La pérdida de Bibiana Aído en las altas esferas del poder es insustituible. Estamos conmocionados. Por suerte, nos queda Leire en el Ministerio de sanidad. Yo de usted procuraría no enfermar durante los próximos dos años. Y vélese de fumar en casa, será la próxima prohibición.
El panorama televisivo siempre es susceptible de empeorar. Las tertulias deportivas -más bien futboleras- se han convertido en broncas de taberna entre forofos. Los programas del "corazón", en una pescadería a primera hora de la mañana. La fórmula funciona y se contagia entre todos los canales. Así se explica el estado de crisis que sufre este país. De crisis mental.
Leemos en ¡Hola! la apasionante entrevista a Tamara Falcó, quien estrena "un cosmopolita y juvenil" ático con "walking closet" en el madrileño barrio de los Austrias, quienes deben ser unos señores procedentes de centroeuropa. Dice la digna heredera de Isabel Preysler que necesitará clases de cocina y tal. No quiere hablar de futuro en su relación con Tommaso, sí Tommaso, porque le causa mucho estrés. El respetable Coto Matamoros dijo en una ocasión que esta revista se puede leer "de adelante a atrás o de atrás para adelante" sin alterar el resultado del producto. Cierto es.
Su equivalente televisivo en la cadena pública es ese "Corazón de..." cuya cursilería y almíbar superar lo máximo permisible para cualquier ser humano. Tanta superficialidad sólo podría ser gestionada por Anne Igartiburu, si bien tampoco merece el castigo de soportar las campanas de fin de año junto a un José Mota con chistes de colegio de primaria. ¡Qué bochorno!
La basura prospera. "Telecinco", la pantalla amiga se ha apropiado de "Cuatro", en la cual propagará su fétida esencia. La primera medida fue cerrar el canal informativo CNN plus y emitir en su lugar el Gran Hermano 24 horas. Es decir, sustituir un canal tendenciosamente escorado hacia la izquiera de caviar y champán por un burdo burdel con lo más pintoresco del populacho. Al final hasta extrañaremos la ausencia de Iñaki Gabilondo.
Ni Fraga, ni Touriño, ni Feijóo. Si Gayoso se presenta a las elecciones gallegas arrasaría a cualquier opositor. Pasan los gobiernos y ninguno se atrevería a discutir el poder de "Luar". Supondría dos millones de votos menos.
El panorama televisivo siempre es susceptible de empeorar. Las tertulias deportivas -más bien futboleras- se han convertido en broncas de taberna entre forofos. Los programas del "corazón", en una pescadería a primera hora de la mañana. La fórmula funciona y se contagia entre todos los canales. Así se explica el estado de crisis que sufre este país. De crisis mental.
Leemos en ¡Hola! la apasionante entrevista a Tamara Falcó, quien estrena "un cosmopolita y juvenil" ático con "walking closet" en el madrileño barrio de los Austrias, quienes deben ser unos señores procedentes de centroeuropa. Dice la digna heredera de Isabel Preysler que necesitará clases de cocina y tal. No quiere hablar de futuro en su relación con Tommaso, sí Tommaso, porque le causa mucho estrés. El respetable Coto Matamoros dijo en una ocasión que esta revista se puede leer "de adelante a atrás o de atrás para adelante" sin alterar el resultado del producto. Cierto es.
Su equivalente televisivo en la cadena pública es ese "Corazón de..." cuya cursilería y almíbar superar lo máximo permisible para cualquier ser humano. Tanta superficialidad sólo podría ser gestionada por Anne Igartiburu, si bien tampoco merece el castigo de soportar las campanas de fin de año junto a un José Mota con chistes de colegio de primaria. ¡Qué bochorno!
La basura prospera. "Telecinco", la pantalla amiga se ha apropiado de "Cuatro", en la cual propagará su fétida esencia. La primera medida fue cerrar el canal informativo CNN plus y emitir en su lugar el Gran Hermano 24 horas. Es decir, sustituir un canal tendenciosamente escorado hacia la izquiera de caviar y champán por un burdo burdel con lo más pintoresco del populacho. Al final hasta extrañaremos la ausencia de Iñaki Gabilondo.
Ni Fraga, ni Touriño, ni Feijóo. Si Gayoso se presenta a las elecciones gallegas arrasaría a cualquier opositor. Pasan los gobiernos y ninguno se atrevería a discutir el poder de "Luar". Supondría dos millones de votos menos.