Primera jornada de orgía
olímpica: natación, voley playa y gimnasia matutinas, con concesión a la Fórmula Uno al mediodía;
baloncesto, balonmano y fútbol hasta altas horas de la noche. Por mucho que lo
intenten, no nos moverán del sofá. Resistan.
A media tarde confiábamos en
lograr la primera medalla española con el esfuerzo del judoka Sugoi Uriarte en
-66 kilos. Sugoi forzó el combate hasta las últimas consecuencias, decisión
arbitral tras ocho minutos de pelea en el tatami. Es lo malo de los deportes
con jueces. Tremenda decepción para el vitoriano, que pretendía dedicar el
bronce a su madre fallecida. Tributo filial a la lucha de una mujer por sacar
adelante ella sola a cuatro hijos.
Los medios y parte del público
comienzan a desesperarse. ¡No ganamos medallas! Nuestro paisano y presidente
del COE Alejandro Blanco tiene razón. La fuerza deportiva de un país se mide en
su nivel competitivo, en estar siempre entre los mejores, se logre el metal o
no. De poco sirve ganar 30 medallas en unos Juegos si después no olemos otra en
30 años, esperando que surjan atletas por generación espontánea. Paciencia.
Publicado en La Región (30-VII-2012)