Apenas sabemos quienes somos. Desconocemos el sentido de nuestra existencia, el lugar de nuestro origen y el de nuestro fin.
Somos un punto insignificante en un universo ¿infinito? Unos seres capaces de las más grandes hazañas y actos conmovedores, así como de las acciones más ruines y miserables. Así es nuestra naturaleza desde hace millones de años.
En esa duda vital nos mantenemos desde que tenemos uso de razón, si bien nunca cesaremos en nuestro intento por mejorar cada año. Por asimilar las experiencias del que termina y afrontar nuevos retos del que entra. Por mantener nuestra curiosidad innata y seguir aprendiendo hasta el final de nuestros días. Por conocer el mundo que nos rodea y apreciar las pequeñas cosas que millones de personas no pueden disfrutar.
Por todo ello. Felices Fiestas y próspero Año Nuevo a todos nuestros compañeros de viaje
Daniel Montero