16 de octubre de 1968. Entrega de medallas de la final de los 200 metros lisos masculinos de los Juego Olímpicos de México. Los atletas, negros y estadounidenses, Tommie Smith y John Carlos, oro y bronce en la carrera, protagonizan la primera y mayor protesta posible en nombre de los derechos de su raza. Suben al podio descalzos y con un emblema del movimiento OPHR en el chándal. Después, escuchan el himno de su país con la cabeza gacha, mientras cada uno alza un puño hacia el cielo, enfundado en un guante negro (gesto sugerido por su compañero en el podio, el blanquísimo australiano Peter Norman).
Un gesto cómplice que les costó muy caro. Fueron expulsados de la villa Olímpica por mezclar política y deporte en una ceremonia de tinte universal, que precisamente premiaba sus méritos, independientemente de su raza. A su regreso a Estados Unidos sólo recibieron desprecio y amenazas. Abandonados por los líderes negros, ambos perdieron esposa, trabajo y futuro. Sólo se recuperarán años después, lejos del deporte y la primera plana de las noticias.
El perfil: Tommie Smith nació el 6 de Junio en Clarksville (Tejas). John Carlos nació el 5 de Junio en Harlem (Nueva York). Ambos portaron el féretro de Norman en su entierro.
Publicado en La Región (19-02-2007)