"¡Me llamo Ali!", insistía Muhammad en la rueda ante los medios. "¡Te llamas Clay y eres un gallina!", respondía Ringo. Sólo el boxeador porteño Oscar Natalio Bonavena Grillo (1942-1976) se atrevía entonces a enfurecer al más grande antes del combate, aguantar todos los asaltos y tumbarlo por momentos en uno. "Ringo" Bonavena era el menor de los 9 hermanos de una familia humildísima. Un incorregible, expulsado de los rings argentinos por morder un pezón a un rival. En Estados Unidos peleó ante los mejores. Fuera del cuadrilátero derrochó el dinero: cochazos despampanantes, trajes ingleses último modelo, regalos para la familia y los amigos, safaris repentinos, noches enteras en el bingo, mujeres... Portaba, bordado en su albornoz, la declaración "las Malvinas son argentinas". Carismático y fanfarrón, sus compatriotas lo idolatraron. En mayo de 1976, tras abandonar a mujer y dos hijos, se instaló en una caravana en Las Vegas, al lado de un burdel llamado Mustang Ranch. Se decía que estaba liado con la mujer del dueño, a la sazón su representante, Joe Conforte. Este, despechado, encargó un escarmiento al matón Will Brymer. "Ringo" fue escarmentado, a tiros en la calle. El trabajo y el placer no se deben mezclar nunca.
Publicado en La Región (26-11-2007)