El Jazz es como el arte. Te gusta o no te gusta, a veces sin saber porqué. Entre las voces femeninas pocas, en mi opinión, como la de Nina Simone. Sí, es algo personal y nunca osaría meterme en cuestiones técnicas que no domino. Me gusta, sin más. Hoy os propongo tres interpretaciones. La primera, "My baby just cares for me" es, seguro, la más conocida para el gran público, en parte por su simpático vídeo. Un éxito bien explotado por el primer marido de Nina. Las otras dos también os sonarán, aunque sea por algún anuncio de televisión.
¿Quién fue Nina Simone? Eunice Kathleen Waymon nació en Tryon, localidad ubicada en Carolina del Norte, el 21 de febrero de 1933. La sexta entre ocho hermanos, hija de un padre de clase obrera y una madre sirvienta, quien cantaba en el coro de la Iglesia como tantas otras. (¿Cuántos talentos brutales encontraríamos, perdidas entre las congregaciones religiosas del profundo sur de Estados Unidos?). Dato curioso, Eunice prefirió tocar el piano desde pequeñita, en lugar de cantar. Sólo lo hizo, obligada por el dueño del Midtown Bar and Grill de Atlantic City, uno de los tugurios de sus comienzos, en 1954. Allí tocaba durante seis horas, con descanso cada 45 minutos. El resultado fue el comienzo de su leyenda. Ya entonces se hacía llamar Nina Simone. "Nina", porque un antiguo novio le llamaba niña; Simone, en homenaje a la actriz francesa Simone Signoret.
Si algo caracterizó a Nina Simone fue su espíritu de rebeldía. Sufrió y sintió la discriminación racial desde pequeña. Siempre recordó el día de su primer recital al piano, cuando levantaron a sus ilusionados padres de la primera fila y los sentaron al fondo de la sala. Se consideraba como una auténtica diva, al más puro estilo de María Callas. Odiaba que la comparasen con mitos del Jazz como Billie Holiday. "Yo no soy una drogadicta ni una intérprete de Jazz. Yo hago música clásica negra", decía. Apoyó las revueltas sociales durante la década de los sesenta, cayendo en el lamentable error de afiliarse a "Los Panteras Negras". Enfrentada de forma permanente contra las empresas discográficas, decidió marcharse de los Estados Unidos en 1969. Primero rumbo a Liberia, después viviendo en innumerables países europeos. Auténtica diosa para el movimiento hippy, sus declaraciones no dejaban indiferente a nadie. Tanto a contemporáneos como a noveles. "No es que me disguste la música rap, es que ni siquiera la considero música", comentó en más de alguna ocasión.
Sus divorcios y el paso del tiempo pudieron agriar su carácter. A partir de la década de los ochenta Nina estuvo en un pedestal, pero sus desplantes al público y su informalidad fueron proporcionales a su figura. Estaba por encima del bien y del mal. Una diva que podía moverse entre blues, el jazz, el gospel, los espirituales, la canción romántica y las fusiones más extravagantes. Cumplió el sueño de cantar ante Nelson Mandela, la satisfacción de hacerlo junto a su hija Lisa Celeste y la oportunidad de repetir, por última vez en su país de origen. El 21 de abril de 2003 Eunice Waymon murió en su apartamento de Francia. Para siempre será nuestra diva Nina Simone.