Ya sabemos de qué pie cojean los supuestos defensores de la libertad, el progresismo y la democracia. El actor comprometido con la idiotez Willy Toledo, declaró textualmente que Orlando Zapata -el preso político fallecido hace unos días en Cuba- sólo era "un delincuente común, forzado y manipulado por otras personas para ponerse en huelga de hambre y llegar al extremo de dejarse la vida".
O Toledo sólo lee y se cree lo publicado por el "Granma" -uno de los pocos medios de comunicación permitidos en la isla, al dictado de lo que mande el Comandante en Jefe- o es más tonto de lo que parece. Tras la tormenta, sólo se le ocurrió justificarse argumentando que "también en las cárceles españolas se tortura". O sea, aunque sea cierto lo de Cuba no importa, porque se hace en todas partes. Y, según parece en su opinión, un delincuente común no tiene derecho a declararse en huelga de hambre. Viva la libertad. ¿Y sobre las cárceles españolas? Los representantes de los centros penitenciarios españoles, ésos donde hay piscinas, bibliotecas, gimnasios y ahora te puedes sacar el carnet de conducir gratis, le han llamado al orden. Ni caso, Willy, que son unos fascistas.
No tardó en acudir en su ayuda nada menos que Miguel Bosé, otro intelectual de talla, quien en la presentación de su disco -¿cuya recaudación donará a alguna ONG solidaria o se la embolsará, en la peor costumbre de los países capitalistas?- también repitió el tic progre. "En otros países también se tortura". Añadió que sí, que en Cuba está Castro. Pero en España ¿qué? También tenemos el caso Gürtel. La verdad es que no habíamos caído en ello, Miguelito. Siempre das en el clavo.
Ya se sabe. Existen dictaduras malas y regímenes autoritarios buenos. Cuba, Venezuela, incluso Corea del Norte ¿por qué no? Siempre que impere el izquierdismo, algo chachi deben de tener. Lo mejor es que ambos cambien la órbita decadente del mundo occidental y prueben a vivir una temporadita en la perla del Caribe, disfrutando de las ventajas y avances del castrismo. "En esta isla no se tortura. Bueno, sólo en Guantánamo", dice Raúl Castro, todo un fan de los fusilamientos. Toda una garantía de honradez.
CINEFOBIA
O Toledo sólo lee y se cree lo publicado por el "Granma" -uno de los pocos medios de comunicación permitidos en la isla, al dictado de lo que mande el Comandante en Jefe- o es más tonto de lo que parece. Tras la tormenta, sólo se le ocurrió justificarse argumentando que "también en las cárceles españolas se tortura". O sea, aunque sea cierto lo de Cuba no importa, porque se hace en todas partes. Y, según parece en su opinión, un delincuente común no tiene derecho a declararse en huelga de hambre. Viva la libertad. ¿Y sobre las cárceles españolas? Los representantes de los centros penitenciarios españoles, ésos donde hay piscinas, bibliotecas, gimnasios y ahora te puedes sacar el carnet de conducir gratis, le han llamado al orden. Ni caso, Willy, que son unos fascistas.
No tardó en acudir en su ayuda nada menos que Miguel Bosé, otro intelectual de talla, quien en la presentación de su disco -¿cuya recaudación donará a alguna ONG solidaria o se la embolsará, en la peor costumbre de los países capitalistas?- también repitió el tic progre. "En otros países también se tortura". Añadió que sí, que en Cuba está Castro. Pero en España ¿qué? También tenemos el caso Gürtel. La verdad es que no habíamos caído en ello, Miguelito. Siempre das en el clavo.
Ya se sabe. Existen dictaduras malas y regímenes autoritarios buenos. Cuba, Venezuela, incluso Corea del Norte ¿por qué no? Siempre que impere el izquierdismo, algo chachi deben de tener. Lo mejor es que ambos cambien la órbita decadente del mundo occidental y prueben a vivir una temporadita en la perla del Caribe, disfrutando de las ventajas y avances del castrismo. "En esta isla no se tortura. Bueno, sólo en Guantánamo", dice Raúl Castro, todo un fan de los fusilamientos. Toda una garantía de honradez.
CINEFOBIA
"COMANDANTE"
Buen momento para recordar este documental de Oliver Stone. El estadounidense saltó a la fama con películas de gran interés: su trilogía sobre la Guerra de Vietnam -"Platoon", "Nacido el cuatro de Julio" y "El cielo y la tierra"- el asesinato de Kennedy en "JFK", su particular visión sobre el deporte profesional en "Un domingo cualquiera"; o la epopeya del "Worl Trade Center" son trabajos de cierto mérito.
Pero de un tiempo a esta parte, el director debió enloquecer, perder el criterio y entregarse a los caudillos hispanoamericanos. Prueba de este viaje al frenopático es este documental biográfico, más bien hagiográfico, titulado "Comandante". A Stone se le cae la baba ante Fidel Castro, quien le vende la moto de la revolución y la libertad y bla,bla,bla, manejándolo como una marioneta. Se supone que los mojitos y las jineteras hicieron el resto.
Stone regresó entusiasmado a los USA, hasta que ¡caramba! se enteró de que el Comandante mandó fusilar a unos jóvenes que secuestraron un ferry para escaparse de la idílica isla. Volvió, pidió audiencia, y de nuevo sucumbió ante los argumentos del camarada Fidel, esta vez con varias palmaditas en la espalda. Si algo queda claro en el documental, es la maestría del Comandante para embaucar a tantos tontos útiles de este mundo. Oliver Stone, el último. Ahora está enamorado de Hugo Chávez.