El Deporte es una actividad humana que ha traspasado todas la fronteras. Como todo lo terrenal, encarna los mejores valores y -muy especialmente en la elite- lo más despreciable del ser que habita este Planeta. Pero no es culpa del deporte en su origen, que es nuestro patrimonio universal y merece la mayor atención posible, por su influencia en mejorar al ser humano.
También la familia, las creencias o Internet lo son. Y no por ello necesitan un Ministerio. Sin embargo, en los tiempos que vivimos, parece obligado burocratizar todo y, peor aún, dejarlo al arbitrio del poder político. Veamos, en nuestro país todavía llamado España existen la friolera de 17 MINISTERIOS, de los cuales no me explico la razón de la existencia de la mayoría: Fomento, Igualdad (sic), Defensa, Industria y Turismo, Justicia, Medio Ambiente, Vivienda, Presidencia, Cultura, Trabajo, Administraciones Públicas, Ciencia e Innovación...
Y no porque no sean importantes. Todo lo contrario. La cuestión es que la mayoría deberían integrarse en los básicos: Interior, Exterior, Sanidad, Educación y Economía . Y los "inventos" de las últimas legislaturas deberían ser competencias comunes. Por ejemplo, las atribuciones de la idílica cartera de Igualdad, incluída la pizpireta señorita Aído, deberían ser adoptadas por cada uno de los Ministerios en sus respectivos ámbitos. Para hacer numeritos artísticos contra el maltrato no es necesario montar una infraestructura millonaria que pagamos todos los españoles y no nuestros magnos políticos.
Por esta razón me llevo las manos a la cabeza, y después al bolsillo, al leer, ver o escuchar que nuestro sin par presidente Zapatero se plantea crear otro Ministerio más, el del Deporte. Una sugerencia del capitan de la Copa Davis, Emilio Sánchez-Vicario (supongo que embargado por la situación y no con el objeto de labrarse un futuro). Otro gigantesco entramado, con sus respectivos funcionarios y parásitos adyacentes, para exprimir un poco más el presupuesto. Son esos "esfuerzos" que hacen nuestros dirigentes para invertir en "políticas sociales" (sic).
Si queremos mejorar el Deporte en nuestro país no es necesario un Ministerio. Se necesita una correcta Ley del Deporte, el dinero público en la formación y la tecnificación, y fuera de las entidades profesionales, que deben sustentarse en base a la inversión privada y a sus demandantes. Por favor, cuanto menos se meta la política, mejor.
Por suerte, espero que la declaración sea una de tantas promesas electorales que terminan en la papelera -si alguna vez fueron escritas- tras marcharse los fotógrafos. Con Zapatero, es lo más seguro.