Takehide Nakatani fue el primer judoka de la historia en obtener una medalla de oro olímpica. La consiguió en la Olimpiada de Tokio 64, la primera en la cual participó el judo, en el peso ligero (en aquella época hasta los 68 kilos). Nakatani, excelente judoka, tenía un espléndido kosoto-gari y ganó todos los combates en estos Juegos con abrumadora superioridad, frente al tailandés Raemelungon, al británico Jack, al americano Maruyama, al soviético Stepanov y, en la final, al suizo Haenni.
En este combate, semifinal de estos Juegos Olímpicos, lo vemos frente a Oleg Stepanov, perteneciente a la primera generación de judokas soviéticos (Kiknadze, Loukachevitch, Mischenko, Bogolubov, Kitbrozachvili, Bondarenko…) que, a partir de 1962, irrumpió arrolladoramente en los campeonatos internacionales. Poseían un estilo heterodoxo de judo, de influencias de sambo y otras luchas autóctonas de la Unión Soviética, que causaba desconcierto y estragos entre sus rivales. Stepanov fué campeón de Europa, en 1965 y 1966, y medalla de bronce en los mundiales de 1965, en Río de Janeiro. Pero aquí no pudo con Nakatani, y tuvo que conformarse con la medalla de bronce, que es mucho aunque a él le pareciese poco.
Rokudán
En este combate, semifinal de estos Juegos Olímpicos, lo vemos frente a Oleg Stepanov, perteneciente a la primera generación de judokas soviéticos (Kiknadze, Loukachevitch, Mischenko, Bogolubov, Kitbrozachvili, Bondarenko…) que, a partir de 1962, irrumpió arrolladoramente en los campeonatos internacionales. Poseían un estilo heterodoxo de judo, de influencias de sambo y otras luchas autóctonas de la Unión Soviética, que causaba desconcierto y estragos entre sus rivales. Stepanov fué campeón de Europa, en 1965 y 1966, y medalla de bronce en los mundiales de 1965, en Río de Janeiro. Pero aquí no pudo con Nakatani, y tuvo que conformarse con la medalla de bronce, que es mucho aunque a él le pareciese poco.
Rokudán