Hola, te escribo para contestarte al artículo que has escrito sobre el concierto de Coque en Orense.
No soy especialmente fan de él pero la verdad es que el último disco me parece uno de esos extrañísimos casos de obra adulta y honesta que puedes encontrar en este extraño panorama del pop y el rock de este país. La verdad es que me ha impresionado. Mucho.
Por esa razón he activado una alerta con su nombre en Google que me avisa de todo lo que sale en la red sobre él. Me apetece estar enterado de qué anda haciendo porque a partir de ahora le voy a seguir la pista. Y así es como he llegado a tu artículo.
Soy gallego, y da la casualidad de que estuve en la sala Capital esa noche. Por mi trabajo, el horario de ese concierto era el único que me permitía asistir, de los tres que dio en Galicia.
Voy a ser duro y sincero contigo: tu artículo me parece injusto y extraño. Extraño, porque hay algo muy chirriante en que pienses, lo que dices en tu artículo que piensas de Coque y luego quieras ir a su camerino a pedirle un autógrafo y sacarte una foto con él.¿No te había avisado tu amigo Dani de los prontos que se gasta? ¿Por qué quieres entrar al camerino de alguien así? Que además utilices la foto que , según tú, él accedió amablemente a hacerse contigo, para ilustrar el texto donde le lees la cartilla, me parece no ya extraño, sino bastante feo: "mirad, es un jilipollas, pero me he hecho un foto con él", puffff...
Pero sobre todo me parece muy injusto porque lo que ocurrió esa noche, no tiene nada que ver, a mi parecer, con lo que cuentas. ¿Sinceramente? Creo que tuvimos el concierto que nos merecimos. Hablas de lo del animal de bellota ese que gritó lo de Por las noches como si hubiese sido una cosa aislada, y se pasó TODO EL CONCIERTO gritándolo, en medio de canciones, en medio de silencios, encima de Berlín, que es una canción lentita y delicada. Y además lo hacía con un tonito desagradable y burlón. Tuve las mismas ganas de matarlo que, me imagino, tenía Coque de hacerlo. Y me sentí mucho más identificado con él, con Coque, que con la panda de irrespetuosos que estábamos ahí reunidos. Porque ese fue el problema: no solo fue este individuo, el murmullo de la gran mayoría del público mientras Coque intentaba cantar, era aberrante. ¿Tú te imaginas ese murmullo en un concierto de música clásica? ¿o en una obra de teatro? y seguro que estás pensando: "bah, no es lo mismo", y ¿sabes qué? que ese es el problema, que pensamos "bah, no es lo mismo". Pues sí es lo mismo.
Unas personas encima de un escenario expresándose y un público delante que se supone que tiene que respetar, con silencio, con atención ese intento, por otra parte muy valiente, de expresión. He visto a Coque varias veces en directo y se nota, y mucho, que no es que le guste el escenario, es que es su vida entera. Se deja literalmente la piel, se vacía. Eso sí, cuando la gente que tiene delante le respeta. Porque es algo tan español y tan cateto eso de pensar que el músico es una especie de bufoncillo que está ahí para entretenernos y hacer lo que le pidamos y como se lo pidamos; y cuidado, que si no lo hace como queremos enseguida entonamos el: "este qué se ha creído". Me repugna y me entristece esa línea de pensamiento tan paleta y tan inculta. Y tan española.
Dices con tono paternalista y de superioridad: "Coque, relájate un poco, tu pasado ronaldero está ahí, te guste o no" pero se te pasa un pequeño detalle sin importancia, nada, una chorrallida: TOCÓ TRES DE LOS RONALDOS amiga mía, TRES. Saca la lengua, No puedo vivir sin ti y Mi casa. Tres. Y las tocó de puta madre y con orgullo.
¿Has leído alguna de sus entrevistas en las que siempre le preguntan por Los Ronaldos y en las que siempre habla de ellos con orgullo, con respeto y con mucho cariño? ¿Leíste la nota de prensa que publicó en su web durante el lanzamiento de La hora de los gigantes en la que decía, cito textualmente: "...el reencuentro con Ricardo, Luis y Luis, el resto de Los Ronaldos, ha tenido mucho que ver en todo esto (se refiere al clima alegre y tranquilo del disco) y por eso les estaré agradecido siempre. Les deseo lo mejor del mundo entero a esos tres príncipes". ¿No lo habías leído verdad? Con qué facilidad desprestigiamos a alguien públicamente, sin tener datos, sin información. Porque, parece una tontería, pero tu artículo es público, y mucha gente que lo lea, inmediátamente decidirá que Coque es un imbécil, con menos información que tú, con menos datos de juicio. Coque salió al escenario del Capital con brillo en los ojos, con esa cara de saber algo que nosotros no sabemos. Con ganas de contárnoslo. Y el ruido de la jauría le fue desconcentrando poco a poco, entristeciendo y finalmente cabreando. Sabes lo que pensé para mis adentros cuando justo en un silencio maravilloso y blusero de la segunda canción del bis, mr. mequetrefe volvió a gritar por enésima vez: "y por las nocheeees...", y Coque se descolgó la guitarra, saludó (educadamente y con clase, por cierto) y salió del escenario? Pensé: ¡Óle!
Supongo que no te habrá gustado mucho mi e-mail pero necesitaba hacerlo. Salí del concierto indignado, y no con Coque precísamente, y al leer tu artículo he saltado y necesitaba decirte lo que pienso.
Hola Mauricio:
Por casualidad, ¿no serás el asesor comercial de Coque Malla? Si no lo eres deberían de tenerte en cuenta en su casa discográfica.
Perdona, antes de nada gracias por tu comentario. Evidentemente hemos vivido el mismo acontecimiento de manera distinta. Verás, yo tampoco soy seguidora habitual de Coque. Me gustó mucho con los Ronaldos y en las películas en las que ha participado. De su etapa en solitario tengo que reconocer que no la conocía demasiado. Lo que escuché de su último trabajo me ha gustado bastante, por eso acudí al concierto de Capital con muchas ganas. Y en mi artículo lo cuento como lo he visto, sin ofender ni insultar a nadie, simplemente dando mi opinión, tan válida y respetable como la tuya porque los dos estuvimos allí.
Desde el primer momento y a lo largo de la velada yo ví a un Coque distante, sin ganas de sonreir ni de conectar con el público... Esa fué mi impresión y la de mucha gente con la que hablé posteriormente. No pongo en duda esa pasión por el escenario que destacas en él pero precisamente aquí no hizo gala de ello. Una pena porque con 120 personas y poco menos que en familia la ocasión se pintaba sola. Es cierto que un individuo estuvo dando la turra en determinados momentos, actitud que al igual que tú considero lamentable y una falta de respeto para cualquiera que se encuentre sobre un escenario. Pero ¿y los demás que estábamos disfrutando del concierto? ¿Tú crees que nos merecíamos una despedida cortante y brusca? Sinceramente, yo no. Y creo que un profesional como él, con mas de 20 años de trayectoria en el mundo de la música, debería tener tablas mas que suficientes para estar por encima del borracho de turno, darle la importancia justa y volver la situación a su favor. Y éso es lo único que he criticado. En cuanto a la foto, tuvimos la oportunidad de conocerlo y de fotografiarnos con él. Sin más... La palabra "jilipollas" la has puesto tú, no yo y, desde luego, esa foto no se hizo con la intención que sugieres. Me faltó añadir que todo fué posible gracias a la exquisita amabilidad de su mánager, que atendió a todos y cada uno de los que nos acercamos a saludarle ya que en un primer momento Coque, muy cabreado, se negó a recibir a nadie y te aseguro que lo sé de buena tinta.
En fín, siempre he creído que las críticas tienen un lado positivo que a veces nos cuesta ver pero que nos ayuda a mejorar. Aunque discrepemos en algunos aspectos, yo agradezco tu sinceridad y tu punto de vista. Si el titular de este blog no tiene inconveniente, por mi parte no hay ningún problema en que se publique tu comentario.
Un saludo.
No soy especialmente fan de él pero la verdad es que el último disco me parece uno de esos extrañísimos casos de obra adulta y honesta que puedes encontrar en este extraño panorama del pop y el rock de este país. La verdad es que me ha impresionado. Mucho.
Por esa razón he activado una alerta con su nombre en Google que me avisa de todo lo que sale en la red sobre él. Me apetece estar enterado de qué anda haciendo porque a partir de ahora le voy a seguir la pista. Y así es como he llegado a tu artículo.
Soy gallego, y da la casualidad de que estuve en la sala Capital esa noche. Por mi trabajo, el horario de ese concierto era el único que me permitía asistir, de los tres que dio en Galicia.
Voy a ser duro y sincero contigo: tu artículo me parece injusto y extraño. Extraño, porque hay algo muy chirriante en que pienses, lo que dices en tu artículo que piensas de Coque y luego quieras ir a su camerino a pedirle un autógrafo y sacarte una foto con él.¿No te había avisado tu amigo Dani de los prontos que se gasta? ¿Por qué quieres entrar al camerino de alguien así? Que además utilices la foto que , según tú, él accedió amablemente a hacerse contigo, para ilustrar el texto donde le lees la cartilla, me parece no ya extraño, sino bastante feo: "mirad, es un jilipollas, pero me he hecho un foto con él", puffff...
Pero sobre todo me parece muy injusto porque lo que ocurrió esa noche, no tiene nada que ver, a mi parecer, con lo que cuentas. ¿Sinceramente? Creo que tuvimos el concierto que nos merecimos. Hablas de lo del animal de bellota ese que gritó lo de Por las noches como si hubiese sido una cosa aislada, y se pasó TODO EL CONCIERTO gritándolo, en medio de canciones, en medio de silencios, encima de Berlín, que es una canción lentita y delicada. Y además lo hacía con un tonito desagradable y burlón. Tuve las mismas ganas de matarlo que, me imagino, tenía Coque de hacerlo. Y me sentí mucho más identificado con él, con Coque, que con la panda de irrespetuosos que estábamos ahí reunidos. Porque ese fue el problema: no solo fue este individuo, el murmullo de la gran mayoría del público mientras Coque intentaba cantar, era aberrante. ¿Tú te imaginas ese murmullo en un concierto de música clásica? ¿o en una obra de teatro? y seguro que estás pensando: "bah, no es lo mismo", y ¿sabes qué? que ese es el problema, que pensamos "bah, no es lo mismo". Pues sí es lo mismo.
Unas personas encima de un escenario expresándose y un público delante que se supone que tiene que respetar, con silencio, con atención ese intento, por otra parte muy valiente, de expresión. He visto a Coque varias veces en directo y se nota, y mucho, que no es que le guste el escenario, es que es su vida entera. Se deja literalmente la piel, se vacía. Eso sí, cuando la gente que tiene delante le respeta. Porque es algo tan español y tan cateto eso de pensar que el músico es una especie de bufoncillo que está ahí para entretenernos y hacer lo que le pidamos y como se lo pidamos; y cuidado, que si no lo hace como queremos enseguida entonamos el: "este qué se ha creído". Me repugna y me entristece esa línea de pensamiento tan paleta y tan inculta. Y tan española.
Dices con tono paternalista y de superioridad: "Coque, relájate un poco, tu pasado ronaldero está ahí, te guste o no" pero se te pasa un pequeño detalle sin importancia, nada, una chorrallida: TOCÓ TRES DE LOS RONALDOS amiga mía, TRES. Saca la lengua, No puedo vivir sin ti y Mi casa. Tres. Y las tocó de puta madre y con orgullo.
¿Has leído alguna de sus entrevistas en las que siempre le preguntan por Los Ronaldos y en las que siempre habla de ellos con orgullo, con respeto y con mucho cariño? ¿Leíste la nota de prensa que publicó en su web durante el lanzamiento de La hora de los gigantes en la que decía, cito textualmente: "...el reencuentro con Ricardo, Luis y Luis, el resto de Los Ronaldos, ha tenido mucho que ver en todo esto (se refiere al clima alegre y tranquilo del disco) y por eso les estaré agradecido siempre. Les deseo lo mejor del mundo entero a esos tres príncipes". ¿No lo habías leído verdad? Con qué facilidad desprestigiamos a alguien públicamente, sin tener datos, sin información. Porque, parece una tontería, pero tu artículo es público, y mucha gente que lo lea, inmediátamente decidirá que Coque es un imbécil, con menos información que tú, con menos datos de juicio. Coque salió al escenario del Capital con brillo en los ojos, con esa cara de saber algo que nosotros no sabemos. Con ganas de contárnoslo. Y el ruido de la jauría le fue desconcentrando poco a poco, entristeciendo y finalmente cabreando. Sabes lo que pensé para mis adentros cuando justo en un silencio maravilloso y blusero de la segunda canción del bis, mr. mequetrefe volvió a gritar por enésima vez: "y por las nocheeees...", y Coque se descolgó la guitarra, saludó (educadamente y con clase, por cierto) y salió del escenario? Pensé: ¡Óle!
Supongo que no te habrá gustado mucho mi e-mail pero necesitaba hacerlo. Salí del concierto indignado, y no con Coque precísamente, y al leer tu artículo he saltado y necesitaba decirte lo que pienso.
Hola Mauricio:
Por casualidad, ¿no serás el asesor comercial de Coque Malla? Si no lo eres deberían de tenerte en cuenta en su casa discográfica.
Perdona, antes de nada gracias por tu comentario. Evidentemente hemos vivido el mismo acontecimiento de manera distinta. Verás, yo tampoco soy seguidora habitual de Coque. Me gustó mucho con los Ronaldos y en las películas en las que ha participado. De su etapa en solitario tengo que reconocer que no la conocía demasiado. Lo que escuché de su último trabajo me ha gustado bastante, por eso acudí al concierto de Capital con muchas ganas. Y en mi artículo lo cuento como lo he visto, sin ofender ni insultar a nadie, simplemente dando mi opinión, tan válida y respetable como la tuya porque los dos estuvimos allí.
Desde el primer momento y a lo largo de la velada yo ví a un Coque distante, sin ganas de sonreir ni de conectar con el público... Esa fué mi impresión y la de mucha gente con la que hablé posteriormente. No pongo en duda esa pasión por el escenario que destacas en él pero precisamente aquí no hizo gala de ello. Una pena porque con 120 personas y poco menos que en familia la ocasión se pintaba sola. Es cierto que un individuo estuvo dando la turra en determinados momentos, actitud que al igual que tú considero lamentable y una falta de respeto para cualquiera que se encuentre sobre un escenario. Pero ¿y los demás que estábamos disfrutando del concierto? ¿Tú crees que nos merecíamos una despedida cortante y brusca? Sinceramente, yo no. Y creo que un profesional como él, con mas de 20 años de trayectoria en el mundo de la música, debería tener tablas mas que suficientes para estar por encima del borracho de turno, darle la importancia justa y volver la situación a su favor. Y éso es lo único que he criticado. En cuanto a la foto, tuvimos la oportunidad de conocerlo y de fotografiarnos con él. Sin más... La palabra "jilipollas" la has puesto tú, no yo y, desde luego, esa foto no se hizo con la intención que sugieres. Me faltó añadir que todo fué posible gracias a la exquisita amabilidad de su mánager, que atendió a todos y cada uno de los que nos acercamos a saludarle ya que en un primer momento Coque, muy cabreado, se negó a recibir a nadie y te aseguro que lo sé de buena tinta.
En fín, siempre he creído que las críticas tienen un lado positivo que a veces nos cuesta ver pero que nos ayuda a mejorar. Aunque discrepemos en algunos aspectos, yo agradezco tu sinceridad y tu punto de vista. Si el titular de este blog no tiene inconveniente, por mi parte no hay ningún problema en que se publique tu comentario.
Un saludo.
Trinity.