A pesar de ser Gran Bretaña la puerta de entrada del jiu-jitsu y judo en Europa (Barton-Wright, Yukio Tani, Raku, Koizumi, fueron sus legendarios introductores) hasta el momento sólo ha tenido tres campeones del mundo masculinos, de los 118 habidos: Adams, Randall y Fallon.
Neil Adams, fue el primero. Magnifico y elegante judoka de extraordinaria técnica, tanto en pie como en suelo, atesora un impresionante palmarés: cinco veces campeón de Europa, subcampeón olímpico en Moscú 80 y Los Ángeles 84; subcampeón mundial en 1983 y campeón mundial del peso semimedio (-78 kg.) de 1981 en Maastricht (Holanda), frente al japonés Jiro Kase, combate que presentamos.
Adams proyecta a Kase con ippon-seoi-nage de izquierda, e inmediatamente encadena un espléndido trabajo en suelo que culmina en luxación de juji-gatame, obligando al abandono del nipón. A destacar también el árbitro, que no corta la acción y deja seguir el combate. Buen ejemplo de cómo se debe actuar en la lucha en suelo que, desgraciadamente, no siempre es seguido por muchos árbitros, para quienes parece que no existe el ne-waza.
Neil Adams, fue el primero. Magnifico y elegante judoka de extraordinaria técnica, tanto en pie como en suelo, atesora un impresionante palmarés: cinco veces campeón de Europa, subcampeón olímpico en Moscú 80 y Los Ángeles 84; subcampeón mundial en 1983 y campeón mundial del peso semimedio (-78 kg.) de 1981 en Maastricht (Holanda), frente al japonés Jiro Kase, combate que presentamos.
Adams proyecta a Kase con ippon-seoi-nage de izquierda, e inmediatamente encadena un espléndido trabajo en suelo que culmina en luxación de juji-gatame, obligando al abandono del nipón. A destacar también el árbitro, que no corta la acción y deja seguir el combate. Buen ejemplo de cómo se debe actuar en la lucha en suelo que, desgraciadamente, no siempre es seguido por muchos árbitros, para quienes parece que no existe el ne-waza.
Rokudán