La República "democrática" alemana fue un paraíso comunista vigilado por un "Gran Hermano" llamado Stasi. Una policía secreta, cuyos colaboradores llegaron a sumar uno por cada 50 habitantes. Entre ellos, el ciclista Jan Schur (1962, Leizpig), campeón del mundo en 1985 y 1989, y olímpico por equipos en Seúl. Hijo de un conocido rodador y miembro del Parlamento, Schur decidió colaborar con la Stasi entre 1981 y 1989. Su cometido consistió en espiar e informar sobre vecinos, compañeros, técnicos y rivales, en competiciones, entrenamientos y fiestas; siendo a su vez espiado sin saberlo por otros colaboradores del Gran Hermano. Tras la caída del Muro de Berlín optó por las ventajas del temido mundo capitalista, corriendo al lado de Armstrong en el equipo Motorola. En 1994, lesionado y arruinado, cambió el rumbo de su vida y se licenció en Ciencias del Deporte. A sus 54 años, reputado periodista y entrenador, reconoció su pasado de forma pública. "Ni me arrepiento ni me dopé, como hicieron otros compañeros", denunció una vez más.
Publicado en La Región (09-06-2008)