Juegos Olímpicos en Méjico, año 1968. Black Power. En el podio de los 200 metros lisos, Tommie Smith y John Carlos levantan sus puños y bajan las cabezas ante el himno estadounidense. Aquella imagen dió la vuelta al mundo, pero nadie reparó en el menudo y blancucho australiano que les acompañó en ese momento. Peter Norman (1942-2000) fue tan rebelde como ellos. O quizá más. Él portó el emblema del Movimiento de protesta que representaban, el OPHR, en el mismo podio, en contra de las normas olímpicas. Además, aportó la idea de los guantes negros a Carlos y Smith. También fue rebelde en la pista. El único blanco entre los siete primeros puestos de aquellos Juegos de reivindicación racial. Su gesto de apoyo también le costó caro. Fue ninguneado por los medios de comunicación y estamentos de su país. Siendo apartado de la selección para Múnich 72, noticia que le afectó mucho. Norman, profesor de Educación Física, pudo soportarlo todo, salvo una gangrena en un tendón de Aquiles, que le mantuvo al borde de la amputación. Le costó una profunda depresión y un problema de alcoholismo. Un ataque al corazón terminó con su vida. Carlos y Smith se desplazaron hasta Australia para portar su ataúd. Se despidieron de Norman con un "adiós, hermano".
Publicado en La Región (25-02-2008).