SIGUE SOÑANDO


Dice la leyenda que Polínexa, madre de Alejandro Magno, soñó que su hijo había sido engendrado por el mismísimo Zeus. El nacimiento coincidió con la victoria de su marido, Filipo de Macedonia, en la carrera hípica de los Juegos del 256 a.C. En honor a tal triunfo, Polínexa cambió su nombre por el de Olimpia. Su sueño se cumplió. Alejandro fue el Zeus del mundo conocido entonces. Un infatigable conquistador. El deporte es hoy lo más parecido a la guerra y sus figuras los nuevos mitos de nuestra era. Soñemos.

Legend say that Polínexa, mother of Alexander the Great, she dreamed that her son had been fathered by Zeus. The birth coincided with the victory of her husband, Philip of Macedonia, in the horse race of the Games of 256 BC. In honor of this victory, Polínexa changed her name to Olympia. Her dream was fulfilled. Alexander was the Zeus of the then known world. An indefatigable conqueror. The sport is now as war and his figures the new myths of our era. Let's dream.

olimpiaduerme@gmail.com

sábado, 10 de septiembre de 2016

LAS MUJERES AL PODER



Cuando los medios de comunicación y los aficionados comenzaban a impacientarse por la ausencia de triunfos, llegaron las medallas de Mireia Belmonte y Maialen Chourraut. ¡De Oro! Porque ahora ya no nos conformamos con una simple de bronce o plata, los diplomas olímpicos son cartulinas sin valor, el creciente interés por un compatriota en cuartos de final desaparece en cuanto cae derrotado. Algunos ‘expertos’ en Juegos cada cuatro años toman la excelencia por costumbre. Piensan que alcanzar el podio es un deber y un objetivo relativamente sencillo. Confunden una extraordinaria generación de deportistas nacionales con una factoría de churros al nivel de chinos y estadounidenses. Relájense y disfruten, porque las medallas costarán todavía más cuando Nadal, Gasol, Mireira o Beitia se retiren. Valoremos a cada olímpico según sus posibilidades. En muchos casos ganar no es un objetivo real, sino rendir al máximo posible y superar su marca anterior.


Mireia y Maialen confirman el gran avance del deporte femenino español, tan destacado en Londres 2012. Mujeres sin cuotas, trabajadoras infatigables, competidoras extremas y, en el caso de la piragüista, capaz de compaginar maternidad con deporte en la elite. Los Juegos siempre nos aportan más casos encomiables, como el de la atómica estadounidense, Simone Biles. Hace años sería impensable ver a una gimnasta negra, más difícil en el caso de esta humilde y extraordinaria atleta, nacida en un matrimonio de toxicómanos y criada por sus abuelos. No se queda atrás la judoka brasileña Rafaela Silva. En Londres fue descalificada por una técnica ilegal e insultada en las redes sociales. “Dijeron que era una mona y mi sitio estaba en una jaula. Esta mona hoy es campeona olímpica”, declaró al terminar. Nacida en la famosa favela ‘Ciudad de Dios’, eligió el judo en lugar de perderse en las calles. “Sólo Dios sabe cuánto sufrí y qué hice para llegar hasta aquí”, reza un tatuaje en su bíceps derecho. Ésa es la actitud. Luchar contra lo imposible.

Publicado en La Región (13-08-2016)