03-10

José Luis Manzanares Japón (Sevilla, 1942) es ingeniero de caminos, canales y puertos, catedrático de Arquitectura y académico de la Real Academia de Ciencias de Sevilla y de la Academia de Ciencias Sociales y de Medio Ambiente de Andalucía, aunque su intensa dedicación a la ingeniería no le ha impedido publicar también seis libros de relatos y dos novelas. En su última obra abandona la ficción para centrarse en la dura crisis económica.

-¿Por qué cree que nos creímos ricos?
-Porque veníamos de una etapa en que éramos pobres. Veníamos de una dictadura y de un país subdesarrollado en el que no teníamos ningún derecho. En 1966 la gente iba con alpargatas, no había carreteras, etc. Nos pusimos a trabajar como fieras sábados y domingos desde entonces y nos convertimos en la décima potencia económica del mundo. Y nos pareció que esto era jauja: tren de alta velocidad, autopistas,.. créditos sin límite de los bancos: todo eso nos hizo creernos ricos.

-¿Esta crisis está siendo como un virus: peligrosa y contagiosa?
-Ahora mismo estamos pasando una enfermedad, que no es de la crisis, como la gente cree, sino que es la de la decadencia de nuestra sociedad, que es un virus, en efecto, que entra en los animales y también en las sociedades. Es un virus mortal que te lleva por delante, pero se puede uno curar. Como todos nos han mimado tanto, cuando vienen mal dadas como ahora, miramos arriba para que nos resuelvan los problemas. Pero cualquier ser vivo de la naturaleza que no esté en permanente alerta, en tensión, que no se fíe ni de su padre, acabará desapareciendo. Se lo comerán por sorpresa. Es la ley de la naturaleza

-Muchos expertos aseguran que podemos acabar como Argentina.
-Argentina es un país riquísimo en reservas naturales y efectivamente pasó de ser una potencia mundial a la cola del mundo en muy poco tiempo, porque su gente tuvo una actitud equivocada, a lo que se añadió la mala suerte de tener el peronismo. La gente se creyó con muchos derechos y ninguna obligación y acabaron degradados.

-Todo lo contrario de Alemania, un país rico, a pesar de no tener grandes recursos naturales...
-Sí, es el polo opuesto. Alemania no tiene recursos minerales, no tiene minería ni nada. Y tras dos guerras mundiales que dejaron el país arrasado, logró convertirse en la primera potencia europea. Esto demuestra que la actitud de la gente es la principal riqueza de un país.

-¿Y España de quién está más cerca de los dos?
-Ahora mismo de Argentina, pero todo depende de que cambiemos o no nuestra actitud.

-¿A qué se refiere exactamente?
-Hace poco entrevisté a un joven ingeniero que quería trabajar en mi empresa y lo primero que me preguntó fue el horario. Me dijo que quería salir por la tarde tempranito porque para él su ocio era fundamental,por lo visto quería jugar al golf, o al tenis. Para él trabajar era un drama que tenía que soportar para poder vivir. Creo que con esa actitud no saldremos de la crisis.

-¿Cree que toda la juventud piensa así, que todos los jóvenes son «nini» (ni estudia ni trabaja)?
-No, ni mucho menos, Pero la actitud general de la juventud es un tema preocupante. Creo que vive en un nirvana y que muchos padres son responsables de esa situación por sobreprotegerlos y no inculcarles el valor del esfuerzo.

-Pues a los mayores se los está jubilando anticipadamente...
-Yo tengo 68 años pero considero que estoy empezando porque para mí la vida empieza ahora. Tengo miles de proyectos y creo que tengo mucho que aportar a mi empresa. Si yo fuera picapedrero, me hubiera jubilado, pero todos los intelectuales, catedráticos, periodistas, abogados, ingenieros, médicos de esta edad tienen mucho que aportar a la sociedad y, sin embargo, se les margina. Es un disparate.

-¿Le parece comprensible que el mismo Gobierno que hace dos o tres años impulsó la prejubilación de 4.000 profesionales de RTVE a partir de los 52 años proponga ahora que se retrase hasta los 67 la edad de jubilación?
-Eso, como tantas otras prejubilaciones, fue un lujo absurdo motivado porque este Gobierno creía que España era rica y se lo podía permitir. El rico puede dejar de trabajar y dedicarse a jugar al golf, esa es la filosofía que ha imperado.

-¿Y va a ayudar a salir de ahí que 3 de cada 4 andaluces tenga como máxima aspiración profesional hacerse funcionario?
-Hay que pensar de dónde venimos. Hace 30 años la única empresa que había en Andalucía era Abengoa. Aquí no hubo revolución industrial como en otras zonas de España y se tiene otra mentalidad. Pero el problema de esa actitud es generalizado.

-¿Por qué dice que vivimos en la «tierra del braguetazo»?
-En España, y así nos ha ido, se ha tendido en estos últimos quince años al negocio fácil: comprar un terreno por cuatro gordas y con la ayuda del político de turno en el Ayuntamiento poner ese terreno a un valor muy superior, con una urbanización, etc. Eso ha generado mucho dinero a mucha gente que no ha hecho nada a cambio. Pura especulación. Ese tipo de cultura del pelotazo es la que nos ha caracterizado. Pero eso ya se ha acabado, afortunadamente.

-¿Esperamos ahora que los políticos nos resuelvan los problemas?
-Uno de los problemas de la democracia es que los políticos nunca están dispuestos a dar malas noticias, porque eso les quita votos. Se trata de ser amable, de no disgustar a nadie y se está mimando demasiado a la sociedad.

-¿Saldremos entonces de la crisis, a pesar de los políticos?
-No estoy de acuerdo con esa expresión, pero sí creo que los políticos no nos van a sacar la crisis y que, en todo caso, iremos de la mano con ellos. De la crisis saldremos nosotros por nuestra cuenta si nos ponemos las pilas, aunque ellos tendrán que ir de nuestro lado, codo con codo. Necesitamos políticos que hablen claro y sociedad civil que movilice ese cambio de actitud de todos nosotros.

-Los políticos se han convertido en el tercer problema de los españoles, detrás del desempleo y la crisis, según el CIS...
-Los políticos son hijos del pueblo, salen del pueblo y no son mejores ni peores que los demás que se dedican a otras cosas Tenemos los políticos que nos merecemos.

-¿Nos merecemos la corrupción que tenemos?
-La corrupción es consustancial con el ser humano. El mundo entero es corrupto. Tenemos corrupción pero a pesar de eso España es de los países menos corruptos que conozco y por mi trabajo he estado en muchos países. El mayor problema de los políticos es su falta de visión de futuro y que sólo piensan en mantener los votos que les permiten seguir en el poder. Sólo piensan en las elecciones siguientes.

-Dice usted en su libro que si no salimos de la crisis, Greenpeace puede llegar a comprar Doñana...
-En mi opinión, hay tres escenarios para la salida de esta crisis. Una: seguimos como hasta ahora volviendo a ser un país subdesarrollado y arruinado, y entonces tendremos que vender lo que tengamos Doñana o La Alhambra, ya que no producimos nada que le interese a los demás países. Dos: mejorar un poco pero sin cambiar la actitud de fondo y entonces la Europa a la que le debemos tanto dinero acabará comprándonos por cuatro gordas y copando nuestras empresas. Y tercero: Si cambiamos actitud, trabajamos duro y nos olvidamos de que creímos ser ricos, con esfuerzo y formación, podemos llegar a ser líderes de Europa. Yo empecé sin un duro y nos daban portazos
en las narices y ahora nos llaman de todas partes.

-The New York Times publicaba hace unos días un reportaje sobre Cádiz que titulaba «Un desempleo persistente, sin prolongado dolor». según el cual en la ciudad con más paro de Europa, cerca de un 35 por ciento, no se nota demasiado malestar social porque la gente se conforma con lo que hay...
-Si el paro te da para tirar, sin lujo pero bien porque Cádiz es una ciudad barata, y eso lo complementas con un poco de economía sumergida y un buen clima, pues ése es el resultado. Pero eso es mimar a la sociedad. Al parado habría que ponerlo a pavimentar calles o a ayudar en trabajos colectivos y sociales si no acepta hacer cursos de formación de informática, inglés, o lo que sea.

-Ramón Areces hizo que su empresa, El Corte Inglés, creciera invirtiendo los beneficios, pero nunca pidiendo créditos. No quería tener cuentas con los bancos. ¿Nos hubiera ido mejor si hubiéramos hecho lo que él?
-Mucho mejor, sin duda. Esa filosofía es la de mi empresa y esa filosofía no ha estado nunca de moda y yo he sido muy criticado por mis auditores por esa razón. Mi padre ya me decía que fuera más despacio, si era preciso, pero que no trabajara con bancos porque me decía que se quedaban con tu beneficio.Sí, hemos pedido crédito para cosas inncesarias: para el banquete de la primera comunión del niño, para ir al Rocío, para comprarse un coche mejor del que uno tenía. Y eso al final se tiene que pagar.

-¿La Universidad necesita una reforma tan grande como la Logse?
-A la Universidad le ha pasado un poco lo que al país. Se ha llenado de mediocres y ha perdido el estímulo. Con la endogamia no hay competencia y no entran los mejores. Las oposiciones consisten en presentar cuatro papeles. Aunque hay excepciones como la Escuela de Ingenieros de Sevilla, que es modélica.

-Usted denuncia en su obra lo que llama «el culto a la mediocridad».
-Sí, porque hemos endiosado a la democracia por culpa de la dictadura. La democracia está bien para elegir a los gobernantes, pero no para vivir. ¿Como se puede pedir que en un avión el rumbo se elija democráticamente? El rumbo lo debe marcar un experto, un piloto que sepa, a ser posible, el mejor piloto, y no por ser amigo de nadie sino por su conocimiento. En la sociedad tiene que haber una jerarquía. Si decimos que la mediocridad es mejor porque los mediocres son la mayoría y los mejores sólo son unos poquitos, nos estamos equivocando.

-En su libro afirma que el miedo ha sido el motor principal de grandes negocios del planeta, ¿lo dice por la gripe A?
-Por la gripe A y por muchas más cosas, como el calentamiento del planeta. Y en las sociedades decadentes como la nuestra mucho más. Se ha asustado a medio mundo con la gripe A, para enriquecer a los laboratorios, con la complicidad de la OMS. Y con el clima es alucinante lo que están haciendo. No somos capaces de predecir el tiempo que va a hacer dentro de 15 días y hablamos de que se van a derretir los glaciares dentro de 100 años. No hay ningún sistema matemático en el mundo que soporte eso. Se está jugando con el miedo.