El japonés Yasuhiro Yamashita, grande entre los grandes, fue el más fabuloso judoka de la década de los ochenta y, junto a Geesink y Ruska, los más grandes de la historia del judo.
Su palmarés fue impresionante: nueve veces campeón del Japón en Todas la Categorías; Campeón del Mundo en 1979 (París); doble Campeón Mundial en 1981 (Maastricht); Campeón Mundial en 1983 (Moscú) y Campeón Olímpico en Los Ángeles, son sus mas destacados éxitos. Imbatible en todos los torneos en que participó, se retiro después de la Olimpiada de Los Ángeles, en 1984. Lo único que empañó un poco su carrera, y no por su culpa, fue que en esta Olimpiada no participaron los países comunistas, en represalia por no haber participado Estados Unidos en la Olimpiada anterior de Moscú.
En este combate, final de la categoría Open o Abierta a todos los pesos en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, lo veremos cojeando frente al egipcio Mohamed Rashwan, lo que no fue impedimento para llevarlo al suelo e inmovilizarlo. Anteriormente, también lesionado y cojeando, había batido al francés Laurent del Colombo por medio de otra inmovilización, y al alemán Arthur Schnabel graciasa a una estrangulación, en una demostración de superioridad nunca vista.
Su palmarés fue impresionante: nueve veces campeón del Japón en Todas la Categorías; Campeón del Mundo en 1979 (París); doble Campeón Mundial en 1981 (Maastricht); Campeón Mundial en 1983 (Moscú) y Campeón Olímpico en Los Ángeles, son sus mas destacados éxitos. Imbatible en todos los torneos en que participó, se retiro después de la Olimpiada de Los Ángeles, en 1984. Lo único que empañó un poco su carrera, y no por su culpa, fue que en esta Olimpiada no participaron los países comunistas, en represalia por no haber participado Estados Unidos en la Olimpiada anterior de Moscú.
En este combate, final de la categoría Open o Abierta a todos los pesos en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, lo veremos cojeando frente al egipcio Mohamed Rashwan, lo que no fue impedimento para llevarlo al suelo e inmovilizarlo. Anteriormente, también lesionado y cojeando, había batido al francés Laurent del Colombo por medio de otra inmovilización, y al alemán Arthur Schnabel graciasa a una estrangulación, en una demostración de superioridad nunca vista.
Rokudán