SIGUE SOÑANDO


Dice la leyenda que Polínexa, madre de Alejandro Magno, soñó que su hijo había sido engendrado por el mismísimo Zeus. El nacimiento coincidió con la victoria de su marido, Filipo de Macedonia, en la carrera hípica de los Juegos del 256 a.C. En honor a tal triunfo, Polínexa cambió su nombre por el de Olimpia. Su sueño se cumplió. Alejandro fue el Zeus del mundo conocido entonces. Un infatigable conquistador. El deporte es hoy lo más parecido a la guerra y sus figuras los nuevos mitos de nuestra era. Soñemos.

Legend say that Polínexa, mother of Alexander the Great, she dreamed that her son had been fathered by Zeus. The birth coincided with the victory of her husband, Philip of Macedonia, in the horse race of the Games of 256 BC. In honor of this victory, Polínexa changed her name to Olympia. Her dream was fulfilled. Alexander was the Zeus of the then known world. An indefatigable conqueror. The sport is now as war and his figures the new myths of our era. Let's dream.

olimpiaduerme@gmail.com

viernes, 7 de noviembre de 2008

VILLENEUVE SÓLO QUERÍA VOLAR


Al jovencito Gilles Villeneuve (1950-1982) le gustaban las bicicletas hasta que descubrió en su Québec natal el motor. El motor y la irreprimible e innata sensación placentera de volar sobre el asfalto, estrellando entre otros vehículos la furgoneta familiar contra un poste telefónico. El segundo susto de su vida lo mandó al hospital, con 18 puntos de sutura en la cabeza. Fue camionero, conductor de autobús -imagínenlo- conductor de trineos y empleado en una tienda de telas. Tan meticuloso en la competición como desastroso en la administración, llegó al punto de cobijar a su mujer y dos hijos en una caravana, mientras buscaba una oportunidad por los circuitos perdidos del mundo. La tuvo, cuando casi cojo por una lesión, accedió a la Fórmula Uno en 1977. Fue una revolución y estuvo muy cerca de ser campeón dos años después. Gilles vivía deprisa, confundiendo en la pista la temeridad con la valentía. Sólo quería volar. Durante una ronda de clasificación en el circuito de Zolder (Bélgica) se comió al alemán Jochen Mass. Tras el impacto salió despedido del habitáculo para estrellarse contra una valla. Unas imágenes espeluznantes que dieron la vuelta al mundo. Aquí terminó su carrera y su espíritu. Su hijo Jacques, más prudente, recogió el testigo.

Publicado en La Región (05-11-2007)