18 de Octubre de 1968. Juegos Olímpicos de México. El neoyorquino Bob Beamon encara la calle de salto de longitud bajo unas condiciones ideales para realizar un buen registro: la humedad, la altitud y dos metros por segundo de aire a su favor, el máximo permitido.
Bob no salta, vuela. Los jueces se ven obligados a recurrir a un viejo medidor de metal, el moderno se quedó corto. Curioso, no estaba preparado para la nueva Era. Los increíbles 8,90 metros de Beamon superan en 55 centímetros la mejor marca anterior. El inesperado héroe salta, corre, se derrumba y llora, consolado por sus compañeros. Beamon había logrado en alguna ocasión los 8,33 metros, después nunca superó los 8,22. Un pequeño empujoncito divino le permitió fijar un récord que duró 23 años y mantener un estilo de vida excéntrico. Fue un sólo salto, hacia gloria eterna.
Bob Beamon nació el 29 de Agosto de 1946 en Nueva York (Estados Unidos). Los atletas Carl Lewis y Mike Powell batieron su marca en el Campeonato del Mundo en Tokio, en 1991.
Publicado en La Región (23-11-2006)
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Legend say that Polínexa, mother of Alexander the Great, she dreamed that her son had been fathered by Zeus. The birth coincided with the victory of her husband, Philip of Macedonia, in the horse race of the Games of 256 BC. In honor of this victory, Polínexa changed her name to Olympia. Her dream was fulfilled. Alexander was the Zeus of the then known world. An indefatigable conqueror. The sport is now as war and his figures the new myths of our era. Let's dream.
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