SIGUE SOÑANDO


Dice la leyenda que Polínexa, madre de Alejandro Magno, soñó que su hijo había sido engendrado por el mismísimo Zeus. El nacimiento coincidió con la victoria de su marido, Filipo de Macedonia, en la carrera hípica de los Juegos del 256 a.C. En honor a tal triunfo, Polínexa cambió su nombre por el de Olimpia. Su sueño se cumplió. Alejandro fue el Zeus del mundo conocido entonces. Un infatigable conquistador. El deporte es hoy lo más parecido a la guerra y sus figuras los nuevos mitos de nuestra era. Soñemos.

Legend say that Polínexa, mother of Alexander the Great, she dreamed that her son had been fathered by Zeus. The birth coincided with the victory of her husband, Philip of Macedonia, in the horse race of the Games of 256 BC. In honor of this victory, Polínexa changed her name to Olympia. Her dream was fulfilled. Alexander was the Zeus of the then known world. An indefatigable conqueror. The sport is now as war and his figures the new myths of our era. Let's dream.

olimpiaduerme@gmail.com

lunes, 29 de diciembre de 2008

SUEÑOS (V): PAQUITO FUE EL PRIMERO

13 de febrero de 1972. Juegos Olímpicos de Invierno en Sapporo (Japón). Paquito Fernández Ochoa logró la primera medalla de oro olímpica en la historia del deporte español. La única hasta 1980. Fue en la prueba de esquí, en el eslalon, y gracias a una primera manga espectacular, que terminó en poco más de 55 segundos, después de sortear 71 puertas. En la segunda estuvo a punto de caerse en varias ocasiones, pero mantuvo el tipo ante los competitivos hermanos italianos, Gustav y Roland Thoeni. Llegó tarde a la ceremonia de medallas y tuvo que acreditarse ante unos incrédulos jueces, quienes no identificaban al bajito español como ganador de la prueba. Subió al podio con capa española y gorro cordobés. ¡Olé!

Francisco Fernández Ochoa nació el 25 de febrero de 1950 en Cercedilla (Madrid). Falleció de cáncer linfático el 6 de noviembre de 2006, a los 56 años.


El último descenso hacia la gloria

Hubo un tiempo en España donde pronunciar el nombre de Ángel Nieto se asociaba de forma inmediata al motociclismo. Manolo Santana significaba tenis; Pedro Carrasco, boxeo; y Severiano Ballesteros, golf. Paquito Fernández Ochoa era sinónimo de esquí. Su relación con la nieve fue intensa desde que tuvo uso de razón. La boda perfecta entre el hombre y el mediose produjo en Sapporo, donde se convirtió en el primer deportista con una medalla de oro olímpico al cuello.


Su madre decía que cuando era pequeño dormía con las botas de esquiar. Francisco Fernández Ochoa profesaba auténtica pasión por la nieve y siempre intentó acercarla al resto de los españoles. Más no pudo hacer. Su medalla de oro en Sapporo fue tan inesperada como sorprendente. La expedición española la integraban dos esquiadores más: Aurelio García y Conchita Puig. Se daba por bueno el competir a cierto nivel.

Bajó como una centella, fiel a su carácter lanzado y campechano. El shock en España fue tal que, hasta su muerte, le llamaron "Paquito". El recuerdo eterno de un jovencito de 21 años en la cima del mundo. A los 13 había ganado su primer título de España -después fueron 37- y a los 17 debutaba en los Juegos de Grenoble.

Terminó su carrera, pero no la actividad. Participó en corridas de toros, otra de sus pasiones. Fue comentarista deportivo -en los mejores momentos de su hermana Blanca- instructor del Rey, e incluso participó -siempre se lo perdonaremos- en infames programas de concursos y variedades.

Fernández Ochoa, homenajeado en su pueblo de Cercedilla, luchaba contra un cáncer linfático, motivado "para enseñar a esquiar a mi nieto". Fue el último descenso de una de las glorias nacionales del deporte. El esquí español le debe tanto como él se entrego a este deporte.

Publicado en La Región (13-11-2006)